¿POR QUÉ EL CAPITAL NO FLUYE DE LOS PAÍSES RICOS A LOS PAÍSES POBRES?

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Este análisis, hace ver que a lo largo de la historia, no ha habido una ayuda de parte de los países ricos a los pobres, sino que se han aprovechado de su poder económico para someterlos, pues al incluir capital en uno de estos países, ya adquieren ciertos derechos o privilegios sobre ellos, lo que ha contribuido a que estos países siempre se hayan mantenido bajo el yugo de los imperialistas, o como actualmente se conocen, países desarrollados, pues aunque hayan cambiado de métodos, sus objetivos permanecen inmutables en el tiempo.

El autor deja en evidencia que los retornos de capital se mantendrán sólo para alimentar a los monopolios, poco a poco la inversión se irá retirando, es decir, cuando estos países obtengan lo que necesiten, simplemente dejarán el país más pobre, y parece no haber solución, es por esto que los países en vía de desarrollo deben adoptar medidas que los ayuden a mejorar su posición económica, ya que prácticamente se limitan a solicitar inversión extranjera y a depender de ella, mientras podrían estar aprovechando su potencial al máximo, teniendo en cuenta la riqueza que ellos no poseen.

Como se evidenció en el texto, sí existe una paradoja del capital, pues aunque teóricamente debería fluir el capital de los países ricos a los pobres, es evidente que no es así y se pueden hallar diferentes razones apenas lógicas, pues los países ricos, en primer lugar, deben proteger sus finanzas, y claramente esto no se logra invirtiendo en países donde el riesgo de pérdida es enorme, debido a diferentes factores, como lo es la inestabilidad política, la corrupción, la inseguridad, además del bajo poder adquisitivo que deben tener los pobladores, y las diferencias legales que puedan existir.

Por otra parte, los empresarios de los países pobres van a querer hacer inversiones más seguras y estables, por lo que buscarán a los ricos para hacer esto, además de que pueden encontrar trabajadores más especializados e individuos con mayor poder adquisitivo, por lo tanto, contrario a lo que dice la teoría, realmente termina habiendo una migración del capital desde los países pobres a los ricos, otra cosa a tener en cuenta, es que los países en vía de desarrollo cuentan con bajas tasas de ahorro, así mismo de inversión a nivel interno, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), los países pobres con mayor ahorro crecen con mayor rapidez y estabilidad que los que tienen un bajo nivel de ahorro.

También se debe tener en cuenta el sistema financiero del país, pues si este funciona de manera óptima, habría un crecimiento sostenido de la productividad, lo que generaría mayor inversión, además de mayor consumo, ya que las personas se verán incentivadas a adquirir créditos y tendrán la capacidad monetaria para pagarlos, en este punto, se empieza a evidenciar que el crecimiento de un país no sólo depende de la inversión extranjera, sino que se pueden adoptar medidas que hagan el país más viable para que esta se dé, además de solidificar la economía del mismo, parte fundamental para que los extranjeros no teman a hacer inversiones.

Claramente el desarrollo no se logra fácilmente, pero es completamente posible, sin embargo, los países no deben escatimar esfuerzos para lograrlo, pues influyen diversos factores para que este se dé, y no sólo económicos, sino políticos y sociales, como ejemplo de ellos se tomarán la salud y la educación, por más estabilidad económica y política que posea un país, si esto falla, no servirá de mucho lo anterior.

La paradoja del capital, ha sido un tema bastante interesante, que sirve de mucho para reflexionar sobre lo que se escribe en la teoría y lo que sucede en la realidad, pues aunque todos quisiéramos un mundo más equitativo, es claro que es más difícil de lo que aparenta, pero aunque no se hayan escrito teorías certeras de cómo lograrlo, como economistas no nos podemos dar por vencidos.

BIBLIOGRAFIA

- Robert. E. Lucas, Jr. “Lecturas Sobre Crecimiento Económico”. 2005. Capítulo 2. “¿Por Qué el Capital No Fluye de los Países Ricos a los Países Pobres?”. Pp. 103-115. Grupo Editorial Norma. Bogotá, Colombia.