¿POR QUÉ SOMOS POBRES?

...

Cuando se exige una educación de calidad no todos se unen con la causa porque no les interesa, porque están conformes con lo poco que les dan y con lo mucho que les quitan. Se supone que el Estado debe garantizar tal educación pero quizá no lo hacen porque no es bueno que la gente piense, que sea crítica y que realmente haga algo por todo aquello que los aqueja, y claro está, porque es preferible seguir invirtiendo en otras cosas, como por ejemplo invertir en esos “políticos” que hacen “leyes por y para el pueblo” y es evidente que no es así, que su trabajo es como un juego porque saben que el pueblo cree que realmente luchan y defienden sus derechos y obviamente no es así, pues esos “políticos” siguen llenando sus bolsillos de dinero, atribuyendo más poder y beneficios a los de las élites y cegando al pueblo. Que molesto e injusto es decir en base a lo que se vive en Colombia, que el que tiene más estatus es quien tiene mayor privilegio y respeto por sus derechos, o sea que en pocas palabras que a más de la mitad del país nos cohíben de nuestros derechos, y si protestamos somos tratados como vándalos, así que estamos cada vez peor.

Y no solo cuando exigimos por nuestros derechos somos visto como escoria, pues es triste saber que dentro del aula universitaria, entre estudiantes nos hacemos la guerra, discutir y no de manera crítica por quién tiene la razón o ser llamado de manera despectiva “ mamerto” por el simple hecho de opinar y de ver cómo es la realidad. Pero entonces cómo exigimos algo cuando estamos a la defensiva, cuando no se trabaja en equipo por conseguir un bien común… ¡Debemos dejar de lado tanto egoísmo, individualismo y competitividad!

Comparto aquella opinión sobre la falta de disciplina, pues el típico colombiano comienza una cosa y no la termina, quiere algo y no trabaja por conseguirlo, pues cree que todo le será dado y no es así. Y digo típico colombiano porque no hay que generalizar, somos vistos como lo peor y parece que eso es lo que importa, mostrar una linda imagen de Colombia al mundo, como lo hace nuestro querido presidente Juan Manuel Santos, que se la pasa mostrando casi siempre una Cartagena limpia y perfecta, con mares y playas increíbles, pero no queridísimo presidente esto no es cierto, ni usted mismo se lo cree, más bien porque no hace algo (por fin) para solucionar esas problemáticas, no solo de Cartagena sino de todo un país y tratar de inculcar, bueno, primero a usted y después al pueblo, la importancia del cuidado del medio ambiente, de la honestidad, el respeto, la tolerancia y la solidaridad entre todos.

Hay que cambiar y mejorar para no seguir siendo pobres, no solo de manera económica sino pobres de mentalidad. No siempre querer es poder porque como alguien dijo alguna vez “si mis necesidades básicas son satisfechas, de seguro me puedo preocupar por otras cosas” Así que comprometámonos a exigir lo que es nuestro y lo que merecemos y del mismo modo contribuir a una mejor sociedad, eliminando la injusticia y la desigualdad social.