Resumen de la decada infame

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En nuestro país, Estados Unidos e Inglaterra comienzan una competencia por las inversiones. Los norteamericanos despliegan una política de intervención directa hacia América Latina (política del garrote) y presiona a la Argentina para que abandone su neutralidad en la guerra.

De esta forma, la economía norteamericana entra en una fase de expansión, en especial los sectores industriales de la química, el petróleo, la electricidad, los automotores, la metalurgia y la construcción.

La fragilidad del sistema monetario es importante tenerlo en cuenta en este contexto, pues, al abandonar el patrón oro las distintas monedas se volvieron frágiles

La Primera Guerra Mundial también afectó las economías europeas, marcadas por la inflación y críticas condiciones sociales que favorecerán la aparición de movimientos autoritarios como el fascismo y el nazismo.

Tras la caída del imperio ruso, estalla la Revolución en 1917. El partido bolchevique conducido por Lenin ensaya un experimento económico diferente al capitalismo. La participación del Estado en la vida económica, manejando los medios de producción y de los mecanismos de planificación, serán el centro del desarrollo económico. La Unión soviética se convirtió en una potencia política y militar, pero su proyecto económico demostró fragilidad.

3) El Historiador Mario Rapoport cuestiona en su libro el “mito” o creencia de la Argentina agroexportadora, fundamentándose en que es muy difícil medir lo que ocurría en esa época según sus variables económicas ya que las estadísticas son muy escazas.

Todavía la gente cree en la famosa frase de que fuimos el granero del mundo. Esto es solo un mito, ya que ese florecimiento económico esta basado en datos que aparecen posteriormente, como ser, el PBI, que como indicador no tiene en cuenta la distribución del ingreso. Las primeras cifras datan de 1954 y son en base al producto bruto, que sin otros indicadores, como los de distribución de ingresos no refleja la verdadera situación de cada país, en especial para el mundo periférico, la de sus sectores más dependientes.

También señala que hubo crecimiento, pero solo medido en algunos elementos (infraestructura, importaciones, exportaciones) que no transformó al país en una potencia, tampoco en el “granero del mundo” sino solamente en un importante país exportador de materias primas e importador de productos manufacturados; la elite argentina no desarrolló políticas proteccionistas o de la incipiente industria como Canadá.

Aún cuando el país hubiese tenido un fuerte crecimiento, cuya magnitud no puede hasta el momento demostrarse, se hacía imposible afianzar luego un proceso de desarrollo económico sostenido.

El mito de la argentina agroexportadora como potencia económica; incluso como granero del mundo resulta ser una zoncera argentina más, que se suma a las muchas que definió, tan aguadamente, el recordado Arturo Jaureche

BIBLIOGRAFIA

Rapoport, M. “Los gobiernos radicales: Yrigoyen y Alvear, 1916-1930”. Ficha del autor. Febrero 2015