San angel

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ahí el viático para llevarlo a los enfermos imágenes de santos.

El caudillo de San Ángel

En San Ángel existió un famoso guerrillero insurgente que llegó a ser considerado por muchos como “el terror de la comarca”.

Era un negro de raza pura africana, llamado Pedro Rojas (a) el Negro; era subalterno del Coronel D. Nicolás González (a) el chino, que fue fusilado en el 16 de Agosto de 1815.

González comisionó a Rojas para procurar víveres y atacar a las tropas realistas, a cuyas expediciones iba acompañado únicamente de 20 hombres con los cuales cometía verdaderas atrocidades.

En un asalto, mandó fusilar al Capitán realista Acha, junto con dos niños que le acompañaban, pues se cebaba en las chaquetas, como se llamaba entonces a los realistas, principalmente si tenían algún cargo de autoridad.

El campo de sus operaciones era de predilección San Ángel, San Agustín de las Cuevas, Coyoacán, San Nicolás, Ajusco, Santa Fe, Cuajimalpa, en donde tenía incontables amigos que lo tenían al tanto del movimiento de las tropas realistas que siempre estaban en su persecución.

Por fin lograron aprehenderlo y fue conducido a la cárcel de San Ángel, de donde se escapó para ir a refugiarse al Ajusco, pero salió de la prisión. 11

Lucas Alamán dice que tenía una cueva en el Ajusco para arrojar los cadáveres de los que sacrificaba.12

Los pueblos estaban aterrorizados con los crímenes, pues el guerrillero se había convertido en ladrón y asesino.

Por fin, el 21 de Enero de 1818, una partida de tropas realistas a las

Órdenes del Comandante de la Villa de Guadalupe, D. Rafael Casasola, logró capturarlo en la Hacienda del Arenal. El Comandante Casasola ordenó la inmediata ejecución, tomando una declaración y dándole los santos oleos el Cura de San Agustín de las Cuevas.

El cadáver fue sepultado allí, después de haberle cortado la cabeza y el brazo derecho; el brazo se colgó de un palo, en el mismo lugar en que Rojas había fusilado a Acha y a los niños, su la cabeza, fue clavada en un palo, y colocada en la plaza de San Jacinto de San Ángel.

La Capilla de San Antonio

Construida a fines del siglo XVII-XVIII, la pequeña, antigua y emblemática Capilla de San Antonio Panzacola, es una construcción virreinal (una de las pocas que quedan intactas en la ciudad), la cual perteneció a los frailes carmelitas.13 Se encuentra situada junto a lo que fue un pintoresco Puente de Piedra llamado Puente de Altillo, sobre las márgenes del río, se levantaba aislada y melancólica, dividiendo dos caminos.

La calle que cruza esta edificación, fue el Camino Real que unía a San Ángel con Coyoacán y junto a él se encontraba la hacienda de El Altillo. Por mucho tiempo por su lado recorrió un tranvía que comunicaba a varios barrios de la zona.

Sobre el origen de esta iglesia existen varias versiones. La primera de ellas señala que la obra fue mandada a construir por el conquistador Pedro de Alvarado, la segunda favorita de muchos, y conocida por aun más menciona que según dicen, fue erigida para corresponder a un milagro de San Antonio.

En el lugar que ocupa la ermita vivía una familia de la que, tanto el padre, como los hijos, estaban dedicados al muy poco honorable cuanto arriesgado oficio de contrabandistas, y si bien solían tener paupérrimas ganancias, en cambio, corrían el riesgo de morir ahorcados en algún árbol cercano, si alguna ronda de alguaciles los detenía, y no solamente a ellos, sino que era allí el centro de reunión y depósito de mercancías.

Las autoridades, que supieron los manejos de esos hombres, los vigilaban y procuraban sorprenderlos, como en efecto lo hicieron en cierta ocasión, en que estaba la casa enteramente llena de barricas de vino, pipas de aguardiente, cántaros de aceite en fin, toda clase de mercancías,

La esposa de uno de los contrabandistas y madre de los otros, al ver llegar a los alguaciles, se conmovió profundamente y un terror pánico la invadió al considerar las terribles penas con que serían castigados.

La casa estaba enteramente llena de tercios de todas clases no se podían ocultar; simplemente se limitó a cubrir los bultos con unos petates y se puso a implorar la protección de San Antonio en tan duro trance, ofreciéndole, que si los salvaba de ese tan gran peligro y salían bien de tan amargo trance, dejarían el contrabando, derribarían la casa y en su lugar construirían una capilla, que recordara el milagro.

Al llegar la justicia, cateó la casa y a pesar de estar llena de efectos y sólo cubiertos con petates, por más que buscaron, nada vieron ni nada encontraron; las mercancías se habían vuelto invisibles para las autoridades, que se retiraron de aquel lugar proclamando la inocencia de aquellas personas .

Entre el alboroto, no faltó un malicioso que dijera que los productos, estaban muy abultados, y otro vecino dijo que cuando salían de la casa, sus bolsillos producían un sonido como de monedas.

La casa fue derribada y en su lugar se levantó la humilde ermita.14

La tercera de ellas, cuanta que San Antonio de Padua, patrón de esta iglesia, es reconocido como el Santo del Amor y del Matrimonio. En particular para las mujeres de aquel tiempo, a quienes se les pedía una dote (estatus social) para que se casaran. Las mujeres comenzaron a hacer sus declaraciones el Día de San Antonio. Les pedían 13 monedas a diferentes muchachos para ofrecerlas al santo. Esto servía como una manera de decirle al joven, "me gustas, pero no te lo digo abiertamente”.

La Capilla de San Antonio

E 1874 Manuel Payno consiguió que el Colegio fuese entregado al ayuntamiento de San Ángel. No obstante, porciones importantes del edificio fueron vendidas a un particular en 1891 tras la destrucción de otras, como consecuencia de la prolongación del Ferrocarril del Valle hasta Tizapán.

En 1866 se construyó una línea de ferrocarril entre la ciudad de México y San Ángel. El ferrocarril fue sustituido después, por problemas técnicos, por un tranvía tirado por mulas, hasta que en 1900 se estableció un servicio impulsado por energía eléctrica, que circulo hasta 1979. Aprovechando el trazo de la vía férrea, se abrió la calzada de San Ángel, posteriormente la avenida Revolución.

Desde la segunda mitad del siglo XIX y durante el porfiriano se vivió un proceso