TÚ PODER, EN MEDIO DE NUESTRA NECESIDAD
Enviado por Jillian • 1 de Enero de 2019 • 1.806 Palabras (8 Páginas) • 306 Visitas
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He aquí, personas que sufrieron lo que muchos de los que leemos esto ni nos imaginaríamos, personas que decidieron abrir su corazón y que decidieron ser honestas, que reconocieron sus faltas, y más importante aún, personas estableciendo un acuerdo, que va hacia un mismo punto: el perdón y la reconciliación; dejar la guerra en el pasado.
Jamás podremos decir que esto es algo fácil para los que desafortunadamente sufrieron el conflicto en carne propia, y mucho menos algo rápido, a decir verdad han pasado 23 y 17 años respectivamente, desde la masacre en la chinita y el asesinato de los diputados, tiempo pertinente y quizá necesario para que ellos sanaran en algo su dolor, con un complemento y es el encuentro con los victimarios, el encontrarse de frente y hablar, el cicatricure de la herida, por así decirlo, que a pesar de la dificultad, borra las huellas del dolor y hasta la sed venganza, no significando que olvidaran todo lo que paso, pero sí que algo en ellos cambio, que algo en ellos se borró, quizá el rencor.
La fuerza de las memorias
Pero ¿porque no olvidar?, inclusive Younger, Piferi, Jobe & Lawler (citado por: Cortes & Moreno, 2013, pág.92) nos dicen que esto puede ser algo importante para permitirnos perdonar: “Ante la definición espontánea del perdón, priman cuatro temas: el remplazo de emociones negativas, la aceptación del hecho, el retomar la interacción (reconciliación) y el olvidar o no el hecho ofensivo"
Nos dan como alternativa el olvidar o no el hecho, pero como se dice popularmente, “el que olvida su historia está condenado a repetirla”. Si no miremos lo que paso con el Salvador donde “No se ha producido un proceso de reconciliación (…) como lo demuestra el estándar de violencia que se sigue repitiendo, que incluso actualmente ha superado lo que ocurría durante el periodo de conflicto militar” (Baracaldo, 2014). ¿Nos es esto volver a lo mismo? Salir de un conflicto para entrar a algo peor, ir de más (conflicto), a menos y luego a muchísimo más. Una muestra de lo que conlleva el perder la razón de las cosas, en este caso, perder la razón de un proceso de paz. Lujo que como pueblo colombiano no nos podemos dar; es más, es el momento de aprovechar y avanzar, de dejar nuestra historia en la historia y empezar a crear una nueva, quizá no cuento de hadas, pero si una nueva historia no renombrada por el secuestro y las matanzas; una Colombia que no se conforma con cualquier cosa, como lo pudimos ver en el plebiscito, sino una Colombia que busca hacer las cosas bien y de la manera en la que todos nos sintamos conformes, con lo que haremos y como lo haremos, de qué manera avanzaremos y como viviremos esto.
El tiempo también da fuerza
Creo que llegar a la etapa del posconflicto, de alguna manera u otra nos ha llevado a sentirnos algo acosados, sentir que la relación entre nosotros como ciudadanos y los ex guerrilleros tiene que afianzarse de la noche a la mañana, hacerlos parte de nuestras vidas, por decirlo de alguna manera, pero no es necesario sentir ese acoso, así sea que como pueblo colombiano queramos llegar a una nueva etapa en la paz, no hay que olvidar que “el perdón no es obra de ninguna “conciencia colectiva”, ninguna institución, que decida en cuanto “persona moral” trasciende a las personas individuales. Sólo nace en el marco de una relación interpersonal” (LeFranc, 2005, pág. 174) No es algo que se dé por una simple decisión o una votación, es algo que solo nosotros decidimos, que está en nuestras manos y lo vivimos inclusive en nuestro entorno diario, sólo requiere, como todo, de esfuerzo y de querer hacerlo, con la motivación del avance que generaría en un país requerido de ello.
En medio de la necesidad somos capaces de hacer lo que no imaginaríamos, y si lo que necesitamos es un stop al conflicto, que nazca en nosotros un espíritu de concordia y de paz es lo pertinente para detener el conflicto interno más largo, que en la historia, ha vivido algún país de Latino América.
Un conflicto que ya debió haber llegado a su fin hace mucho tiempo, pero en el que al menos ya estamos viendo una luz al final del túnel, y más intensa se hará, cuando en nosotros surja la determinación de brillar, con una fórmula que a veces llegamos a olvidar, y es la voluntad de amar, y en mayor medida a los que más lo necesitan, a los que más se equivocaron y por ende a los que más se han rechazado.
“Se perdona mientras se ama”. (François de La Rochefoucauld)
Referencias
Arias, G. I. (4 de 06 de 2016). El Tiempo. Obtenido de http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/farc-piden-perdon-en-cali-por-masacre-de-diputados-38856
Baracaldo, D. (16 de 06 de 2014). Kien y Ke. Obtenido de https://www.kienyke.com/politica/estos-paises-ya-recorrieron-el-camino-hacia-la-reconciliacion-con-las-victimas
Barquero, C. (12 de 01 de 2014). HUFFPOST. Obtenido de http://www.huffingtonpost.com/christopher-barquero/proceso-del-perdon_b_4257031.html
Caballero, &. Moreno (2013). Concepciones sobre el perdón y la reconciliación en el contexto colombiano. Bogota: Pontificia Universidad Javeriana.
El Tiempo. (30 de 07 de 2016). El Tiempo. Obtenido de http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/farc-piden-perdon-por-masacre-de-la-chinita-45144
LeFranc, S. (2005). Politicas De Perdon. Bogota: Editorial Norma S.A.
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