UNIDAD 9: ÁFRICA Y EL MEDIO ORIENTE

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Entre los habitantes que se defendieron más, ante esta situación fueron las tribus zulúes, que eran una monarquía altamente organizada en zonas montañosas al Oeste y Sur del lago Victoria, pues tardaron un siglo en vencerlos y ello fue, hasta la colonización en Sudáfrica (fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX).

En el segundo tercio del siglo XIX, se presenció la fundación de colonias estables en el Este y en el Sur a africano, pero no fue muy afortunada dicha situación en la costa Occidental para los europeos sobre todo las zonas desérticas. Los beneficios de esta zona decayeron también, por ejemplo: las Costas de granos (Costa de Marfil, Níger y Nigeria) y la venta de pimienta decayó, porque la sustituyó la producción en India; los placeres de la Costa de Oro y Marfil (Ghana y Costa de Marfil actualmente) se habían agotado y el comercio de esclavos había disminuido por el humanitarismo de Europa Occidental. Esta última situación vino a menos porque Dinamarca, en 1803 prohibió el esclavismo y EE.UU. en 1836 hizo lo mismo, aunque continuaba dicho comercio pero con menor proporción.

9.1.2 Factores de la conformación de Estados Nacionales.

El nuevo trazado del mapa de África, se inició en 1880 y en los años sucesivos se modificó mediante un juego diplomático entre las potencias coloniales. Sin embargo, sería erróneo creer que el medio natural nada tuvo que ver con éste reparto. La incitación de los recursos naturales, la superación de obstáculos terrestres y las vicisitudes políticas de los gobiernos colonizados de diversas naturalezas fueron las fuerzas atenuantes a este nuevo tratado de África. Antes de dicho reparto, Portugal, España, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Alemania e Italia tenían presentadas varias reclamaciones de pedazos y zonas costeras africanas.

Y sobre dicha reclamaciones se establecieron esferas de influencia diplomáticas. Para ello se utilizaron a comerciantes, mineros, funcionarios del gobierno y fuerzas armadas que ya habían penetrado en territorios que se encontraron en contacto con fuerzas rivales de igual poder.

Sólo en casos muy particulares de tribus se aceptaron como demarcación entre las colonias europeas. Por lo cual en la mayoría de las veces ocurrieron divisiones en las fronteras de las diferentes tribus provocando su desintegración. A causa de que cada núcleo colonial era una zona de costa en la cual se apoyó su penetración económica y política hacia el interior existían numerosas líneas divisorias que se extendieron hacia sondas internas del continente africano, formando ángulos rectos con la costa donde principiaban, atravesando zonas climáticas y de vegetación dominando paisajes naturales diferentes, pasando por desigualdades del terreno (relieve), por tal razón en África Occidental los ingleses, sufrieron serias dificultades en la selva que se encontraba detrás de sus bases costeras; en cambio los franceses penetraron rápidamente por la zona de sábana, desde sus bases marítimas senegalesas y del alto Níger por ser navegables durante la estación lluviosa.

En África del Sur, los portugueses, y después los alemanes no tuvieron la capacidad de verificar sus ambiciones para unir sus colonias, pero fue fácil el acceso para los ingleses que partieron de bases extra tropicales en el extremo

Sur (Sudáfrica).

Más tarde, en la conferencia de fines de 1884 en Berlín, se cerró una serie de deliberaciones que terminaron en 1885, donde se aceptó proposiciones de reparto de África entre los nuevos Estados marítimos, Alemania, Bélgica e Italia y las tradicionales potencias coloniales; conviniendo que, no se podría, anexión alguna de territorio, sin previo aviso, debiendo a avisar a las demás potencias y que la ocupación debía ser efectiva, en todo caso, dicho acuerdo se estableció para un territorio más amplio que abarcó casi toda África.

Francia y Gran Bretaña tomaron ventaja por su posición en calidad de potencias marítimas principales, obteniendo los dominios más grandes. El Congo fue adquirido por Bélgica. Italia fracasó contra los habitantes guerreros de la meseta de Etiopía y solo obtuvo desiertos estériles cercanos al mar Rojo. España confirmó su presencia en Marruecos y el Sahara, y únicamente dos territorios permanecieron fuera de la dominación de potencias europeas: Etiopía que era una meseta defendida por sus habitantes guerreros y protegida por rivalidades entre Gran Bretaña, Francia e Italia; y Liberia, cuya dependencia de EE.UU. fue admitida sin discusión, esta situación geográfico espacial se prolongó hasta fines del siglo XIX.

Conforme a las descripciones anteriores podemos afirmar desde el punto de vista climático, hablando en un momento del África del Norte Mediterráneo, era la región más conocida y separada por el desierto de el Sahara, sin embargo con el establecimiento de puertos en determinados cabos, se fueron identificando territorios, hacia el interior, correspondiente al África Subsahariana, con la presencia de mesetas en la parte oriental (Etiopía), que detuvo a los invasores por sus habitantes, pero desde otra zonas como ocurrió en África Occidental y sus cuencas hidrográficas, así como el sur fueron recorriendo poco a poco el velo del medio geográfico para después obtener su conquista, observándose selvas, sábanas y llanuras de gran amplitud que fueron dominadas lenta o rápidamente por las diferentes potencias de acuerdo a su momento histórico de poder desde Europa (integración de cada estado como imperio colonial).

9.1.3 La Independencia.

“Nuestra civilización ha ido viendo, desde hace más de un siglo, lo que observaron en su tiempo las viejas civilizaciones, la independización de las provincias sojuzgadas y de las colonias. Para obtener su independencia han recurrido a fomentar nacionalismos, a pedir ayuda a potencias extranjeras (que a menudo se han apoderado de la nación rebelde o de sus riquezas), a colaborar con los mismos extranjeros para alcanzar el poder, a sacar ventaja de los Estados fuertes en turno fingiendo amistad o dos o más a la vez. También ha ido viendo como alcanzada la independencia, el nacionalismo se ha vuelto, a menudo, regionalismo separatista con aparición de jefes ambiciosos locales que dan lugar a revoluciones y a miserias, y, a veces, a la aparición de dictadores tan fuertes que pueden llevar a una antigua colonia a volverse a su vez un estado imperialista sostenido con frecuencia por una masa deslumbrada por fuerza”.

De manera que en el siglo XX termina la era del colonialismo o de la expansión mundial de