¿Y el país cuando lo eligió?

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Tantos sindicatos como la sociedad chilena, se vieron afectados por las determinaciones tomadas por el Estado para ellos. Por su lado los sindicatos fueron totalmente restringidos, llegando a causar gran conmoción dentro de ellos. No podían organizarse de una manera tal, que les permitiera acusar al Estado de los actos que se cometían hacia ellos, lo corruptos que estaban siendo, por esto las organizaciones dejaron de ser lo que eran, ya no habrían más manifestaciones, el abuso era innumerable, pero quienes podían controlar todo esto se encontraban al lado de Pinochet, y lo que sería más absurdo es que actuaban dentro del “marco de la ley”.

“El mundo sindical sufrió harto, porque la dictadura entendió que los trabajadores le dieron a Allende el sustento político-social. La dictadura nos quitó todo a los trabajadores y sindicatos. Los bandos militares mandaron a elegir nuevas directivas y colocar a los trabajadores más antiguos de dirigentes. Las reuniones sindicales habías que hacerlas con un carabinero o un militar al lado. El sindicalismo retrocedió en derechos, en capacidad de lucha, en gestión, unos cincuenta años o más” (Arturo Martínez, ex dirigente sindical). Este hecho dejara claro el constante miedo que tendrán los trabajadores de expresar su descontento alas situaciones que enfrenten como sindicatos, y es que es una de las tantas consecuencias que nos dejó como herencia la dictadura militar.

El no poder ejercer el derecho de elegir que estará bien para el pueblo, y que estas decisiones sean tomadas por el mismo, limitó décadas al país a vivir bajo la represión y el miedo de poder pronunciarse ante alguna situación. El hecho es inevitable, la cosa es que ¿se podrá evitar, en caso de qué sucediera nuevamente? Nuestro derechos debemos defenderlos nosotros mismos, no podemos permitir que venga un Estado y nos imponga leyes a la fuerza y que para el colmo el pueblo no lo haya elegido como representante, ¿por qué tenemos que permitir que situaciones como esta dividan a un país entero y que cada vez que se nombre el tema se sienta un profundo sentimiento como si aún fuera vital? Lo que nosotros tenemos que hacer valer es nuestro derecho a elegir un gobernante el cual nos represente como sociedad para poder depositar en él la confianza de que ejercerá y cumplirá sus funciones de manera honesta y transparente.

Por Bárbara Vilches.

Bibliografía

Carta de Santiago, Documento final del año de los derechos humanos 1978 – Arzobispado de Santiago.

Página web- sindical.cl, entrevista a Arturo Martínez, por Lissette Fosa.

Manual de historia de Chile- Francisco Frías Valenzuela.

Página web- Partido Demócrata Cristiano