La Ley de la Selva, La Ley del Mas Fuerte.

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La violencia física (tanto agrave como leve) es “importada” hacia la escuela, no es usada como mecanismo de regulación sino mas bien, intenta eliminarla aunque los viejos instrumentos irrumpen en ella como la expulsión y la sanción se encuentren cuestionados no apresen otras formas de obviarlos.

“…Puede verse que, algunas violencias, están relacionadas con los condicionamientos socioeconómicos que sufre la población escolar; pero también que otras violencias responden a los climas institucionales propios de cada escuela. Y también hemos podido observar situaciones en que estos factores se combinan. Así, la conclusión que tal vez surja de todas estas observaciones es que si bien no logran resolver todos los problemas, los estilos de gestión institucional son uno de los factores cruciales para intentar moderar los niveles de violencia que puedan surgir en una escuela…”[5] (Miguez, Noel, 2009)

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¿La Ley Del Más Fuerte?

La violencia no es un fenómeno que se dé solo en la escuela, sino también en la casa o en la calle, así como también en los ámbitos económicos, políticos y sociales. La escuela es un reflejo de los niveles de agresión que son altos para esto hay que comprender o buscar respuesta a cuáles son sus causas y consecuencias, esta es la parte difícil, porque mucha veces las autoridades de la institución (profesores, posee mayor carga afectiva debido a su relación con el alumno y los directivos, conscientes de esta situación muchas veces ignoran los hechos de violencia o agresión que viven los alumnos).

La violencia se da en las relaciones interpersonales, la falta de respeto, la agresividad y el abuso son un fenómeno social, por que surge en un clima de relaciones humanas donde se permite y se tolera; en lo psicológico, afecta personalmente a los individuos de manera tal que los chicos (futuros alumnos) tiene un contacto directo (que son víctimas de violencia económica, social y cultura) e indirecta (son sujetos pasivos, que ven violencia dentro como fuera de la escuela, familiar o social siendo participes secundarios de la violencia con la mujer por que los padres los utilizan como detonador para dañar a su mujer. Ejemplos sobran pero uno del más sobresaliente pasó en Entre Ríos en el mes de abril del corriente año, el padre al verse desesperado por la separación con su mujer decide matar a sus dos hijos mellizos de 7 años, le manda un mensaje a su ex mujer en donde le pone que nunca mas vería a sus hijos, cuando este decide chocar de enfrente con un camión Scanea el resultado es uno de los mellizos muere mientras que el hermano y el padre se encuentran en estado delicado. El niño se salva pero el padre muere en el mes de Junio del corriente año)[6] (Telam , 2015).

Lo educativo está estrechamente ligado a las relaciones sociales (según la triada didáctica es descripta como un triangulo en donde el docente, el alumno y el conocimiento se relacionan influenciados por el contexto donde se da la enseñanza (saber que el docente desea que el alumno aprenda) y el aprendizaje (que es la asimilación del conocimiento a través de la practica)) se dan en un microsistema en donde la función de la institución es instructiva y educativa en donde la influencia mutua entre el profesor que es imitado por los alumnos y entre estos, en su relación con sus iguales, apareciendo un esquema de dominio- sumisión¸ con sus pares que es muchas veces violento. Las actividades y hábitos se encuentran enmarcadas en la ley del más fuerte afectando el desarrollo psicológico de agresores y agredidos, surgiendo el abuso de manera espontanea.

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A partir de este esquema Olwensi (1993) explica que, aparece el maltrato que es comportamiento prolongado de insulto verbal, rechazo social y/o agresividad física de los niños hacia otros que se convierte de esta forma en victima de sus compañeros. Esta micro cultura que es la institución escolar, se pueden ver diferentes estilos de ser, sentir y actuar que cohesiona al que se creía y educa los diferentes actores de esta cultura.

Muchas veces las relaciones de iguales, son clave simbólica se sumisión y desprecio que actúa como espejo de la identidad propia y de la autoestima con el riesgo de una enfermedad psicológica. Estos vínculos construyen el concepto de sí mismo y de valoración personal.

“…Cuando un chico/a es obligado a tener experiencias de victimización se deteriora su imagen de sí mismo y se daña su autoestima personal. Igualmente, cuando permitimos que un chico/a se convierta en un abusón permanente, en alguien sin escrúpulos morales que consigue amedrentar a otro, estamos permitiendo que se cree una imagen de sí mismo/a como un ser impune y amoral. Ambos son riesgos graves para el desarrollo social y moral…”[7] (Rosario Ortega Ruiz y Colaboradores , 1997)

La violencia se da en grupos cerrados y clandestinos en donde se ocultan estas situaciones a sus pares, padres, directivos y profesores. La victima de esto sufre un daño psicológico, físico y moral por ser considerado débil, estúpido o marginal por ende la autoestima se devalúa afectando imagen y el nivel académico, al igual que el abusivo, la víctima se vuelve violenta mientras que los mal llamados “brabucones” renuevan sus actitudes hacia ellos. En cuanto a los violentos, podemos decir que afirman que sus agresiones son bromas provocando que el docente y/o directivo a cargo minimicen su intención de hacer daño. Provocando una peligrosa vinculación de la victima de sentirse dependiente y miedoso frente a su dominador.

“..Los espectadores valoran el fenómeno de la violencia escolar como algo grave y frecuente (Ortega, 1997), lo que nos lleva a pensar que esta dañina relación provoca escándalo y miedo en los chicos/as, aunque no se vean involucrados en ella. El temor difuso a llegar a ser objeto de violencia es muy negativo desde el punto de vista psicológico y moral; se aprende a no implicarse, a pasar por alto estos injustos sucesos y a callar ante el dolor ajeno. Pero los efectos del silencio no siempre dejan dormir tranquilo a quien sabe que es inmoral lo que sucede: junto al miedo, aparece el sentimiento de culpabilidad, y es que los efectos del abuso y la violencia se extienden más allá de sus protagonistas…”[8] (Rosario Ortega Ruiz y Colaboradores , 1997)

La vida social (en cualquier ámbito, pero por ahora nos referimos al académico) se encuentra atravesada por la ley del más fuerte que representa el peligro en que vivimos como sociedad globalizada, conectada y diversificada por que