La cultura ha ido generando prescripciones acerca del modo adecuado de ser hombre o mujer y de lo que se espera de cada grupo sexual
Enviado por John0099 • 30 de Octubre de 2018 • 2.705 Palabras (11 Páginas) • 494 Visitas
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- Sexo
Hace referencia a cada una de las partes en la que se dividió el tronco común, machos y hembras, producto de la diferenciación sexual que filogenéticamente hereda el ser humano, como resultado de la evolución de las especies.
Constituye la base biofisiológica de sexuación que tiene una influencia evidente en la constitución de la identidad individual.
- Género
Es una realidad compleja basada fundamentalmente en el conjunto de atribuciones culturales que se vierten sobre el sexo biológico.
Se trata de las características y rasgos considerados apropiados para los hombres y para mujeres, desde el punto de vista sociocultural.
Desde el punto de vista personal, comprende todas las categorías que cada persona utiliza para definir su auto concepto, más allá de la mera descripción bilógica.
IDENTIDAD SEXUAL Y DE GÉNERO:
El proceso de sexuación se inicia con la fecundación del óvulo. Luego, es en el nacimiento que el cuerpo sexuado se integra en un ámbito sociocultural que es portador de un discurso acerca de la sexualidad que contiene todas las atribuciones que la cultura ha ido forjando a través de los siglos.
El ser humano inicia el camino que le permitirá el desarrollo de la diferenciación de sí mismo. Se trata de la génesis del YO, como un ser diferente de los demás, único e irrepetible.
La conciencia de sí mismo no es algo que exista desde el principio. Es una realidad que, aunque inicie su formación de manera muy temprana, requerirá de un largo proceso para su consolidación.
Las personas significativas para el niño o niña son el espejo en el que estos se miran, De este modo irá construyendo su propio yo a través de la imagen que lo otros significativos le proyectan.[pic 2]
Según la Teoría del Apego, la génesis del yo ocurriría en el proceso de vinculación afectiva con la persona cuidadora. En esta relación surge el modelo interno que está compuesto por el modelo de sí mismo y el modelo de los otros.
La Identidad se trata de la integración en un todo razonablemente coherente del pasado, del presente, y de los deseos y aspiraciones del futuro. La identidad es en definitiva la teoría de sí mismo que la persona desarrolla a través de su experiencia, especialmente en la relación con las otras personas.
Se destacan dos dimensiones: la Identidad Existencial que se refiere al yo como sujeto, la conciencia de sí mismo distinto de los demás, una entidad propia que permanece a través del tiempo. La Identidad Categorial, referente al objeto, aborda las categorías por las cuales uno puede definirse a sí mismo. La identidad, por tanto, comprende diversas categorías.
Debemos insistir en el hecho de que los conceptos hombre o mujer son enormemente flexibles, tanto desde el punto de vista biofisiológico como del psicosocial. Por tanto, respecto a la identidad sexual en la categoría del yo, existe una enorme diversidad de ser hombre o mujer.
Autoconcepto y autoestima:
El Autoconcepto es la descripción o definición de uno mismo basado en los rasgos o características más relevantes en cada edad. Se trata, por lo tanto, de una cuestión cognitiva. Depende del momento evolutivo, a medida que aumenta la edad se adquieren nuevas capacidades de relación, abstracción, síntesis, por ello iremos encontrando descripciones más complejas de uno mismo.
La autoestima es una dimensión marcadamente valorativa. Como indica Jesús Palacios (1999), es un producto psicológico que unas veces se acompaña de un signo positivo y otras de un signo negativo. Esto depende de la distancia entre la valoración personal y las expectativas que se tengan respecto a alguna cuestión en concreto, es decir, la importancia que para uno tenga tal cuestión.
La autoestima en relación con la identidad sexual y de género es una cuestión sumamente relevante para el bienestar personal. Recordemos que se trata de una valoración de nuestro modo de ser mujeres u hombres, que puede tener signo positivo o negativo. Recordemos también que vivimos en una sociedad extremadamente exigente respecto a los modelos sexuales, tanto de tipos (cánones de belleza) como de comportamientos, por un lado y por otro, considerablemente sexista.
Identidad:
La Identidad Sexual es un sobre la propia figura corporal (soy mujer, soy hombre), basado en las características biológicas (genitales, figura corporal).
La Identidad de Género es un juicio de auto clasificación como hombre o mujer en base a las atribuciones que la sociedad ha ido asignando a cada uno de los sexos.
Si consideramos, como diría Carl Rogers, el proceso de convertirse en persona, en algún momento del desarrollo se produce una confrontación personal entre la identidad sexual y los contenidos de la identidad de género.
Desde la perspectiva de la psicología, lo que realmente interesa es el modo en que uno se percibe a sí mismo o a sí misma, como mujer u hombre, más allá de los estereotipos. En este modo de ser se incluye la integración del propio cuerpo sexuado y de la imagen corporal del que se deriva, los elementos o categorías que definen a uno o a una misma, las identificaciones que se despliegan en relación con referencias externas.
Para concretar lo anteriormente expuesto, diremos que la identidad sexual y de género es la teoría que cada persona construye acerca del modo en que se siente y se expresa como mujer u hombre, realidad que se conforma a través de una proyección retrospectiva y prospectiva que incluye, no sólo contenidos, sino expectativas e ideales. El autoconcepto sexual es una descripción puramente cognitiva que evoluciona al hilo del desarrollo cognitivo general. La autoestima sexual es la valoración, positiva o negativa, que uno hace de su modo de ser mujer u hombre, en relación también con el contexto social de referencia. La autoestima sexual no sólo hace referencia a la valoración del modo de ser sexuado, sino a la valoración del desempeño erótico en relaciones compartidas.
ROLES DE GÉNERO:
Los roles de género eran, antiguamente, las funciones que se le asignaba a cada sexo. El hombre obtenía el rol trabajador, para mantener y defender el núcleo familiar. La mujer obtenía el rol de la crianza y todos los comportamientos
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