Las Emociones y su Influencia en la Sociedad
Enviado por Eric • 28 de Abril de 2018 • 1.462 Palabras (6 Páginas) • 503 Visitas
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La mente emocional, aparte de infantil, es autoconfirmadora y pasa por alto recuerdos o hechos que derrumbarían sus convicciones y sostiene de manera exagerada los que la sustenta. Mientras que en la menta racional las convicciones varían y pueden cambiar con evidencia, ya que razona de manera objetiva.
Viéndose desde un punto de vista neuronal, al experimentar diversas situaciones de la vida diaria nuestros sentidos recuperan la información necesaria para reaccionar de una manera determinada por nuestra personalidad, recuerdos, emociones, pensamiento, creencias y fisiología. Después esta información llega al Tálamo donde se codifica en el lenguaje mental, de ahí pasa a la corteza visual donde se analiza y se busca una respuesta apropiada; si es emocional se activa una señal da la amígdala para activar los centros emocionales. Antes de esto, si la información recuperada es emocional, una pequeña parte viaja desde el tálamo directamente a la amígdala. Así la amígdala puede desencadenar una serie de respuestas mucho más rápidas mientras que los centros corticales intentan entender lo que está sucediendo.
Anatómicamente los sentimientos pueden actuar independientemente de la neocorteza. Algunas acciones pueden generarse sin la menor influencia racional y consciente. La amígdala puede albergar recuerdos y repertorios de respuestas que se efectúan sin saber exactamente la razón de estas debido a que el atajo del tálamo a la amígdala evita totalmente la neocorteza. Esta conexión parece permitir que la amígdala sea como un banco de recuerdos emocionales de los que nunca se fue plenamente consciente.
Muchos científicos han creído que el hipocampo es en realidad el centro de estas reacciones emocionales, cuando en realidad su principal función es dar un contexto a los eventos que nos suceden en la vida diaria, por ejemplo, un león en plena carretera y uno que está en el zoológico.
Mientras que el hipocampo guarda datos simples, la amígdala retiene todo el ambiente emocional que acompaña a esos datos.
Esto significa que el cerebro tiene dos sistemas de guardado de recuerdos, uno para datos simples y otro para recuerdos con peso emocional. Pero los recuerdos emocionales pueden ser un timón defectuoso para el presente.
Una desventaja de este sistema de alarma emocional es que es anticuado conforme al contexto social se refiere, en especial en la sociedad humana que está en constante cambio. Al recibir la información, la amígdala, como ya mencionado, hace un análisis rápido de la situación y lo compara con alguno de los recuerdos presentes en ella, el análisis al ser asociativo cuando un elemento clave de la situación es similar a alguno que tenga retenidos del pasado lanzará la misma reacción que se hizo en el momento pasado: actúa antes de que haya confirmación plena. Aunque sean poco parecidas bastará para alarmar a la amígdala.
El regulador de la amígdala parece estar en los lóbulos prefrontales exactamente detrás de la frente. La corteza prefrontal entra en acción cuando alguien siente miedo o ira y contiene o controla el sentimiento con la finalidad de ocuparse más eficientemente de la situación, o cuando una nueva evaluación genera una respuesta diferente.
Cuando una emoción entra en acción, milisegundos después los lóbulos prefrontales generan una relación riesgo-beneficio de infinitas reacciones posibles y seleccionan una como la mejor.
Una forma en la que la corteza prefrontal demuestra su capacidad de controlar a la amígdala es amortiguando las señales que da la amígdala.
Cuando no existe el trabajo de los lóbulos prefrontales gran parte de la vida emocional desaparece; al no haber comprensión de algo que merece una respuesta emocional, simplemente ninguna se produce. El lóbulo prefrontal derecho es donde se encuentran los sentimientos negativos como temor y agresión, mientras que el izquierdo controla las emociones no elaboradas, probablemente inhibiendo el derecho.
Recapitulando el lóbulo prefrontal izquierdo puede inhibir ciertos arranques emocionales negativos, excepto los más intensos. Si la amígdala funciona como una alarma el lóbulo prefrontal izquierdo se encarga de desconectar las emociones negativas. Estas conexiones límbica-prefrontal son fundamentales en la vida mental y son esenciales guiando a tomar decisiones importantes la vida.
Este circuito explica por qué la emoción es tan importante para el pensamiento eficaz, tanto en la toma de decisiones acertadas como en el simple hecho de pensar con claridad. Se debe considerar el poder que las emociones tienen de alterar el pensamiento mismo.
No se trata de suprimir la emoción y remplazarla con razón, sino encontrar el equilibrio entre ambas.
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