Programa preventivo contra cancer de mama
Enviado por Ensa05 • 27 de Mayo de 2018 • 7.117 Palabras (29 Páginas) • 275 Visitas
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La quimioterapia puede tener un impacto emocional en los pacientes debido a que el tratamiento en sí es una señal de auto-preservación emocional. La opción para combatir el cáncer no termina con la primera dosis de la medicación y los pacientes a menudo se sienten gravados emocionalmente cuando la recuperación es lenta. Los efectos secundarios físicos pueden contribuir significativamente a la angustia emocional. El insomnio, náusea constante, pérdida de peso, pérdida de cabello y una vida sexual disminuido todo puede hacer un paciente se sienta emocionalmente perturbado. La Sociedad Americana del Cáncer sugiere que la combinación de quimioterapia con terapia psicosocial puede ayudar en el alivio de la angustia emocional significativa. Los pacientes pueden buscar a un psiquiatra, un psicoterapeuta, un trabajador social, un terapeuta sexual o un miembro del clero, (Cancer, 2016).
La función cognitiva y la salud emocional están fuertemente interconectadas y la quimioterapia puede tener un grave efecto sobre ambos. En algunos casos, la angustia emocional puede afectar la función cognitiva, mientras que en otros casos, el deterioro de la cognición puede alterar las respuestas de juicio y emocionales. La regulación emocional está fuertemente mediada por la función cognitiva saludable, ya que nos permite formar recuerdos significativos. Salud cognitiva también nos permite comunicarnos de manera efectiva las emociones a través del lenguaje, (Cáncer, 2007).
La quimioterapia también afecta a los pacientes debido a la carga percibida de la pérdida de familiares, amigos y trabajo. Los pacientes pueden sentirse aislados de participar en actividades de la familia debido a la fatiga ya las citas médicas. La vida social también se ve afectada dramáticamente por la quimioterapia debido a la fatiga y, a menudo vergüenza. Los pacientes pueden sentir especialmente angustia emocional de la quimioterapia debido a tener que tomar una licencia médica. Algunos empleadores pueden no tener la flexibilidad para permitir una recontratación después de la recuperación y esto puede añadir aún más a la angustia emocional, (Chemocare, 2012).
La radioterapia es uno de los tratamientos más comunes contra el cáncer. Este tratamiento utiliza partículas u ondas de alta energía, tales como los rayos X, rayos gamma, rayos de electrones o de protones, para eliminar o dañar las células cancerosas. La radioterapia se conoce además como terapia de radiación o terapia de rayos X. La radiación puede ser administrada por sí sola o junto con otros tratamientos, como cirugía o quimioterapia. De hecho, se sabe que ciertos medicamentos son radiosensibilizantes. Esto significa que en realidad pueden hacer que las células cancerosas sean más sensibles a la radiación, lo que contribuye a que la radiación sea más eficaz en eliminar estas células, (Cancer, 2015).
Repercusión psicosocial de la enfermedad
Se ha notado que la enfermedad oncológica se caracteriza por ser un proceso en el que la persona tiene que enfrentarse a múltiples situaciones estresantes, que comienzan cuando se presentan los primeros síntomas y el miedo a que el diagnóstico se confirme y, posteriormente, la asunción del mismo. Continúa con la preocupación y los temores que despiertan los distintos tratamientos que vaya a recibir y a sus efectos secundarios con la consiguiente disminución de la calidad de vida, (Fernández y Bastos, 2011). Las diferentes fases de la enfermedad oncológica son las siguientes:
Diagnóstico
En el diagnóstico la confirmación del cáncer supone un gran impacto emocional que genera reacciones de miedo, ansiedad, incertidumbre, tristeza y rabia, siendo uno de los momentos de mayor tensión. La persona tiene que enfrentarse a la enfermedad y a la incertidumbre de su evolución. Se considera que al igual que la enfermedad, el diagnóstico no constituye un momento, sino que es un proceso que incluye una serie de fases, con crisis que ocasionan distintos problemas a los que hay que enfrentarse.
–La que precede al diagnóstico: cuya duración y reacciones están determinadas tanto por variables sociodemográficas: edad, sexo, clase social, nivel cultural, educación sanitaria, como por variables psicológicas, asociadas con el miedo a la enfermedad.
– La confirmación del diagnóstico: es el momento de máxima tensión ya que es cuando se le comunica a la persona lo que tiene, cuando se le está dando la certeza de enfermedad y las alternativas de tratamiento.
– Reconocimiento de la propia enfermedad: se inicia esta etapa cuando el paciente asume su situación real de enfermedad. Esto no siempre ocurre en el momento del diagnóstico, sino que se alarga en el tiempo y se produce cuando la persona ya está recibiendo el tratamiento.
Tratamiento
Como ya se mencionó, los tratamientos que habitualmente generan múltiples efectos secundarios que en muchas ocasiones son difíciles de entender por el paciente puesto que a corto plazo experimenta un empeoramiento de su estado físico y emocional en lugar de una mejoría, sin la seguridad de obtener una curación total.
En muchas ocasiones los tratamientos son difíciles de entender por el paciente puesto que a corto plazo experimenta un empeoramiento de su estado físico y emocional en lugar de una mejoría, sin la seguridad de obtener una curación total, solo con la esperanza de controlar la enfermedad. Reacciones de ansiedad, miedo, pérdida de control, indefensión, sentimientos de inutilidad son habituales durante esta fase. Dichos efectos secundarios varían de una persona a otra, dependiendo de las características del fármaco y de las de personalidad del enfermo. En general, los tratamientos afectan a la persona tanto en el área somática, familiar, social y psicológica, dando lugar a diferentes alteraciones y reacciones emocionales.
Remisión
Cuando los tratamientos han finalizado y no hay evidencia de enfermedad es el período considerado como de remisión o período libre de enfermedad. A nivel físico comienza la recuperación. Ésta no siempre es entendida por el paciente y familiares que piensan que, una vez finalizados los tratamientos, de forma inmediata se van a sentir bien, “como antes”, y esto no es así: es una recuperación poco a poco, a veces más lenta de lo que ellos desearían.
Psicológicamente puede ser un momento problemático. Igual que hablamos de un proceso de adaptación a la enfermedad, ahora se plantea el proceso de adaptación a la normalidad. Este es uno de los momentos en los que se produce
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