Comportamientos y actitudes

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Milgram hace otra aclaración “La lección más importante de nuestro estudio es que las personas corrientes, que simplemente realizan su trabajo sin ninguna hostilidad particular de su parte, pueden convertirse en agentes de un terrible proceso destructivo”. Las personas buenas a veces hacen cosas malas. Al estar bajo influencia de fuerzas malignas, a veces se corrompen.

Esto nos centra en el punto principal “La Conformidad”, el cambio de comportamiento y de las creencias como resultado de la presión del grupo, se presentan de dos maneras.

La transigencia que consiste en estar de acuerdo con el grupo externamente, mientras que internamente se está en desacuerdo. La aceptación que consiste en creer y actuar de acuerdo con la presión social.

Y una vez más podemos compararlas con el experimento de Milgram que motivan una forma extrema de transigencia. Que bajo condiciones óptimas una autoridad legítima y cercana, una víctima remota y ninguna otra persona que diera ejemplo de desobediencia.

Ponen de manifiesto el poder de las fuerzas sociales y la facilidad con que la transigencia genera aceptación. La maldad no solo es producto de personas malas en un mundo bueno, sino de también de poderosas situaciones que inducen a la persona a avenirse con valores falsos o a capitular ante la crueldad.

¿Cuándo se conforman las personas? Entre más inseguros nos sintamos respecto a nuestros juicios, mas influenciados estaremos por los demás. La conformidad es mayor cuando el grupo tiene 3 o más personas y es cohesivo, unánime y de alta posición social.

Unanimidad porque es más fácil defender algo si se puede contar con alguien más que también lo defienda. Esto es lo que muchos grupos religiosos emplean. Cohesión porque una opinión minorista de alguien ajeno al grupo influye menos en nosotros que la misma opinión minoritaria de alguien perteneciente a nuestro grupo. Los miembros del grupo que se sienten más atraídos por este, responden más a su influencia, no les gusta estar en desacuerdo con los demás miembros del grupo. Temiendo ser rechazados por quienes les agradan, les permiten ejercer cierto poder sobre ellos.