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Comportamiento y actitudes de los Inmigrantes en Cataluña

Enviado por   •  1 de Octubre de 2018  •  6.172 Palabras (25 Páginas)  •  383 Visitas

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El artículo de P. Sow describe una adaptación al modelo capitalista, mediante la implantación de redes con base familiar y clientelar para la distribución de varios productos manufacturados. Dichas redes pueden llegar a alcanzar a los países de origen y se basen sobre todo en relaciones personales. De esta manera, las mujeres senegalesas se adaptan a sus posibilidades en el país de acogida y al mismo tiempo mantienen sus relaciones personales. Debido a sus posibilidades limitadas de participar en la economía oficial, desarrollan un sistema de pequeña producción mercantil sin las seguridades del mercado legal, pero siguen usando las ventajas del sistema económico global (No solo la dimensión global, pero también el uso de las TIC parece jugar un papel destacado en dicho sistema).

Se puede ver en los artículos de L. Garzón y P. Sow que la percepción de las instituciones capitalistas puede variar entre los diferentes grupos de inmigrantes. Garzón muestra una percepción cosmopolita de Cataluña y de Barcelona, en concreto gracias a su carácter plural y abierto. Factores que son más importantes para los inmigrantes argentinos de clase media que vienen con expectativas más altas que no solo incluyen las instituciones capitalistas estables, sino también posibilidades culturales y una ambiento social abierto. Para las mujeres senegalesas y gambianas, la integración en el sistema económico catalán no es prioritaria al anteponer el cuidado de la familia y la dedicación a las tareas domésticas. No obstante, expresan su malestar al afirmar como expondremos en el apartado referente al mercado laboral, que es la propia legislación la que limita su entrada a dicho mercado así como la baja remuneración al verse segmentadas en empleos de baja cualificación. Es por lo expuesto que recuren a las redes familiares creando estructuras de distribución de bienes manufacturados domésticamente.

Se puede concluir que las actitudes de los inmigrantes delante de las instituciones capitalistas, en el país acogida, dependen seguramente de sus experiencias en su país de origen pero son probablemente aún mas influenciadas por la situación y las necesidades que construyen la situación económica y social en el país de origen.

- Orientación hacia las relaciones de género

P. Sow afirma que entre los inmigrantes senegaleses y gambianos el marido es el que se encarga de la aportación económica y el trabajo, y el papel de la mujer queda subordinado al ámbito doméstico familiar. Vigilar y educar a los niños y mantener el hogar son las tareas principales de las mujeres y un trabajo fuera del hogar casi no se puede complementar, como lo muestra la declaración de un joven marido gambiano:

“Todo lo que gana el marido es para su esposa y sus hijos, la mujer debe ocuparse de la comida, la ropa y de planchar: así́ ella no se aburre en el hogar. Ella debe tener la esperanza [...] satisfacerse con los bienes materiales pertenecientes al marido. [...] pero, si su marido quiere un coche y su esposa quiere otro, su marido desea levantar una casa en Gambia y su esposa quiere hacer lo mismo [...] ella entonces también debe trabajar! Y, en cierta medida, puede haber un cambio de actitud entre esposa y esposo en este sentido [...] porque la esposa no puede, al mismo tiempo, trabajar fuera de la casa y ocuparse convenientemente de ella.” (Sow, p. 75f.)

Un gran factor para esta actitud es el machismo en la cultura senegalesa y gambiana que es un factor que frena y limita la función de la mujer en el ámbito doméstico y familiar donde su tarea es la educación de los niños y la ocupación total a la fratría. Por otro lado, muchas familias de inmigrantes senegalesas y gambianas se destacan por ser de una comunidad endogámica. El hombre es percibido como el sustento principal de la familia y tienen la obligación de mantenerla y garantizar su bienestar. El papel estricto que está conectado con esta percepción tradicional limita las posibilidades de estas mujeres inmigrantes en España. Hay que admitir que muchos maridos en su tiempo libre, durante los fines de semana y los días de fiesta colaboran en las tareas de mantenimiento del hogar y apoyan a sus mujeres haciendo pequeños trabajos en domicilio.

Pero no es así es todas las familias senegalesas o gambianas. Hay también unas mujeres que tienen un trabajo asalariado, sea en un domicilio (véase el punto “Orientaciones hacia las instituciones capitalistas”) o fuera del hogar. El problema lo encontramos en que las mujeres se encuentran generalmente peor pagadas que sus esposos lo que mantiene la distribución tradicional de los papeles. Se puede observar lo mismo en el artículo de Parella y Samper que confirma que en la mayoría de los casos las mujeres no trabajan porque el salario adicional no sobrepasa relevantemente los costes de los servicios privados. La situación económica determina que el mercado laboral remunera mejor a los hombres. Eso es un factor que desincentiva la inserción laboral de la mujer. Otro aspecto importante son los costes elevados de los servicios privados de guardería frente a la remuneración salarial de una posible inserción laboral, lo que frena dicha inserción porque al final no resta un beneficio suficiente. Si una familia no tiene la posibilidad de dejar a sus niños vigilados por otro miembro de la familia, un trabajo fuera del domicilio casi no resulta en ingresos más altos. Parella y Samper pueden mostrar de esta manera que las condiciones económicas determinan las relaciones de género en la comunidad magrebí como en la comunidad latinoamericana. En la opinión de las autoras, sería por lo tanto la división del trabajo según el género, la principal responsable de las diferentes posiciones en el orden social entre hombres y mujeres.

Si el marido tiene un salario suficiente para que su esposa no necesite trabajar, los papeles tradicionales de género pueden quedar del mismo modo que en el país de origen. El ejemplo de una joven marroquí lo muestra así:

“[...] mira, la verdad, que yo trabajar... Si mi marido tiene un sueldo bueno, yo no pienso trabajar, mejor para mí quedarme con mis hijos más tiempo, quedar conmigo mejor. No te digo que no quiero trabajar, pero yo prefiero estar con mis hijos, no puedo dejarlos. Si mi marido gana bien no voy a salir a trabajar, porque mis hijos para mí́ quedar conmigo. Porque miro y pasan muchas cosas ahí́, mujeres que trabajan y pasan muchos problemas con los niños y no quiero buscar problemas con mis hijos, ni nada. No, no quiero por ejemplo que mis hijos llegan tarde a la casa, no quiero entrar a mi hijo en la guardería, mejor que primer tres años esté conmigo en la casa, cuidarlo, mirar cómo está.” (Parella

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