DUELO Y MUERTE EN LAS FAMILIAS

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Este es un proceso individual que cada persona lo vive de manera distinta, en donde debe tomarse el tiempo necesario para reflexionar sobre el nuevo mundo que deberá enfrentar. Por ejemplo, es usual que muchos dolientes se dediquen a actividades solidarias, participen en ONG’s o ayuden en la recaudación de fondos para promover información vinculada a la causa que ha originado la muerte de su ser querido, como lo expone Marco, P. (2017) en su reporte en el periódico El País: “dolor en el pecho, temblor en los pies, un nudo en la garganta y un impacto devastador” así describen algunos uruguayos las emociones que sintieron tras perder un familiar. El año pasado, 446 familias se vieron afectadas por ello. Daniel Hernández lo padeció hace ocho años. Su primo, que circulaba en una moto sin casco, chocó con otro motociclista de manera frontal en Durazno. Por la colisión, cayó contra el pavimento, lo que le causó un traumatismo de cráneo severo. Falleció en el hospital horas más tarde, cuando recibió la llamada que le informaba del accidente, no lo podía creer y narra lo siguiente:

- Él tenía 19 años. En muchas cosas lo veía como mi hijo y teníamos una relación muy cercana. Para mí fue devastador. -Expresó-.

-Antes era un infractor común. Ahora soy muy estricto. -Indicó-

Después de ese episodio, la vida de Daniel cambió. Se sumó a la Red Nacional de Víctimas y Familiares de Siniestros de Tránsito, creada en 2009, y empezó a modificar su comportamiento al manejar: Tanto se interesó que empezó a estudiar sobre el tema. Luego del fallecimiento de un ser querido de manera inesperada, la reacción es distinta según la persona.

- Va a depender de su historia de vida, de los vínculos con el fallecido y de su personalidad, comentó a El País Ileana Poloni, psicóloga de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev).

Si bien, Fonnegra (1999) plantea que estas muertes inesperadas son un choque inicial al que se le suman otra serie de elementos como la culpa, los cuestionamientos internos, la revisión minuciosa de los últimos días, la rabia, los sentimientos de injusticia o resentimiento.

Las muertes que ocurren por situaciones traumáticas (homicidios, accidentes de tránsito y suicidios, entre otras), tienden a complicar la realidad de las familias, debido a que estas deben enfrentar en un solo evento dos situaciones complejas: el dolor de la muerte y el estrés postraumático (Fonnegra,1999) Las situaciones traumáticas se caracterizan por lo sorpresivo y súbito del evento; por el nivel de violencia empleado en la persona agredida; por muertes múltiples o por factores que se pudieron evitar (Fonnegra, 1999). La misma autora, traza una serie de elementos que pueden complicar el duelo de una persona cuyo familiar fallece de forma repentina. Entre estos menciona, la capacidad de adaptación disminuye, el mundo que la persona cree seguro cambia y se vuelve vulnerable, el doliente reconstruye los eventos de la muerte tratando de entenderlos, lo que genera mayor dolor y confusión, las reacciones emocionales se intensifican con el fin de encontrarle un sentido a la muerte.

Por tanto, al asimilar que el familiar que padece la enfermedad terminal tiene pocos días o años de vida, la persona comienza a buscar estrategias de afrontamiento que le permitan vivir esta experiencia de una forma menos dolorosa y traumática, como consecuencia fortalecen los lazos afectivos con sus familiares poniéndose a cuentas con ellos, busca apoyo espiritual, busca ayuda terapéutica.

Tras aceptar la perdida cada uno de los miembros de la familia experimenta el duelo, teniendo un impacto positivo en las relaciones establecidas entre los miembros de la misma. Por ejemplo, Según (Bosquet, L. et al) relaciones con la pareja, tras el proceso de enfermedad y posterior pérdida del hijo la relación de pareja se fortalece. Para las madres, el papel desempeñado por sus parejas tras la pérdida es clave en la reorganización de su vida. Consideran que la vivencia del proceso de enfermedad y muerte de sus hijos ofrece una oportunidad de maduración de la relación de pareja, sintiéndose en la actualidad unidos y apoyados mutuamente.

Sin embargo, ante una muerte repentina, el proceso de aceptación se puede presentar en un tiempo prudente, y la familia, para sobrellevar la perdida puede estrechar con mayor fortaleza los lazos afectivos entre sus miembros para ser un apoyo ante ese momento difícil. Ante perdidas repentinas, los procesos de afrontamiento pueden ser largos pero llevaderos, la persona puede readaptarse, como por ejemplo ubicándose en un ambiente que acepta el vacío que deja el que murió.

Lo dicho anteriormente ocurre en situaciones donde las familias cuentan con apoyo psicológico, no obstante, son pocas las familias que tienen acceso a este tipo de ayuda, ya que no cuentan con los recursos económicos para pagarla, también dependerá de la unión que tengan los miembros de la familia, y que tan fuertes sean sus lazos afectivos, hoy en día las familias tienen a ser más pequeñas y divididas, por eso la falta de redes de apoyos dificultad este proceso de duelo.

Conclusión

Afrontar la pérdida de un ser querido es más llevadero cuando se sabe que este pronto va a morir, debido a causas patológicas, ya que desde el inicio de su enfermedad se puede buscar ayuda y se inicia un proceso de pre-duelo en donde la persona asimila paulatinamente que su ser querido morirá, y así busca como afrontar de la mejor manera la futura perdida. Finalmente, es entendible que ante una perdida repentina el duelo sea más complejo e incluso la persona haga resistencia a iniciar un proceso de duelo, de dejar ir, ante la negación de lo sucedido.

Referencias

Bosquet, L., Campos, C., Huesos, C., Pérez, N., Hernández, A., Arcos, L., y Cruz, F. (2012). Vivencias y experiencias de duelo en madres tras un proceso de enfermedad oncológica de sus hijos. Med Paliat, 19 (2), 64-72.

Bowlby, J. (1990). La Pérdida Afectiva. Tristeza y Depresión. Buenos Aries, Editorial Paidós.

Corr, Ch. (2001). Las Muertes Violentas e Inesperadas Dejan una Serie de Víctimas Secundarias. Universidad del Sur de Illinois, En: Edwardsville, Partnership for Caring, Inc. Recuperado de www.findingourway.net/downloads/Violence_Sp.doc

Fonnegra, I. (1999), De Cara a la Muerte: Cómo Afrontar las Penas, el Dolor y la Muerte para Vivir Plenamente. Colombia, Editorial Andrés Bello.

Marco, P. (2017).