Duelo y muerte.

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Citando un poco lo que la lectura nos dice “el viejo por serlo se enfrenta con la muerte como un acontecimiento próximo e inevitable”, en el cual es cierto porque por más que ellos se resistan a morir tarde o temprano su espacio en este mundo tiene que dejar de existir. Así también nuestra observación de la muerte de los ancianos está muy impregnada por la proyección de nuestros propios deseos y temores. Esto se puede dar muy bien con los doctores cuando les llega un paciente en un estado crítico y saben que de cualquier forma el paciente va a fallecer, ellos viven procesos fuertes más cuando llega hacer lazos muy fuertes con su paciente. Pero estos también cuando están tratando a un anciano y en la sala de emergencias muere ellos se escudan diciendo “ya había vivido mucho” como diciendo “ya era hora que dejara de robarnos oxígeno”. Sin embargo, éstos que critican no piensan que de una forma u otra todos vamos por el mismo sendero y como decían los antiguos ancianos “como te veo me vi, como me ves te verás”. Por consiguiente se han escuchado casos de suicidio de personas mayores de edad, que recurren a estas mediadas por que se llegan a sentirse solas, desprotegidas o por alguna enfermedad incapacitante; en su mayoría de nuestros ancianos lo hacen porque ya fueron jubilados y se llegan a sentir inservibles, conllevándolos a una desesperanza.

Del mismo modo aparece otro grito de desesperanza la tan llamada “eutanasia o el bien morir”, en la cual es una decisión a mi opinión muy valiente ya que buscan aliviar el sufrimiento que muchos ancianos padecen tanto física como emocionalmente. Para algunos autores la clasifican en: 1.- eutanasia directa y voluntaria en la cual el paciente decide quitarse la vida y realiza el acto para lograrlo a lo que también lo llaman “suicidio”. 2.- eutanasia directa y voluntaria aquí el paciente autoriza para que le pongan fin a su vida sin posibilidades de recuperación.

3.- eutanasia directa e involuntaria se lleva a cabo sin contar con la autorización previa del paciente, esto ocurre cuando se sufre de una muerte cerebral y el paciente lo tienen aún con vida pero de manera artificial y los mismos familiares deciden desconectarlo. 4.- eutanasia indirecta e involuntaria la cual también se realiza sin el consentimiento del paciente.

Todas estas formas de morir antes dicha, muchas veces son practicadas para dejar de sufrir como bien lo refiere la lectura, pero en lo particular me causa cierta impotencia el que nos estamos olvidando de nuestros ancianos quienes son fuente de sabiduría, y llenos de amor puro. Y que prefiramos abandonarlos en acilos o peor aún que ellos mismo recuran al suicidio por echo de sentirse solos, siendo que ellos cuando tuvieron fuerzas nos llenaron de amor, y cubriendo el lugar que los padres no pueden por cuestiones de trabajo y que de buenas a primeras los olvidemos. Siendo que antes eran considerados como consejeros y respetados por todos. Considero que la lectura de este texto me amplio el panorama al saber cómo nuestros ancianos sufren el hecho de morir y el miedo que les provoca aún más cuando se encuentran en desamparo.

CORZO SANTIAGO DIANA LAURA 8 “C”