El dia que nitzsche lloro

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ya que su nombre era igual al nombre de su paciente Bertha, así Nietzsche encamino a la curación de Breuer (Yalom, 1995).

Y con el malestar que presentan estos dos personajes en el libro de Irvin Yalom se evidencia que el psicólogo también es un ser humano, que tiene problemas y en ocasiones necesita la ayuda desesperada de otro profesional para poder salir de la crisis en que se encuentra, invirtiéndose el papel del terapeuta para convertirse en paciente. Por tal motivo, la frase que puede describir muy bien a un psicólogo es: “Hay quienes no puede aflojar sus propias cadenas y sin embargo pueden liberar a sus amigos.” (Nietzsche, 2010) Por lo tanto, los encuentros no son casuales, son oportunos, y eso es lo que se evidencia con Brouer y Nietzsche. Su amistad por la unión de un tercero fue lo mejor que les pudo pasar ya que cuando estaban más desesperados y no encontraban solución a los pensamientos que aquejan al inconsciente de su día a día aparecieron como apoyo psicológico para su inconsciente. Porque este vera de manera objetiva e imparcial formándose un vínculo de confianza siendo este un punto muy importante para el desarrollo de la actividad. Cada personaje tenía su razón para aceptar la terapia mutua, El Dr. Brouer quería saber si el mal físico es consecuencia del mal emocional y a pesar que Nietzsche no tenía la intención de poner en práctica sus conocimientos psicoterapéuticos, si le sirvió para darse cuenta que su experiencia y aportaciones es de mucha utilidad para descubrir de donde provienen los sentimientos de tristeza, depresión, el miedo a la muerte, angustia y todos los verbos que nos producen infelicidad. Nietzsche dice: que si pudiéramos vivir varias veces las mismas experiencias, conocimientos y conocer a la misma gente, nos sentiríamos completos y felices? “No tomar posesión de sus objetivos, dejar que su vida sea un accidente” (Yalom, 1995).