FUNDAMENTOS Y POSIBILIDADES DE LA BITÁCORA DE MI PROYECTO DE VIDA

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Según lo anterior, téngase en cuenta que para llegar a la narrativa escrita es fundamental el desarrollo previo o posterior de la narrativa oral. Por tal motivo, “el conversar apunta a provocar en el otro una vuelta, un cambio. En este sentido, los conversatorios aspiran a convertirse en talleres de herrero en donde cada quien pueda forjar las nuevas facetas o formas de sus herramientas conceptuales”. (Vásquez, 2005).

Por eso, una de las claves de la experiencia comunitaria apunta a que “la búsqueda fundamental del conversatorio radica en el intento por configurar algo nuevo, algo que no puede lograrse en solitario”. (Vásquez, 2005).

Algunas pistas que pueden ayudar a la narración.

Las narraciones comprenden dos espacios: 1. Los de descripción que hacen referencia a los lugares, momentos, personas, situaciones en las cuales ocurre el hecho que se narra y 2. Los espacios de enunciación, durante los cuales quien escribe, muestra su pensar, sentir, reflexionar frente al hecho que está narrando, y al contexto en el cual ocurre el mismo.

Podrían ser varios y muy diversos los aspectos a identificar cuando se reflexiona sobre lo que se hace, o sobre lo que me ocurre, al narrar: los sentimientos involucrados, ya sean positivos o negativos. La manera como afectamos a otros o como somos afectados por ellos. Las formas de comunicación que se emplean. Las restricciones de las actuaciones, entre muchas más.

Algunas pistas que pueden ayudar en la reflexión.

Para reflexionar se podría emplear el ciclo reflexivo: Descripción: ¿Qué ocurrió? Sentimientos: ¿Qué pensó y sintió en ese momento? Evaluación: ¿Qué tuvo de malo y de bueno la experiencia? Análisis: ¿Qué sentido puede darle a la situación? Conclusión: ¿Qué otra cosa podría haber hecho? Plan de acción: Si surgiera de nuevo ¿Qué haría? (Rossetti, A, Meed J y Knasel, E (2001, p 127).

Algunas pistas que pueden ayudar a organizar la bitácora

- Determinar las experiencias significativas: Considerar hechos con sentido, que “me han tocado”, hechos por los que “me he dejado tocar”.

- Registrar en el cuaderno las experiencias: Narrar, contar, considerando los dos espacios.

- Reflexionar.

Algunas pistas que pueden ayudar a formalizar aún más la bitácora:

- Precisar el formato.

- Definir el momento de escribir.

- Definir con quién y cómo socializar las narraciones.

Referentes

Rossetti, A.; Meed J; Knasel, E (2001), 2001. El aprendizaje personal. Un proceso continuo. Pearson Educación. Madrid.

Vásquez F, (2005). Rostros y máscaras de la comunicación. Editorial Kimpres, Bogotá.

Díaz J.J, (2005). Portafolio de desempeño. Fundación Universitaria Luis Amigó. Fondo editorial.