Investigacion Psicosocial - Adicciones en contexto de encierro

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Esta lectura nos importa particularmente ya que daría cuenta de la constitución de sujetos que creen que no han recibido el don del Otro, suponiendo un Otro no barrado, que no da porque no quiere ese objeto ni admite sustitutos. Se trata de constituciones subjetivas en las que los pasajes al acto (en los que nos atrevemos a incluir tanto la adicción como el delito) darían cuenta de una repetición, en la cual el sujeto no encuentra un anudamiento que regule ese imperativo de goce imposible de frenar. Fabián Naparstek (2006) nos habla de una práctica de consumo tendiente a abolir el lugar del Otro, saliéndose de su campo, quedando en un sin límites. Es así que, cuando en el campo del Otro no hay lugar para el sujeto, quizás es mejor saltar a la nada.

Contexto de encierro

Para quienes habitan dichos márgenes, la sociedad es un lugar hostil donde no han tenido y no encuentran un lugar posible. La detención puede pensarse como un borrarse de la escena social, un caer del todo. Abandonar la pretensión de formar parte de un nosotros, para transformarse en el ellos, los otros diferentes, parte de un todo maligno por que han traspasado un límite. Desecho del cuerpo social, el resto que no puede ser disciplinado. Algo se anuda o se anida en ese no lugar, se arma una trama que no aloja pero sostiene.

Aunque formar parte de quienes delinquen es quedar fuera de la ley, no es mucho lo que se pierde, ya que esta es una ley que no los ampara. Y la cárcel ofrece un lugar, un lugar de tratamiento de los sujetos, de los cuerpos, cruel para el detenido e ineficaz a su propósito social, pero algo da, da un lugar en el Otro.

Adolescencia y Adicción

La adolescencia es la etapa más susceptible para desarrollar un drogadicción, pues el período de resolución del proceso simbiótico.

Por tal razón, Mahler la llamó “la segunda etapa de separación – individualización”. Es la etapa de la separación del grupo familiar, y del enfrentamiento con el mundo externo. Para esto posee pocos elementos de su identidad, pues los que traía quedaron atrás en su vida infantil y ahora no tiene una identidad definida Es más, adolece de la misma y está en franco proceso de conformación de ella.

Si el adolescente tiene un Yo débil, va a necesitar un fuerza extra para cumplir con este desafío, y si tanto la familia como la sociedad le muestran que las drogas son el equivalente del “combustible” adecuado para enfrentar las exigencias de a vida, él porá poner en marcha la experiencia tóxica (pseudo-individualización).

¿Con qué concepto de Sujeto abordaremos a una persona que manifiesta un consumo problemático de sustancias psicoactivas?

• Sujeto social

• Portavoz

• Adicto (Pseudoidentidad) – Adicción (Lo no dicho, el que no habla)

Sujeto social y cognoscente, considerando los vínculos, historia individual y familiar. Invitando a un proceso dialéctico del grupo con el propósito de observar los emergentes y el interjuego comunicacional entre los miembros.

Portavoz y Adicto/Adicción: Analizando de manera centrada, el núcleo familiar y los roles asignados junto a la perspectiva individual de la persona que atraviesa una situación de consumo problemático de sustancias psicoactivas. Siendo menester observar los integrantes coadictos; si la persona en situación se cierra o mantiene abierto el diálogo; si modifica su estructura vivencial por el consumo.

“El sujeto vehiculiza toda la estructura grupal aún sin darse cuenta de ello”.

Diferencia entre consumo problemático y Adicción: Uso, Abuso y Dependencia

• Link video introductorio:

http://www.conectate.gob.ar/sitios/conectate/busqueda/encuentro?rec_id=123691

Uso: Entendemos por uso aquel tipo de relación con las sustancias en el que, ya sea por su cantidad, frecuencia o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, no se detectan consecuencias inmediatas sobre el consumidor ni sobre su entorno.

Abuso: La relación con la sustancias, ya sea por su cantidad, frecuencia y/o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, se producen consecuencias negativas para el consumidor y/o entorno cercano.

Cuando el consumo afecta su estructura diaria, y favorece alteraciones en su salud biopsicosocial.

Dependencia: Siguiendo los parámetros de la Organización Mundial de la Salud, podemos entender la dependencia como aquella pauta de comportamiento en la que se prioriza el uso de una sustancia psicoactiva frente a otras conductas consideradas de mayor prioridad. El consumo de drogas, que quizás empezó como una experiencia esporádica sin aparente trascendencia, pasa a convertirse así en una conducta en torno a la cual se organiza la estructura de vida del sujeto. Este dedicará la mayor parte de su tiempo a pensar en el consumo y cómo obtener la sustancia.

El concepto genérico de dependencia integra dos dimensiones

• Dependencia física: El organismo se ha habituado a la presencia constante de la sustancia, de tal manera que necesita mantener un determinado nivel de sangre para funcionar con normalidad. Cuando este nivel desciende por debajo de cierto límite, aparece el síndrome de abstinencia característico de cada sustancia. Concepto asociado al de la tolerancia. Cuando no se consume, la tolerancia disminuye. Si pasado un tiempo reanuda el consumo en las dosis anteriores, padecerá una intoxicación aguda que, dependiendo del tipo de sustancia que se trate, puede llevarle al coma e incluso a la muerte.

• Dependencia psíquica: Impulso por consumir periódicamente la sustancia que se trate, para experimentar un estado de placer o liberar de un estado desagradable.

Es más difícil tratar la dependencia psíquica que física, ya que requiere introducir cambios en la subjetividad del sujeto que le permitan funcionar dentro de determinados parámetros cognitivos (obtener satisfacción, superar el aburrimiento, afrontar la ansiedad, tolerar la frustración, establecer relaciones, etc) sin necesidad de consumir a una sustancia como vehículo conductual.

Programa para el abordaje del consumo problemático de sustancias del Departamento de Adicciones