LA ADOPCIÓN ENTRE PAREJAS DE UN MISMO SEXO.

...

Este es un claro ejemplo de que cualquier persona en cualquier situación es capaz de salir de ella siempre y cuando tenga voluntad. Ahora bien, si tú eres una persona homosexual y no quieres salir de tu situación tienes que tener en cuenta las consecuencias cuando quieras adoptar a un menor con tu pareja. En lo que repercute principalmente es:

- No tendrá una figura materna, lo cual le podría traer problemas psicológicos y de adaptación. Por el contrario fuera faltante la figura paterna el problema sería igual.

- Tu hijo podría caer en el mismo círculo vicioso y no sería fácilmente aceptado por la sociedad, siendo vulnerable a burlas y situaciones de discriminación.

- Los niños se preguntarían así mismos, ¿Cuál de los dos desempeña el papel de madre o padre? Si al observarlos tienen el mismo sexo. Es ahí donde nacen los traumas y necesariamente tendrán que recurrir a ayudas profesionales.

- Si tú educas a tu hijo con buenas bases, principios y valores no omitiendo la Fé en Dios, entregarás hijos que serán un buen aporte para la sociedad.

Como personas adultas y responsables debemos controlar en todo momento los deseos de nuestros hijos, ni siendo permisivos en lo que los pueda perjudicar. También influye no darles mucha libertad y orientarlos para que sepan escoger sus amistades, siempre estar en diálogo con ellos, ganarse su confianza y con esto prepararlos para enfrentarse a esta sociedad que está saturada en gran manera con diversos problemas.

Aunque en el hogar hayan muchas adversidades, obstáculos, mal entendidos, si nuestros hijos tienen la seguridad de que los amamos estarán seguros y confiados de que tendrán siempre nuestro apoyo.

De modo que demostremos mucho amor a nuestros hijos, hagamos lo sumo posible por seguir los principios bíblicos en su crianza, démosles un buen ejemplo de conducta piadosa. Asi proporcionaremos a nuestros hijos la mejor oportunidad de convertirse en adultos responsables y temerosos de Dios, esta es la mejor manera de demostrar nuestra gratitud a Dios por el privilegio de la paternidad.