LA HERIDA DEL RECHAZO
Enviado por Mikki • 6 de Noviembre de 2018 • 40.059 Palabras (161 Páginas) • 265 Visitas
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¿Sabes?, desde el momento en que el ser humano, el bebé comienza a ser rechazado, comienza a crear una máscara de huida y la máscara precisamente será para evitar sufrir el rechazo. Y esta máscara huidiza, se reconoce hasta físicamente en el cuerpo huidizo es decir, es como si quisiera desaparecer, como si intentara toda la vida no ocupar demasiado lugar. El que huye es aquél, aquella que duda de su derecho a existir. Cuando estás ante alguien con un cuerpo de condición bajita de estatura o posiblemente deforme, que habría de producirte un gran amor, con toda certeza estás ante una persona que sufre una gran herida de rechazo. Llevar una máscara significa que ya no es uno mismo porque adoptamos una actitud muy bien elaborada desde muy jóvenes, creyendo que esta actitud nos protegerá. Cuando un niño en vías de crearse una máscara de huidizo, porque se siente rechazado, rechazada, vivirá con más frecuencia, en un mundo imaginario. Esta es la razón por la cual a menudo, será un niño prudente y tranquilo –entre comillas- que no causará problemas ni hará ruido, ya que se divierte sólo en su mundo imaginario, construyendo castillos fantásticos.
Puede ser el clásico niño que tras saberse rechazado, le encanta ir a la escuela, o no puede estar sin salir a la calle, porque es mejor que estar en su casa. También está el caso del niño, cuyo cuerpo es más pequeño que el normal y con frecuencia tiene la apariencia de ser muy frágil. La madre le protege en exceso y el niño, la niña escucha muy seguido que es demasiado pequeño, demasiada pequeña para esto o para aquello y lo cree, a tal punto de que su cuerpo permanece pequeño. Para él, o ella, ser amado, se transformará entonces, en “sentirse sofocado” y más adelante, su reacción ante quien lo ame, consistirá en rechazar o huir porque se sentirá asfixiado.
El niño sobreprotegido se percibe a sí mismo rechazado porque no se siente aceptado por lo que es y para tratar de compensar su pequeñez, los demás suelen intentar hacer y pensar todo por él y en lugar de sentirse amado, amada en estas circunstancias, se siente rechazado de sus capacidades.
Si tú que escuchas, eres padre o madre de familia, medita en esto que vas a escuchar. La madre, tiene la misión de enseñarnos a amar, a amarnos, tiene la misión de darnos amor y el padre, nos enseña a dejarnos amar y a recibir amor…..será esto una realidad en mi…..en ti….?
Cuando se es pequeño y alguno de los dos padres nos ha herido, entonces al no aceptar sea a papá o a mamá quien haya contribuido a causar la herida, es normal tomar la decisión de no tomarle como modelo y entonces se buscarán reemplazos: buscará a otros a otras en los y en las que creerá encontrar lo que nunca encontró en su padre, en su madre…..y posiblemente lo haga de manera equivocada y con una visión distorsionada. Piensa si tú has sido herido, herida por rechazo. Una persona que de pequeña fue rechazada, se considera sin valor y por eso dirá: Yo no valgo nada; los demás son más interesantes que yo”. La persona huidiza, por lo general tiene pocos amigos en la escuela, al igual que le sucederá más adelante en su empleo. Se le tiene por solitaria y se le deja sola. De esta forma, se coloca su máscara de huidiza para no sufrir cuando se siente rechazada y se aleja de la gente a tal grado que se vuelve imperceptible. Cada vez que se encuentra más solo y también cada vez se da a sí mismo más motivos para sentirse rechazada.
Hay personas que llevan en su subconsciente grabada la herida del rechazo a tal grado, de que se las arreglan para hablar poco. Si decide hablar mucho, lo hará para intentar infundirse valor y sus palabras parecerán altaneras ante los demás. La persona que de pequeña ha sido rechazada, es la más propensa a odiar, pero tú que escuchas este mensaje, ya sabes que gracias a Jesús tu único Salvador, es posible amar, es posible, perdonar, es posible ser una nueva criatura, es posible vivir en paz. La persona que sufre rechazo, busca sin cesar el amor del progenitor del mismo sexo y en ocasiones, transfiere su búsqueda hacia otras personas del mismo sexo también. Este ser humano que recibió la herida del rechazo, no se percibe, no se experimenta, no se mira como un individuo completo, porque no ha conquistado el amor del progenitor del cual recibió la herida y es muy sensible al mínimo comentario que venga de él es decir, que se siente fácilmente rechazado. De ahí que existan muchas personas rencorosas, y algunas lleguen hasta el odio, porque su sufrimiento es verdaderamente intenso. Por eso, un gran amor que se vive con desilusión, se transforma en odio. Cuando se pasa de una fase de gran amor hacia otra de gran odio, está indicando un enorme sufrimiento interior.
El hijo o la hija del progenitor del sexo opuesto, tiende a rechazarlo y por ello limita sus actos o sus palabras hacia él, hacia ella según sea el caso. Si vive una experiencia de rechazo con el progenitor sea el padre o la madre o con cualquier otra persona del sexo opuesto, se acusa a sí mismo de esta situación y se rechaza, diciéndose que es su culpa, que el otro, o la otra le haya rechazado. Si tu que escuchas, sabes en tu interior que has recibido la herida de rechazo, será muy importante aceptarla desde la fe, abrazándote a Jesús, entregándosela una y otra vez, y dejando que Él sane y te cure todo tu sufrimiento aún si actualmente, tu padre o tu madre te rechaza, porque si continúas rechazándote a ti mismo, a ti misma, mayor temor, mayor miedo seguirás engendrando y tendrás de que te rechacen los demás porque constantemente te dices a ti mismo: es que no valgo nada. Una persona herida por rechazo, con frecuencia se compara con quienes son mejores que ella y prefiere no darse cuenta de que puede ser mejor que cualquiera en muchos campos e incluso le es difícil creer que alguien más pueda elegirlo como amigo, como pareja, que las personas realmente puedan amarle y cree imposible que Dios, le ame sin condenarle. De hecho, cuando es elegido, no puede creer y se rechaza a sí mismo.
Una persona que venía de una familia en donde había varios hijos decía que su padre, nunca lo escogía para nada, y por ello deducía enseguida que los demás eran mejores que él, así que no era nada raro que él pensara que sus palabras y sus acciones, carecían de valor. De hecho, cuando recibe demasiada atención, pierde la cabeza y teme ocupar demasiado lugar. Si ocupa mucho lugar, cree que molesta y ser molesta significa para él, ser rechazado por la o las personas a quienes molesta o cree molestar. Aún en el vientre de su madre, el bebé rechazado, ocupa muy poco lugar. Cuando una persona que ha sido rechazada, está hablando ante alguien y este le quita la palabra, su reacción inmediata es pensar
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