LAS ACTITUDES DEL SER HUMANO ANTE LA MUERTE

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Al interior de las culturas orientales y primitivas, el temor de la muerte es aceptado y aún utilizado para facilitar el crecimiento psicológico del individuo y del grupo. Entre los tibetanos, por ejemplo, sus actitudes hacia la muerte y la agonía están desprovistas del tabú general que encontramos en Occidente. Allá se encuentra a la muerte con respeto y veneración, y la existencia de la muerte llega a ser un estimulante para el desarrollo del hombre. Un principio de base del sistema budista es el carácter transitorio de la vida, del cambio de todas las cosas y del valor precioso de este momento mismo del aquí y el ahora. En otras culturas orientales la actitud hacia la muerte es también de respeto y aceptación. Esto puede haber cambiado en China y Mongolia, donde una filosofía materialista y una industrialización intensa han predominado desde el advenimiento del marxismo en esos países. Mientras más avanza un país en una tecnología materialista – Europa, EE.UU., Canadá- más hay una tendencia a poner énfasis sobre el tabú de la muerte con sus consecuencias negativas.

En cambio, en ciertos países donde la industrialización y la tecnología no han llegado a su máximo –México, Venezuela, Brasil- el tabú de la muerte no es tan fuerte. En México, por ejemplo, tenemos un día especial para la muerte y toda la población toma parte en las festividades, donde la muerte es reverenciada y se le representa en actos teatrales, pinturas, esculturas populares, y se celebra con alegría –bailes y banquetes- en los cementerios en noviembre de cada año.

Hay muchas diferencias entre los seres humanos y los animales, pero la más marcada es la consciencia que tenemos hacia la muerte. Podemos decir sin temor a equivocarnos que somos los únicos seres vivos que vivimos sabiendo que la vida tiene un límite. Somos inteligentes, tenemos sentimientos, cosa que los animales en menor o mayor grado poseen pero, lo que marca la diferencia es que nacemos sabiendo que moriremos.

¿Qué pasaría pues, si aprendiésemos a aceptar la muerte? No hay dudas en esto: Aprovecharíamos mejor la vida. Al final, todos somos mortales, todos somos iguales ante la muerte, ésta es la única igualdad que nos hace falta ver. Vivir sabiendo que nuestras vidas tienen un final no significa que tengamos que vivir amargados, derrotados y aterrados; al contrario, debería ser el gran triunfo para la vida, para saber vivir sí hace falta entrenamiento. En ello debemos poner todo nuestro empeño.

Conclusión

Cuando una persona tiene que vérselas con cualquier problema, siempre se le dice que ha de seguir adelante, que debe rehacerse y volver a ser lo que era. Sin embargo, cuando nos encaramos con la muerte le damos la espalda y buscamos cualquier forma para no creerla. El hombre ante la muerte tiene un único deber: aceptarla y afirmar con ello la vida. Sin muerte seríamos como piedras del camino, sin consciencia de estar vivos. La muerte nos hace ser lo que somos: seres humanos, nos regala el espíritu que nos hace únicos.

Lo que es verdaderamente insoportable de la muerte, es la idea de que mueran otros, no nosotros. Aquella pesadilla infantil de la que hablaba, persiste… Lamentar nuestra propia muerte no tiene ningún sentido.

Tememos a la muerte y ese temor nos hace menos libres en la vida.

BIBLIOGRAFÍA

http://alcione.cl/psicologa-de-la-muerte/

http://kidshealth.org/teen/stress_coping_center/stress_coping_ctr_esp/someone_died_esp.html