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La fábrica global.

Enviado por   •  10 de Julio de 2018  •  2.515 Palabras (11 Páginas)  •  225 Visitas

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Además, la globalización permite el acceso a prácticamente todo tipo de productos y servicios en cualquier parte del mundo, los mercados crecen; y con ellos los países. No habría emergencia y desarrollo sin la globalización y el desarrollo tecnológico.

Consecuencias negativas de la fábrica global

En primer lugar, contamos con un importante número de personas en los países desarrollados que están perdiendo su empleo debido a la deslocalización de las empresas, como es el caso de Bosch Alcalá, cuyos empleados se dirigen a la sede de Bosch, en Alemania, para manifestarse porque pretenden reubicarlos o prejubilarlos. De camino hacia Alemania, hacen una parada en Vernisieux (Francia), una localidad en la que también hay una fábrica de Bosch, y donde reciben el apoyo de todos los trabajadores, incluso del alcalde. Esto denota que las consecuencias negativas de la deslocalización se notan en varias partes de Europa.

Aquí corresponde hablar por tanto, de los nuevos desheredados de la economía global. Los trabajadores mencionados en el párrafo anterior son un ejemplo de ellos, ya que no tienen formación especializada, muchos de ellos son adultos mayores de 45 años, y se encuentran sin trabajo y con pocas posibilidades de encontrar otro.

Las empresas buscan mano de obra barata, aunque eso implique deslocalizarse a países donde no hay regulación laboral o esta es nula. En muchos casos los trabajadores son explotados por un salario mínimo, trabajando muchas horas. También se hace trabajar a niños. Volvemos al ejemplo de Inditex, aunque la empresa lo niega, ha sido denunciada por tener fábricas clandestinas en Argentina, Bangladesh, India… entre otros países. En los países emergentes no hay organizaciones sindicales que defiendan los derechos laborales de los trabajadores, por lo que éstos, en muchos casos atravesando penurias económicas, aceptan cualquier condición laboral, lo cual es vergonzoso y denigrante. Esto me hace plantearme en qué clase de mundo vivimos, ya que las grandes empresas especialmente prefieren aumentar sus beneficios aunque eso implique convertir en una basura la vida de miles de personas. Aprovecharse de las malas condiciones de vida de la gente y empeorarlas en muchos casos es despreciable. ¿En qué momento el dinero ha pasado a valer más que la dignidad y la libertad? Pero no hace, falta ir a los países del este, pues se han encontrado talleres clandestinos en España, más concretamente en La Coruña, donde costureras trabajan sin descanso y en condiciones deplorables por un sueldo mísero, como desvela un artículo del diario La Marea.

No hace mucho se produjeron incendios en fábricas textiles clandestinas en Bangladesh, donde más de 100 personas perdieron la vida. Y aun así, seguimos reflexionar. Tenemos el consumismo metido en vena, y cada vez más peleamos por tener más y más productos, aunque sabemos que no son necesarios. Aunque realmente es muy difícil salirte del sistema en una sociedad que se mueve por y para el capital, cada pequeño acto cuenta.

En Camboya, por ejemplo, los intentos sindicales son frenados, ya que los miembros de sindicatos son amenazados, asesinados… En mi opinión deberíamos trasmitir nuestros valores desde occidente a los países asiáticos, en vez de presionarles para que nos fabriquen más y más ropa a cambio de un sueldo irrisorio, deberíamos apoyar su lucha por la consecución de unos derechos laborales justos.

Además, hay muchas empresas que se han visto obligadas a cerrar sus puertas debido a que no pueden competir contra la producción oriental de bajo coste, ni tampoco han sabido lograr estándares de calidad e innovación para mantenerse en el mercado.

En definitiva, los nuevos desheredados de la economía global son aquellos que no han sabido adaptarse a los tiempos cambiantes, ya sea por falta de competencias, de formación, de recursos o de creatividad, todos los elementos necesarios para triunfar en el mercado hoy en día, aunque sea a costa de explotar a otros seres humanos.

El poder del conocimiento.

Vivimos en una sociedad cambiante. El conocimiento es vital en la nueva producción, ya que uno de los fundamentos de la economía actual es la capacidad de generar, procesar y aplicar con eficacia la información y saber convertirla en conocimiento. Este conocimiento, junto con la globalidad (la capacidad de generar flujos unitarios globales) es la clave de las grandes empresas, que aplastan a las pequeñas.

El conocimiento está basado en la información, y se traduce en productividad. Cuanto más se potencie la información y las personas con capacidad para transformar dicha información en conocimiento, la productividad será mayor. Todos podemos tener un producto, pero no todos podemos explotar al máximo las potencialidades de ese producto

Además, el conocimiento permite ofrecer un servicio diferencial según las necesidades de los consumidores. Una empresa que analiza la demanda de cada uno de sus locales, tendrá la posibilidad de ofertar una gama de productos y servicios personalizada, lo cual garantiza la satisfacción del cliente. Volvemos al ejemplo de Inditex, que no funciona por stock, sino que realiza análisis de consumo y en base a ellos produce, por lo que no nos encontraremos los mismos productos en Oviedo, que en Londres, que en Tokio.

Sin embargo, el nuevo cambio en el paradigma económico implica la necesidad de trabajadores con una formación elevada y plural, que sepan exponenciar su creatividad y sus dotes de liderazgo, ya que la competición por alcanzar el máximo nivel de conocimiento en cada área es máxima. Las grandes empresas, con su capacidad para analizar el mercado global, y sus infraestructuras para el desarrollo de nuevos y mejores productos y servicios, dejan a las pequeñas empresas sin posibilidades de expansión en muchos casos. Estas macroempresas saben dónde encontrar la mano de obra más barata, los costes de producción menos caros, y además conocen las demandas de sus clientes, por lo que el desarrollo de productos que serán un éxito de cara al público, está garantizado. Por todo ello, se puede aseverar que el conocimiento global es la base de la nueva producción. La clave está en operar según el paradigma 365/24, es decir, las empresas, con los rasgos de información y globalidad, están produciendo, vendiendo las 24 horas, los 365 días del año, en todo el mundo. Esto perjudica a las pequeñas empresas.

Conclusiones personales

No es oro todo lo que reluce, y creo que deberíamos implicarnos más en la mejora de los derechos laborales de otros países, y del nuestro

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