La mujer como forma de mercancía en un mundo patriarcal
Enviado por Eric • 30 de Noviembre de 2018 • 2.840 Palabras (12 Páginas) • 336 Visitas
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A partir de este momento la mujer no solamente es considerada inferior al hombre, pasa a deshumanizarse y a ser considerada un objeto comercial, siendo de esta manera víctima de la más fría, calculada y planificada violencia, la instrumental, en la cual la víctima no se considera una persona, sino un objeto que se utiliza para el beneficio personal del agresor, quien en este caso utiliza el arma que más daño le ha causado a la humanidad, el dinero. En este punto comienza a gestarse un gran dilema ¿hay jerarquías entre los derechos humanos? Según las Naciones Unidas (2006) los derechos son indivisibles pero la realidad de las mujeres no ejemplifica esto ya que, en este caso, el derecho a la economía del hombre es superior al derecho a la salud y a la libertad de la mujer.
Surge así en la historia del patriarcado, la forma más grande de comercializar a la mujer, la prostitución. Esta práctica ha pasado de cultura a cultura y de generación a generación hasta nuestros días dejando a su paso a miles de mujeres muertas a lo largo de la historia. Podemos encontrar ejemplos de esta actividad en todas las culturas del mundo, la cual es conocida por el nombre del “oficio más viejo del mundo” llegando a ser adoptada por muchas mujeres como una forma de ganarse la vida en contraposición a la definición de la R.A.E. (2001) que hace referencia a esta como una forma de exponer, corromper, entregar y abandonar a una mujer a la deshonra pública.
El fenómeno de la prostitución se puede analizar desde tres puntos de vista distintos, desde la sociología se considera que prostitución es un fenómeno cuyos orígenes se pierden en los tiempos más remotos y la misma ha pasado por distintas fases hasta el punto de darse en la forma en que actualmente la conocemos. En un principio se trataba de una prostitución hospitalaria, donde el jefe de familia ofrecía a las mujeres de la casa a sus huéspedes con la intención de agradarlos, quizás para concretar algún negocio o acuerdo, también a los hombres se les permitía ofrecer a sus esposas como pago colateral por un préstamo.
También aparece en la historia la llamada prostitución sagrada, practicada por los templos y muy común entre babilonios, sirios y fenicios. Un ejemplo de esta práctica aparece mencionada en la Biblia en donde se relata como en la antigua Babilonia todas las mujeres tenían la obligación, al menos una vez en su vida, de acudir al santuario de la diosa griega de la belleza y la sensualidad Afrodita para practicar sexo con un extranjero como muestra de hospitalidad, a cambio de un pago simbólico, así sus sacerdotisas fornicaban con aquellos que habían dejado en el templo una ofrenda económica a la diosa.
En otras culturas y tiempos surgieron los prostíbulos, en muchos casos camuflados como tabernas u hoteles a los cuales asistían hombres trabajadores o militares en servicio. Estos lugares eran considerados, antes de que por religión se condenara a la prostitución, como servicios públicos en donde las mujeres eran comercializadas sin ningún derecho. Ante la intervención de la iglesia, el asunto no cambió, los prostíbulos siguieron funcionando de forma clandestina, de esta forma las mujeres se vieron más expuestas aun a la agresión porque pasaron a ser un producto ilegal. Fue así como surgió la prostitución civil creándose zonas clandestinas dominadas por mafias, gobiernos corruptos y traficantes de mujeres.
Así la prostitución se convierte en un fenómeno social siendo esta percibida como algo satisfactorio por parte de los hombres más poderosos de las distintas sociedades, dicha satisfacción es percibida por el resto de la población como algo justo y agradable, de esta manera la prostitución pasa a ser parte del folclore de la vida, siendo nuevamente la mujer una mercancía sin sentimientos ni derechos.
Desde la psicología, por ejemplo, se toma a la prostitución como aquella actividad que sirve a tendencias de autocastigo basadas en sentimientos de culpa y en otros casos como una forma de castigo que va dirigido contra la familia, especialmente el padre. También se puede hablar de la baja autoestima de la mujer, de su falta de habilidades sociales o de algún trastorno de personalidad como histrionismo. Es decir, se diagnostica a la mujer para justificar su práctica, de esta manera no solo es un objeto de comercio, también es la responsable de que la prostitución exista.
En cambio, desde la perspectiva de la psicología social la prostitución comprende a la mujer que comercia con sus atractivos físicos, esforzándose en ganar, tener y mantener a su clientela de la que puede obtener provecho económico y también a la clientela, al entorno de esta , y en especial al contexto social en donde se desarrolla la prostitución para no dar erróneas justificaciones, porque no es lo mismo la mujer adicta que se entrega por drogas, como la prostituta de un club de lujo para hombres de clase alta. Así también no diferencia al hombre que le da drogas a la mujer a cambio de sexo, de aquel hombre adinerado que frecuenta dichos clubes nocturnos. Desde este punto de vista se abarca la normalización de esta práctica por parte de la sociedad y la aceptación de la mujer como mercancía.
La cultura del culo
Ya en la era moderna, plagada de seres humanos completamente evolucionados y civilizados, la comercialización de la mujer no cesa, continúa la prostitución, legalizada y regulada en algunos países y aceptada en la mayoría. Lo que surge es una nueva forma indirecta de vender a la mujer y de demostrarle la supremacía masculina dándole lugar a la agresión sublime de idolatrar los genitales, en especial el culo.
A partir de los años ´70 nace en Estados Unidos una nueva forma de marketing que consiste en publicitar cualquier producto a la par de una mujer. Esta tendencia fue evolucionando junto con la disminución del tamaño del traje de baño femenino, el cual es aceptado y promocionado desde el sector masculino libidinoso lográndose la aceptación masiva del culo femenino “cubierto” por un diminuto pedacito de tela a la par de productos como café, repuestos de automóviles, televisores, etc.
Posteriormente la mujer semidesnuda se comenzó a incluir en programas de televisión, posicionadas completamente fuera de contexto, es decir dos locutores hombres vestidos de saco y corbata junto a una secretaria en bikini.
Toda esta histeria colectiva de ver traseros de mujeres en cualquier medio de comunicación traspaso las fronteras ingresando agresivamente en otras culturas como la latinoamericana y la oriental. Hoy en día vemos el culo diario en la portada de los periódicos, en eventos deportivos, hasta en programas
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