LA MUJER EN EL MUNDO LABORAL.
Enviado por Rebecca • 3 de Mayo de 2018 • 907 Palabras (4 Páginas) • 511 Visitas
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Una clave fundamental será descubrir la misión única e irrepetible que tiene cada mujer en sí misma. Asimismo, tener la mente y el cuerpo alienados para tomar las decisiones correctas, adecuadas a nuestra realidad y sostenidas en el tiempo. Entender que no hay recetas para todos, cada una deberá ir encontrando el camino que tendrá que recorrer. La armonía que encuentre para desenvolverse en el ámbito laboral y en lo familiar dependerá de su equilibrio y desarrollo personal. Sin un mundo interior en paz, no podrá haber serenidad en el mundo exterior.
Se necesita, en efecto, una justa valoración del trabajo desarrollado por la mujer en la familia. En tal modo, las mujeres que libremente lo deseen podrán dedicar la totalidad de su tiempo al trabajo doméstico, sin ser estigmatizadas socialmente y penalizadas económicamente. Por otra parte, las que deseen desarrollar también otros trabajos, podrán hacerlo con horarios adecuados, sin verse obligadas a elegir entre la alternativa de perjudicar su vida familiar o de padecer una situación habitual de tensión, que no facilita ni el equilibrio personal ni la armonía familiar. Ni el trabajo fuera de la casa, ni la familia son, en sí, soluciones a problemas personales o sociales; cada mujer deberá decidir libremente lo que ella considera la mejor oportunidad para desarrollarse libremente, para ser feliz y hacer feliz a los demás, independientemente de si está detrás de un microscopio o preparando la comida. Más bien se debería ayudar a pensar a más mujeres a que vivan sin buscar la aprobación externa sino de acuerdo con su convicción personal.
Los cambios sociales y la incorporación de la mujer al trabajo demandan al padre una completa implicación en el cuidado y protección de la familia. La exigencia de una actitud proactiva supone la adquisición de nuevos comportamientos para los cuales muchos padres deberían prepararse. El gran reto consiste en defender a la mujer ayudarla en su búsqueda de metas personales; brindar a través de una legislación apropiada, facilidades para que concilie trabajo profesional – trabajo doméstico, para que desarrolle en toda su amplitud y armonía las riquezas de la auténtica feminidad. Una mujer feliz es la que se conoce a sí misma, reconoce sus debilidades y las trata de superar, aquella que sabe respetar y hace respetar su dignidad personal, se da a los demás y responde a su vocación, a lo que está llamada a ser. Independientemente de la profesión elegida o del trabajo que desempeña, la mujer puede dejar huella entre sus compañeros por sus dones femeninos, solidaridad, empatía, caridad, comprensión, etc. De esa mujer capaz y feliz, el hombre y la sociedad se benefician siempre.
Mg. Gaby Pacheco
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