MASTURBACIÓN DE MUJERES UNIVERSITARIAS

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Para Groisman (1999) la masturbación es una conducta común en los mamíferos y los seres humanos que se practica a cualquier edad, es una conducta que no solo depende de los deseos, sino también de las creencias ya que si alguien aprendió es algo “dañino” lo realizará con sentimiento de culpa, con menos frecuencia o no lo realizara. (Groisman 1999). Esto lleva a concebir que la masturbación se presenta como una de las primeras conductas sexuales en la humanidad, pero está estigmatizada por los diferentes juicios, religión, creencias y mitos teniendo en cuenta la concepción negativa dada a esta práctica sexual y si tenemos en cuenta las organizaciones sociales como lo son (religión, política, educación, etc…) de un estado, son las que ejercen cierta influencia en lo aceptable y lo opuesto, por lo cual, la masturbación siempre ha estado mediada por la aceptación de las grandes cabezas de la sociedad, aunque esto no distingue de practicantes y no practicantes.

Por otro lado, para Pelaez y Luengo (1993) la masturbación es el hecho de prodigarse solitariamente por goce sexual. La masturbación aparece en adolescentes como expresión de desarrollo, el cual se puede presentar a edades tempranas como parte de la exploración infantil del cuerpo y por curiosidad. Más adelante en la adolescencia se relaciona con las fantasías y con las personas propias de estas fantasías.

La masturbacion comienza usualmente en la infancia y ocurre en hombres y mujeres a lo largo de toda su vida, autores como Freud (1995) afirman que desde muy temprano en la infancia existe un instinto en el niño de buscar su propio placer, lográndolo por medio de sus zonas erógenas. Ya en la adolescencia, los adolescentes reconocen su cuerpo por medio de la exploración física, los adolescentes quieren descubrir cuánto pueden excitarse y con qué rapidez, tomando estas experiencias como prácticas a sus posteriores relaciones sexuales y como formas de descubrirse para estar cómodos con sus cuerpos Masters, Johnson y Kolodny (1996).

Además, Peter Blos (2003) afirma que el aumento en la intensidad de las pulsiones hace que se recurra a la masturbación. Plantea que al ser innegable la erección en el caso del varón, esta llama su atención y es consistente, a comparación de las niñas, en las cuales la excitación se despierta de otras maneras, muslos apretados, postura, fantasías y pensamientos. Groisman (1999) añade, que la masrturbación suele empezar primero en los varones que en las niñas, debido a necesidades fisiológicas cuando se empieza a producir semen, esto sumado a la educación sexual.

Para Masters y Johnson (1995), las mujeres no usan la misma tecnica de masturbación, pero la forma más común es la estimulación del clítoris por medio del frotamiento, las caricias,y la presión de la mano. Debido a la sensibilidad del clítoris, la estimulación que se realiza en esta área nunca es de forma directa. Pocas mujeres se masturban introduciendo su dedo o algun otro objeto en su vajina. Cuanto más informadas y más liberadas se encuentran las mujeres hacia la masturbación, ellas aumentan el uso de vibradores para incrementar sus sensaciones sexuales.

La masturbación aporta a la mujer satisfacción sexual, equilibrio físico y psicológico, proporcionando un alivio de la tensión generada en el dia, donde se visualizan fantasías, necesidades espontáneas y autónomas de la mujer. En comparación a las relaciones sexuales, las cuales proporcionan una satisfacción física más emocional que surge del encuentro con una persona querida o simplemente deseada. Lo normal que se puede presentar con más frecuencia, es que una mujer tenga necesidades sexuales independientes a las del hombre y que las resuelva masturbándose, lo raro o lo anormal es que una mujer no se masturbe. (Laumann, Edward, John, Robert, Michael, Stuart, Michaels,1994). La ausencia de la masturbación expresa en la mujer un grado de inmadurez personal y social que no se parece en nada al modelo de virtud femenina transmitido por la tradición, una mujer que se masturba poco o nada es psicológicamente disfuncional, ya que una mujer generalmente lo asimila e identifica, además de estar sometidas a un sufrimiento e insatisfacción personal. La mujer que se masturba, debe saber que es natural y normal que se realice esta práctica ya que demuestra mayor salud psicológica (Ramos 2005 P. 35).

De acuerdo a las necesidades sexuales de una mujer que se involucra con mayor frecuencia en la práctica y que hasta ahora está experimentado esta sensación, puede llevar a que se sienta más satisfecha y por lo tanto, ella puede estar motivada a buscar otros métodos de practicarla. Sin embargo, las motivaciones y los objetivos influyen en el grado en el que se practique con mayor frecuencia y en una edad temprana, así como la forma de explorar los demás estímulos presentados en su cuerpo, dejando así un momento de intimidad y fuera de los parámetros sociales (Neuberg, Kenrick, Maner, y Schaller, 2005)

El inicio de la adolescencia coincide con el comienzo de la maduración sexual y la toma de conciencia de la propia sexualidad. En esta etapa, las variaciones físicas que desencadenan los cambios hormonales acentuando los caracteres de uno y otro sexo, determinan a su vez en consonancia con otros factores, la conducta sexual de las adolescentes. (Mead, 1972) Al llegar la adolescencia, la mujer que ha experimentado el placer durante la infancia a través del autoejercicio de la función sexual y las fantasías eróticas, descubre que su interés se centra en atraer y seducir a un sujeto y experimentar una actividad sexual.

La masturbación comúnmente se ve asociada psicológicamente con problemas emocionales, y sociales (por ejemplo, depresión, abuso sexual, factores de la relación, psicosexual e inmadurez) que con factores fisiológicos ( Dunn KM, 1999), pero además de estas causas, también se realiza de manera autónoma donde la persona busca la manera de explorar su cuerpo y explorar las cosas que le gustan o no le gustan y así mismo conocer sus límites, la frecuencia con la que se realice puede causar sobre la pareja un daño físico, sexual o daño psicológico por una intimidad actual, con ello se demuestra que se asocia con la disfunción sexual femenina (Handa V, 2006).

En la actualidad, la adolescencia es un período extremadamente difícil, marcado por la inmadurez psicológica del adolescente al expresar conductas de rebeldía en los diversos ambientes sociales. Una situación delicada y de urgente atención que se observa en las adolescentes es el inicio del ejercicio de la función sexual a temprana edad, sin prevenir o evitar alguna eventualidad que pueda entorpecer su calidad de vida futura. Es evidente que existe