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Profesora Nora Carbone Ensayo

Enviado por   •  31 de Octubre de 2018  •  65.791 Palabras (264 Páginas)  •  303 Visitas

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Entonces se trata, del lado de la etiología sexual, de un acontecimiento efectivamente vivido. Recuerdan que era la época donde Freud, en su tratamiento con sus pacientes histéricas encontraba en el relato de sus pacientes sus famosas escenas de seducción, de la mano de un adulto perverso, por ej el padre. Freud creía en esto, pero luego no, y es ahí donde abandona la teoría de la seducción. Pero a partir de ahí, del relato de sus pacientes, o sea, esta idea de la sexualidad por la vía de la teoría de la seducción no la saca de esta manera, la saca del tratamiento con las pacientes histéricas. Freud cree en ese momento que ha ocurrido algo en la infancia del sujeto, una experiencia de índole sexual que tiene efectos a posteriori, a partir de otra experiencia que reanima lo anterior. En la histeria esta vivencia es de índole pasiva, consiste en la excitación de los genitales del niño o niña a mano de un adulto perverso. Esta pasividad sexual en la infancia es lo que da a la histeria su condición específica, por el lado de la etiología sexual. Digo condición específica porque en la neurosis obsesiva también va a haber una neurosis traumática, una vivencia sexual pero también producida en la infancia, pero de índole activa. Detrás de la cual Freud supone una pasiva también. Esta es una necesidad lógica que tiene Freud de postular la vivencia pasiva previa a la neurosis obsesiva, porque es justamente la pasividad lo que da cuenta del displacer, ya que si no hay displacer no hay defensa.

Entonces, siempre va a haber:

- un primero momento de la vivencia de índole sexual, pasiva en la histeria, activa en la neurosis obsesiva (si bien también sitúa una vivencia pasiva anterior a la vivencia activa).

- Después va a haber un segundo momento en donde se reanima ese recuerdo y se lo reprime. Este no es el momento de la neurosis propiamente dicha sino que allí en todo caso dice se forma un síntoma primario pero esto da lugar a un estadio como de salud lograda, o salud aparente.

- El refiere a un tercer momento o cuarto momento en donde retorna lo reprimido bajo la forma de los síntomas de compromiso. O sea la represión no es sinónimo de neurosis, o de síntomas neuróticos. Para que haya síntomas neuróticos de compromiso debe fracasar la represión y debe retornar lo reprimido. Este es el momento donde Freud traza una especie de trayectoria típica de la enfermedad, desde la infancia hasta la adultez con las vicisitudes que tiene en cada una de las neuropsicosis. Donde más la desarrolla es en la neurosis obsesiva y luego cuando toma a la psicosis, pero hace un contrapunto con la neurosis obsesiva. Así que primero vamos a recorrer la trayectoria típica de la enfermedad de la neurosis obsesiva para ver luego, las diferencias con la psicosis. Vayan ahí a la página 169, 170, donde Freud da una definición de lo que son las representaciones obsesivas. Dice “Los reproches mudados que retornan de la represión están referidos siempre a una acción de la infancia, una acción sexual realizada con placer”. Es decir, las representaciones obsesivas van del lado del retorno de lo reprimido. Pero antes que se instalen estos síntomas hay estadios previos. El primero, como decíamos es la vivencia pasiva de la infancia, la que contiene el germen de la neurosis posterior, fíjense que ahí dice “que posibilita la represión”. Y después las vivencias en donde el sujeto fue activo. Después dice que ingresa en un 2do período a la maduración sexual y al recuerdo de estas vivencias se anuda un reproche. Es decir, se reprocha esa acción sexual ocurrida en ese momento 1. Se anuda ese reproche a esa vivencia sexual, y eso da lugar a que el reproche sea reprimido. Se reprime ese reproche y se lo sustituye por un síntoma defensivo primario, aparece los escrúpulos de la conciencia moral, la desconfianza a si mismo, lo que Freud le va a llamar las formaciones reactivas o lo que en Inhibición, síntoma y angustia llamaba los síntomas negativos. Pero lo cierto es que instala a partir de allí un período de salud aparente, (todavía no tenemos la neurosis propiamente dicha porque no ha habido retorno de lo reprimido). Esto se produce ulteriormente cuando se atrasa la defensa y entonces sobreviene el reproche pero ya trasmudado bajo la forma de representaciones obsesivas o afectos obsesivos. Y en la neurosis obsesiva se da una particularidad en relación a las otras neuropsicosis de defensa y es que hay todavía un movimiento más, es el de la lucha secundaria contra los síntomas, lo que produce una nueva plasmación del síntoma. Para luchar contra las representaciones obsesivas y los afectos obsesivos se plasman una serie de medidas protectoras y de acciones obsesivas que son luchas ya no contra lo reprimido sino contra el retorno de lo reprimido. En la histeria este último paso no está, en la histeria los síntomas del retorno de lo reprimido son los que tienen lugar a través de la conversión. Pero la conversión tiene la ventaja de vigilar el monto de afecto, entonces se suprime la angustia; pero en la neurosis obsesiva como los síntomas del retorno de lo reprimido siguen produciendo angustia se necesita dar este paso más.

Cuando va al caso de la paranoia crónica, que luego se corrige y dice que habría que hablar de una demencia paranoide, fíjense la página 175.

El dice el paso 1, el del momento de la infancia, es igual al de la neurosis obsesiva. Se trata de una vivencia de índole sexual ejecutada activamente y con placer detrás de la cual encuentra una pasiva y displacentera. Este momento es igual.

En el momento siguiente donde se produce lo que sería los síntomas primarios, es decir donde surge el reproche, y se reprime el reproche, aquí el ya sitúa una diferencia con la neurosis obsesiva, y es ahí donde ubica la proyección. Porque dice “la formación del síntoma primario en la paranoia se lleva a cabo por la vía de la proyección”. Este síntoma primario no tiene la forma de la desconfianza hacia sí mismo, como la neurosis obsesiva, sino de la desconfianza hacia otros. El reproche aparece proyectado hacia otros, y aquí aparece la sospecha, el recelo, la desconfianza hacia otros.

Y en el momento siguiente, en la formación de los síntomas del retorno de lo reprimido, recuerden síntomas primarios, síntomas de retorno de lo reprimido. Aquí sitúa algunas cuestiones interesantes, porque ¿qué tipo de síntomas de compromiso señala en el caso de la paranoia? En la neurosis obsesiva teníamos las representaciones obsesivas, los factores constitutivos, en la histeria teníamos los síntomas de conversión. Y aquí tenemos las alucinaciones, fíjense que tipo de retorno particular. Y dice “Una circunstancia por entero

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