El diseño de Dios para la mujer
Enviado por Kate • 6 de Marzo de 2018 • 1.427 Palabras (6 Páginas) • 352 Visitas
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Si como mujer quieres usar tu influencia, y cambiar la historia, tienes que ser parte del corazón mismo de Dios. Hay familias enteras sufriendo una rotura= están rotos, juntos pero desintegrados; no hay ruptura= divorcio, separación completa. Esto pasó en Edén, hubo una rotura, se estrelló la relación entre Eva, Adán y cuando Dios quiso juntar los pedazos… ellos se echaron la culpa.
¡La influencia de la que Dios nos dotó, es buena! El problema surge, cuando la mujer la usa de manera autónoma, independiente, separada de su autoridad y forma una autoridad alterna, otra autoridad. Precipitó una crisis moral y espiritual fragmentando todo.
Eva, al usar su influencia independiente, le llevo a una acción que transmitió la maldición a través del hombre a toda la humanidad, Dios promete la restauración y la redención. Tenemos que volver al diseño de Dios, no para quitar la maldición.
Dios hirió la gloria de la mujer, tener hijos a semejanza de Dios con dolor, esfuerzo.
Dios hirió la gloria del hombre, su mayordomía sobre toda la creación, con dolor, esfuerzo y trabajo y rebajó su resplandor y sujetó a toda la creación a ese decadencia hasta que el renueve todas las cosas y venga la redención de nuestros cuerpos. Por la bondad de Dios, ¡delimitó nuestros años!
Dejando una promesa que se logra cuando las mujeres nos sujetamos a lo que Dios nos dijo. Y volviendo al diseño de Dios de manera voluntaria.
Cuando me sujeto al orden Dios, mi vida ya no está caracterizada por la maldición sino estoy yendo de lado de la redención, la bendición es fruto de la redención, la redención es que alguien tuvo que pagar, es aceptar la cruz y la sangre derramada por ti y por mí.
Para ver una transformación en nuestra vida la redención es fundamental.
La biblia nos dice qué hacer con el pecado en nosotros, no dice que la justifiquemos, que son nuestros genes o nuestra historia familiar. Romanos 6:12-13, perseveraremos en la manipulación, en el chisme, en el drama, ¿en los cambios hormonales? Qué No reine el pecado en nuestros cuerpos mortales, de modo que obedezcamos a nuestros deseos carnales; ¡dejemos de presentar nuestros cuerpos como instrumentos de maldad!! sino es tiempo de que nos presentemos como vivas de entre las muertas. ¡Y que nuestros cuerpos sirvan a Dios como instrumentos de justicia!
Necesitamos empezar con la verdad, saber lo que Dios quiere para nuestra vida, la mujer es el cuerpo y el varón la cabeza; la mujer casada debe entender que su vida, se deriva de su esposo. Para amarlo y respetarlo, no manipularlo y chantajearlo y terminar con su hombría.
La mujer, es el reflejo de la visión, la fe y el amor de su marido. Como la iglesia es la visión, la fe y el amor de Jesucristo.
Dios dijo: Haré Ayuda idónea= socorro, ayudante. La solución, la sabiduría y la revelación de cómo debe ser nuestra vida, lo encontraremos solo en Cristo.
Prov. 31:10
La mujer, civiliza al hombre. El hombre es muy sensible y va a responder a tus palabras. ¿Hablas bien de tus hijos y marido?
No tengo la capacidad de ser esa mujer, pero en Cristo es posible, él ha suplido todo lo que necesito: Col. 2:9-10: Porque en él habita corporalmente, toda la plenitud de la deidad y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
De entrada tenemos que saber que Dios no promete que lo lograremos solas, sin él interviniendo.
Vivir una vida consistente y sincera en Dios NO es fácil, porque al intentarlo e intentarlo, nos damos cuenta de que NO podemos; hacer bien y vivir una vida piadosa, sabia y apegada a Dios en nuestra vida cotidiana, no es posible si Dios No hace su obra primero en cada una de nosotras. Lo único que podemos llegar a hacer es una triste copia y unas grandes hipócritas.1 Tim. 2:12-17
“Doy Gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio (ser mujer), habiendo sido yo antes blasfemo, injuriador, perseguidor (manipuladora, chismosa, mentirosa, etc) fui recibida a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más
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