Etimológicamente la palabra vocación proviene del latín “vocare” que significa llamar.
Enviado por tomas • 31 de Diciembre de 2018 • 1.571 Palabras (7 Páginas) • 624 Visitas
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misión de Cristo. Por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, los fieles son consagrados para ser un sacerdocio santo.
El sacerdocio de los obispos y de los presbíteros y el sacerdocio común de todos los fieles, aunque son diferentes, están ordenados el uno al otro.
El sacerdocio común de los fieles se realiza en el desarrollo de la gracia bautismal (vida de fe, esperanza y caridad, es decir, vida según el Espíritu) y el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común.
Grados del orden sacramental
El Orden del Sacramento tiene tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado.
La doctrina católica afirma que los dos primeros son grados de participación sacerdotal, y el último grado de servicio. Los tres son conferidos por un acto sacramental llamado ordenación.
Episcopado
El Concilio Vaticano ll enseña que por la “consagración episcopal se recibe la plenitud del sacramento del orden”, lo que se llama “sumo sacerdocio”. La consagración episcopal confiere la función de santificar, enseñar y gobernar. Para la ordenación de un obispo se requiere una intervención especial del Obispo de Roma.
Presbiterado
El sacerdocio de los presbíteros supone los sacramentos de la iniciación cristiana. Los presbíteros, aunque no tengan la plenitud del sacerdocio y dependan de los obispos en el ejercicio de sus poderes, están unidos a estos en el honor del sacerdocio y en virtud del sacramento del Orden, quedan consagrados como sacerdotes de la Nueva Alianza para anunciar el Evangelio.
En virtud del sacramento del Orden, los presbíteros participan de la misión confiada por Cristo a los apósteles. El don espiritual que recibieron los prepara para una misión amplísima y universal de salvación.
Los presbíteros, como colaboradores diligentes de los obispos llamados para servir al Pueblo de Dios, forman con su obispo un único presbiterio.
Diaconado
En el grado inferior están los diáconos para realizar un servicio y no para ejercer el sacerdocio. Solo el obispo impone las manos, significando que el diacono esta especialmente vinculado al obispo en las tareas de su “diaconía”.
La Iglesia Latina ha restablecido el diaconado como “un grado propio y permanente dentro de la jerarquía” mientras que las Iglesias de Oriente lo habían mantenido siempre. Este diaconado permanente puede ser conferido a hombres casados.
La celebración de este sacramento
La celebración de la ordenación de un obispo, de presbíteros o diáconos exige el mayor concurso posible de fieles. Tendrá lugar el domingo en la catedral.
El rito esencial para los tres grados está constituido por la imposición de manos del obispo sobre la cabeza y por una oración consecratoria específica que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado.
Solo el varón bautizado recibe la sagrada ordenación. Al sacramento se es llamado por Dios. Quien cree reconocer las señales de la llamada de Dios al ministerio ordenado, debe someter su deseo a la autoridad de la Iglesia. El sacramento solo puede ser recibido como un don inmerecido.
Todos los ministros ordenados de la Iglesia Latina, exceptuados los diáconos permanentes, son ordinariamente elegidos y tienen la voluntad de guardar el celibato “por el Reino de los Cielos”. En las Iglesias orientales, los obispos son elegidos únicamente entre los célibes, hombres casados pueden ser ordenados diáconos y presbíteros.
Efectos del sacramento del orden
El carácter indeleble
Como ll bautismo y la confirmación, la ordenación, también es concedida de una vez para siempre. El sacramento del orden da un carácter espiritual indeleble y no puede ser retirado ni conferido.
A un sujeto ordenado se le pueden sacar las obligaciones y las funciones, pero nunca puede convertirse de nuevo en laico en sentido estricto ya que la ordenación es para siempre.
La Gracia del Espíritu santo
Para el obispo, es en primer lugar una gracia de fortaleza. Es la ordenación de guiar y defender con fuerza y prudencia a su iglesia como padre y pastor, con amor gratuito para todos y con predilección por los pobres, los enfermos y los necesitados. Esta gracia le impulsa a anunciar el evangelio a todos.
Los presbíteros son llamados a ser cooperadores de los obispos.
Los diáconos son ministros ordenados para las tareas de servicio de la iglesia.
El sacramento del orden es conferido por la imposición de las manos seguida de una oración consecratoria que pide a Dios las gracias del Espíritu Santo para el ordenado.
El sacramento del orden la iglesia solo se lo confiere a varones bautizados, cuyas aptitudes para el ejercicio del ministerio han sido reconocidas.
En la iglesia latina, el sacramento del orden para el presbiterado solo es conferido a candidatos dispuestos a abrazar el celibato y que manifiestan públicamente su voluntad de guardarlo.
Corresponde a los obispos conferir el sacramento del Orden en los tres
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