LA QUINTA MONTAÑA PAULO COELHO

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El cuervo regreso al siguiente día, se dedicó a observarlo para entenderlo como cosas que si volaba en círculos es que había una presa cerca y él podría ir a cazarla. La soledad lo consumía y el cuervo pregunto ¿Quién eres tú? dos veces donde el respondió que podía vivir en el desierto contemplando la belleza que Dios había creado, pero cuando le volvió hacer la pregunta el cuervo la tristeza en Elías lo había consumido y respondió que no sabía quién era.

A la noche siguiente tenía la respuesta a esa pregunta, que él era un profeta, y que no podía dudar de eso aún que todos lo hicieran, que estaba en un desierto porque provoco una masacre en su pueblo por desafiar a su rey, y que su propia alma le había dicho que un hombre debía pasar por distintas pruebas antes de llegar a su destino.

Esa misma noche tuvo un sueño con su ángel de la guarda el cual le dijo que dejara ese lugar y caminase hacia el oriente y se escondiese en el torrente de Querite, Elías acepto hacerlo y su ángel le ordeno despertar debido a que un ángel del Señor quería decirle algo. Este apareció y le pregunto si por él estaba en ese desierto lo cual negó el ángel, le indico que había encontrado su camino pero que no podía destruir sin antes aprender a construir. Le ordeno ir a Serepta que pertenece a Sidón donde una mujer viuda lo ayudaría.

A la mañana siguiente emprendió su viaje, llego a Serepta y vio a la mujer le pidió ayuda, ella al principio se negó pero Elías comenzó hablar sobre lo que había hecho en su país y que el ángel lo había mandado con ella y que mientras no llegue la lluvia el Señor no permitiría que se acabe la harina de su olla y el caite de su vasija, después de esto Elías se desmayó. La mujer jamás se había sentido tan fuerte debido a que alguien necesitaba su ayuda a pesar de que no tenía mucho, sabía que el Dios de Israel solo era una superstición y que Baal vivía en la quinta montaña que era muchos más poderoso junto a los Dioses fenicios, aun así lo ayudo fue hasta su casa tomo algo de agua y un pan, Elías despertó y le dijo que lo dejara hospedarse y a cambio seria su empleado, la mujer menciono que si era enemigo de Jezabel también era suyo, Elías insistió en que el señor lo había mandado y la mujer en que sus dioses habitaban la quinta montaña, aun así la mujer acepto que el profeta se quedara en su casa.

La llegada de Elías a Serepta fue notada de inmediato por sus habitantes, por lo que fue convocado por el sacerdote para hablar de su llegada a la ciudad, la viuda había comentado que él era un profeta que huía de Israel por lo que le dio posada, el sacerdote sabía que existía un profeta que no tenía opción a seguir a Baal lo cual Elías acepto ser ese profeta; el comandante, el gobernador y el sacerdote aceptaron darle hospedaje debido a una tradición que indica que si no se le es generoso a los extranjeros en busca de un refugio la propia sangre de su pueblo sufriría lo mismo en lugares ajenos a sus raíces. Serepta es una ciudad comerciante lo cual aceptaron a Elías sabiendo que un fugitivo vale oro por lo que ellos esperarían el momento más oportuno para cobrar su recompensa.

A mediado que pasaron algunos menes Elías comenzó a llamar a la cuidad Akbar como todos sus ciudadanos lo hacían; comenzaron a llegar al valle patrullas sirias a pesar de que eran pequeñas el comandante comenzó a preparar a su ejército. El hijo de la viuda comenzó a enfermarse y comenzaron los rumores que esto se debía porque los dioses de la quinta montaña estaban enojados por ir la llegada del israelita; la gente comenzó a preocuparse y le propusieron a el gobernador lo cual no acepto, logro calmar a la multitud aunque no los convenció del todo.

A lo lejos del valle se podía ver como las carpas de los asirios se multiplicaban por consecuente el comandante preparaba a su ejército para una guerra a pesar de que hace ya siglos no peleaban en ninguna. Para tranquilizar a la población menciono que ellos contaban con dinero y que cuando acabara la lucha ellos irían a sus pueblos a vender sus productos y tendrían más riquezas. Pero los rumores de que el israelita había traído una maldición se hacían cada vez más fuertes.

El niño no mejoraba por lo cual Elías imploraba a su todopoderoso que lo ayudara como lo hizo con él y ese soldado que no pudo acabar con su vida, la viuda le indico que le dijera a su Señor que si quería una vida que tomase la de ella y que el alma de su hijo pudiera seguir en la tierra durante muchos años más; incluso el sacerdote llevaba plantas medicinales para tratar de ayudarlo y las mujeres vecinas llevaban ofrendas a la quinta montaña para los dioses que la habitaban a favor de que el niño mejorase.

El niño despertó y pidió irse de ese lugar donde estaba, ambos trataron de ayudarlo la madre y el profeta pero el niño quiso caminar solo, pero en cuanto lo hizo cayó al suelo como si le hubiera caído un rayo, el niño había muerto y la mujer maldecía a todos los dioses mientras que Elías no podía entender en que había fallado para que Dios castigara a esta mujer con la pérdida de su hijo.

Inmediatamente llegaron la autoridades de Akbar condenando a él israelita caminar hacia la quinta montaña y si los dioses decidirían acabar con su vida con el fuego del cielo o regresarlo para que el pueblo lo hiciera con sus propias manos; un extranjero que retribuye el amor con odio debe morir por lo que hombres y mujeres de Akbar acompañaron a Elías hasta el lugar en la quinta montaña donde se dejan las ofrendas a los dioses para que el emprenda su camino hacia su castigo.

Elías camino lo suficiente hasta ya no escuchar los gritos de la gente, se sentó en una piedra donde comenzó a pensar porque el señor le había enviado un cuervo y no una paloma o un ángel, quizás no fue un instrumento del sino del mal. Continuo caminando hasta llegar a la niebla lo cual pudo tomar como una oportunidad para huir de sus perseguidores pero él ya estaba cansado de huir, estaba haciendo tiempo para regresar y que llegara su ejecución. Cayo la noche y antes de regresar grito >, una luz apareció y pensó que era el fuego del cielo, pero una voz comenzó a decir que era un ángel del señor, el profeta ya había hablado con uno antes pero el solo pensó que lo hacía sembrar desgracias por donde pasaba. El ángel tenía otra tarea para él, regresar a la casa de la viuda y repetir tres veces ‘’que el niño retorne a la vida’’ y el señor lo escucharía a la tercera vez, dudando de sí mismo tuvo que aceptar la propuesta y de esta manera regreso a la orilla de la montaña.

Los guardias seguían ahí esperando a su llegada, el pidió un último deseo, poder hablar