LAS 7 PALABRAS TEOTERAPICAS

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5ta Palabra: “TENGO SED” (Juan 19:28)

SINCERIDAD EN LA ADVERSIDAD (Juan 19:28-29)

- Esta quinta palabra nos muestra la sinceridad de Jesús, quien no pretende ocultar el cansancio y dolor propios de su condición física, pues se encuentra en un sufrimiento largo y lento que le produce deshidratación, asfixia, por la sangre que lentamente empieza a acumularse en sus pulmones, haciendo que se forme el hidróxido de carbono, afectando sus vías respiratorias directamente y haciendo que se acerque más rápido la hora de la muerte, (Clínicamente es imposible que alguien pueda sobrevivir de esta manera, produciéndose más angustia de lo normal). (Lucas 12:50).

- El sufrimiento físico de Jesús no es casual, él estaba viviendo momento a momento el cumplimiento de la voluntad de Dios, expresada en las profecías. (Salmo 22:14-15). Así lo mencionó en varias oportunidades durante su ministerio. (Juan 12:27-36).

- Jesús no trato de escapar al dolor ni al sufrimiento. (Hebreos 5:8-9; Marcos 15:23).

- Aunque para su padre era doloroso escuchar y no poder saciar en ese momento la sed de su HIJO, Él sabía que Jesús esperaría su respuesta final. (Apocalipsis 22:17). Jesús mismo se convertiría en la única fuente capaz de saciar cualquier tipo de sed en el hombre.

6ta Palabra: “CONSUMADO ES” (Juan 19:30)

EXPRESIÓN DE TRIUNFO SINGULAR

- Cuando Jesús expresa estas palabras está dando un grito triunfante de alivio y gozo, porque el largo reinado del pecado, conflicto, enfermedades y la muerte han quedado rotos y sin autoridad alguna (Col. 2:14-15).

- Cuando Jesucristo declaro "consumado es", no estaba expresando el fin de su agotamiento y martirio; más bien estaba enfatizando que nuestra deuda para con Dios, ocasionada por el pecado, ya estaba cancelada completamente; y a través de su muerte en la cruz obtuvimos:

- PROPICIACIÓN: Hemos satisfecho plenamente la justicia de Dios. (1 Juan 2:2)

- REDENCIÓN: Hemos sido liberados de la esclavitud del pecado, mediante el pago de sus sangre (1 Pedro 1:18-19).

- RECONCILIACIÓN: Hemos sido cambiados de la enemistad a la amistad con Dios (Romanos 5:10-11).

- JUSTIFICACIÓN: Somos sanados del complejo de culpa que el pecado produce (Romanos 5:1).

- SANTIFICACIÓN: A medida que me acerco en oración a su presencia, el Espíritu Santo me va llevando a una vida de santidad (1 Pedro 1:16).

- REGENERACIÓN: Un nuevo nacimiento espiritual, siendo participantes de la naturaleza divina (2 Corintios 5:17).

- IDENTIFICACIÓN: Unidos a cristo, enriquecidos en su vida, su muerte y su resurrección. (Gálatas 2:20)

7ma Palabra: “PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU”

CONFIANZA Y ESPERANZA (Lucas 23:44-49)

- Jesús no terminó su vida terrenal como consecuencia del lento sufrimiento o el término de su energía vital. Más bien Jesús decide entregar su espíritu al Padre. Por esto, cuando se da la noticia de su muerte, se sorprendieron porque su agonía estaba programada para 36 horas como mínimo. Al ponerse en duda la muerte de Jesús, el soldado tomo la lanza, y lo comprueba, no alcanzando a padecer por mucho tiempo más. (4 horas aproximadamente; (Juan 19:31-37).

- ¿Qué significa todo esto?:

- Padre regreso a ti porque he acabado toda la obra que me dijiste que hiciese; ya no era necesario padecer más. (Juan 17:4-5)

- La muerte no triunfo sobre Jesús, sino Jesús sobre la muerte cumpliendo así las profecías anunciadas por El mismo en. (Juan 10:17-18)

- Esto nos demuestra el límite exacto de la justicia de Dios, Él no se goza con el sufrimiento de su hijo; su justicia se satisfacía exactamente con lo que le pidió. Jesús cumplió estrictamente con lo que la ley demandaba: UNA VIDA POR OTRA VIDA (Isaías 56:10-12)

- Aquí observamos una actitud de confianza y esperanza de Jesús hacia su padre, Él sabía que tenía la capacidad de cuidarlo en este trance de la muerte y le devolvería a la vida mediante la resurrección al tercer día. (Salmo 16:8-11).

APLICACIÓN TEOTERAPICA

- Deje su pasado en las manos de Dios, disfrute su presente en la provisión y afronte su futuro creyéndole (Isaías 43:18-19).

- Depositemos completamente nuestra entrada (nacimiento) y nuestra salida (muerte) en las manos de Dios; ya que él tiene la capacidad de conducirnos hasta que vayamos a su presencia (Salmo 48:14).

- La muerte de Jesús está rodeada de esperanza, porque nuestra eternidad está asegurada en cristo (Prov. 14:32; 1 Cor. 15:53-57 y Rom. 8:11).

- A través del mensaje de esta palabra podemos renunciar en el nombre de Jesús aquellas ataduras que nos impiden confiar plenamente en el señor: Orgullo, egoísmo, vanidad, auto justificación, egocentrismo, escepticismo, incredulidad y duda.