“LOS PELIGROS DE NO PERDONAR”
Enviado por Rebecca • 4 de Diciembre de 2018 • 1.736 Palabras (7 Páginas) • 377 Visitas
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II.- CUANDO NO PERDONAS TE DOFORMAS A TI MISMO Y DAÑAS A LOS QUE TE RODEAN.
Tu salud mental está en riesgo.
Los psicólogos dicen que cuando la gente guarda resentimientos, rencores y odios; son afectados mentalmente con: tristeza, irritabilidad, pesimismo, ansiedad, depresión.
Eso fue exactamente lo que le pasó al rey Saúl, la Biblia dice que no tenia paz, que era atormentado por un mal espíritu, era pesimista, ansioso; estaba obsesionado con la idea de Matar a David. Y no solo eso, en una acción desesperada, consultó a los brujos para saber si obtendría la victoria contra los enemigos del reino.
A Saúl, SU FALTA DE PERDÓN, le deformó el carácter y causó gran daño a su propia gente, porque dice la Biblia que por causa de su obstinación, perecieron en la guerra, su ejército, su propio hijo y él mismo. O sea que, alguien que se encuentra cegado por el odio, ¡no puede en ningún momento cuidar el bienestar de su familia!
ANÉCDOTA: EL MAL CARÁCTER
Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Descubrió que era más fácil controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta. Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: "Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves".
Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero el modo en cómo se lo digas lo devastará y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como la ofensa física. Los amigos son joyas preciosas. Nos hacen reír y nos animan a seguir adelante. Nos escuchan con atención y siempre están dispuestos a abrirnos su corazón. Tenlo siempre presente.
III.- CUANDO NO PERDONAS, AFECTAS TU SALUD FISICA.
Varios estudios por especialistas, han demostrado que los sentimientos hostiles y de venganza le traen a tu cuerpo consecuencias similares que el estrés:
• Presión alta,
• Tensión muscular,
• Problemas para dormir,
• Aumento en la sudoración
• Pérdida de memoria.
“PERDONANDO LO IMPERDONABLE”
Betty Ferguson hizo lo que la mayoría de la gente quizá no podría: perdonó al asesino de su hija.
Tras el asesinato, en 1975, de su hija Debbie, de 16 años, Betty se deprimió tanto que se embriagaba para poder dormir, y descuidó a sus otros cuatro hijos. No dejaba de maldecir al asesino, Ray Payne, maestro de Debbie, quien la raptó antes de segar su vida. Que arrestaran a Payne y lo sentenciaran a cadena perpetua no aplacó el dolor de Betty y menos ante la ausencia absoluta de motivos para tan horrendo crimen. “El dolor me consumía”, dice. Y todo el tiempo sufría dolores de cabeza y de espalda casi insoportables.
En 1981, en el sepelio de su hermana, una frase del Padrenuestro la sacudió: “perdonad a quien nos ofenden”. Empezó a leer libros sobre el perdón y a creer que este podría ser lo que buscaba. Visito la tumba de Debbie, en cuya lápida decía: “Lo que el mundo necesita ahora es amor”. Estas palabras hallaron eco en su corazón.
Entonces comenzó a decirse en voz alta “Voy a perdonar a Ray”. Y al cabo de unos meses le escribió: “He dejado de sentir odio por usted. ¿Puedo visitarlo y pasar juntos el día?”
En 1986, 11 años después del crimen, visitó a Payne en la cárcel. “Le dije todo lo que Debbie había significado para mí y lo perdida y atormentada que me había dejado su muerte. Él me escuchó, y juntos lloramos. Salí convertida en otra persona, llena de paz y tranquilidad”.
Cuando sus consternados amigos le preguntaron por qué lo había hecho, contestó: “El perdón es el mayor regalo que me he dado a mi misma… y a mis hijos”. Hoy día Betty trabaja en Pensilvania como mediadora en un programa para víctimas de delitos violentos. “Ha sido una experiencia increíble que ha aliviado mi alma y salvado mi vida”.
APLICACION.
Leer Mateo 18:23-35.
Y este Rey es el Señor Jesucristo, que siendo inocente, sin culpa; El mismo pagó el precio que usted y yo debíamos, y nos perdonó todos nuestros pecados. No tenemos justificación delante de Dios si guardamos rencor, enojo, odio contra alguien, y menos contra un hermano (a). Jesucristo también pagó por esa persona. Cuando guardamos rencor contra un hermano (a), a quien realmente ofendemos es a Dios.
¡No cedas terreno al diablo, porque la amargura y el rencor es lo que él usa para destruirte!
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