El Virus, un relato sobre el peligro de los rumores en las organizaciones

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Hasta acá, creo que ha quedado claro, la analogía de un virus y un rumor y que tan destructivos pueden ser en la sociedad y en entornos laborales, pero, ¿qué se puede hacer al respecto? Cuando nos encontramos frente a situaciones como esta nos planteamos las siguientes interrogantes: ¿De dónde salió el rumor? ¿Quién fue el autor intelectual? Claro es que no es tan fácil dar respuesta a estas preguntas, así como lo pudimos ver en el relato, ni el mismo Alberto lograba dar con el responsable, hasta que finalmente, supo que él era el primer culpable, haciendo comentarios poco precisos, un tanto ambiguos que finalmente, al no ser claro en la transmisión del mensaje este tuvo varias interpretaciones entre sus colaboradores, generando así teorías, comentarios, rumores. Que lleguen murmuraciones a nuestra organización o entorno es inevitable, pero podemos estar preparados, ya que en un régimen de confianza se deshacen. Cuanta más confianza, mejor funcionamiento. En un equipo sin confianza las cosas se hacen tres veces porque los procesos no funcionan. Y eso es ineficiente y costoso para cualquier organización.

Como líder de una organización que puedo hacer para anular rumores no deseados; bueno se pueden utilizar algunos elementos que el escritor propone como lo son las vacunas por así decirlo con las que se puede medicar a la organización, esto con el fin de prevenir o mitigar un poco los tan temidos chismes, pese a que el ciclo de acción de la vacuna es muy corto, es muy efectiva, pero debemos procurar aplicar la medicación a diario, esta consiste en: conocer bien a los colaboradores, dedicarles tiempo y escucharlos con atención, ya que nos permite encontrar las formas de comunicación adecuadas para hacer una buena conexión; descubrir las relaciones interpersonales entre los miembros de un equipo, lo que permitirá identificar a posibles generadores de una buena comunicación o de una epidemia; identificar los canales de comunicación existentes con el fin de determinar cuáles funcionan y cuáles no, para transmitir determinados mensajes; además mantenerlos abiertos y velar que nadie quede fuera de estos, desde el nivel más alto de la organización hasta los puesto más bajos de esta, ser claros, explícitos, evitar ambigüedades y no dejar cosas a la interpretación; no dar versiones diferentes a la gente, saber algo, no es idéntico a saber decirlo, en los negocios o cualquier otra actividad de interrelación, la forma en que hablemos, en que nos comuniquemos, será el patrón por el cual se nos juzgará, se nos aceptará o rechazará. Hablar con orden, con claridad, con entusiasmo, con persuasión; en resumidas cuentas, con eficacia, no es un lujo sino una necesidad; otro aspecto importante es el tener valor al dar tanto las buenas como malas noticias pero con empatía; ser íntegros y coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos de no ser así, es muy probable que el mensaje recibido sea negativo.

Es casi imposible dejar de contagiar un virus, sin embargo, se puede dejar de propagar los rumores. Antes de hacer circular cualquier información por más insignificante que esta sea, debemos estar totalmente seguros de aspectos relevantes como lo son: verificar que la información es absolutamente cierta y de que el hecho de hacerla circular, contribuirá positivamente al desarrollo, bienestar y funcionamiento de la organización. Si no es así, lo que hacemos circular son virus en forma de rumores.

Esto aparenta ser algo muy sencillo de llevar a cabo; sin embargo, en la práctica el tema no es tan sencillo y la “vacuna” no es de fácil aplicación, ni de efecto inmediato y mucho menos garantizará el 100% de protección. En este punto el nivel más alto de la compañía debe predicar con su ejemplo y empoderamiento siendo líderes en la aplicación de esta cura y gestores de una cultura de comunicación “transparente” en la organización.

Esta lectura encierra la esencia de lo dañino que puede ser un rumor en las organizaciones, así como los virus convertidos en epidemias que afectan a la sociedad. Pero lo más importante es que nos invita a reflexionar con un ejemplo muy puntual todo lo que componen los rumores, qué aspectos cuidar y cuáles pueden ser las vacunas que podemos aplicar en nuestra empresa a tiempo, antes de que este se propague.

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