Peligros del capitalismo

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No cabe duda que hay que hacer algo al respecto.

- DESARROLLO

El tema aquí claramente no pasa por reemplazar el sistema económico e ideológico de un día para otro. Como se mencionó, el capitalismo también ha brindado importantes aportes a las sociedades. De hecho, puede que sea la mejor manera de organizar una economía[3].

Lo que debe ocurrir es que se debe cambiar la filosofía de pensamiento cortoplacista explotadora de recursos por una estratégica sostenible de largo plazo. El Estado puede apoyar mediante esquemas regulatorios amigables, pero finalmente es sólo eso, apoyar.

Dado que las empresas han sido la rueda y motor del capitalismo, son realmente ellas quienes deberían asumir el liderazgo y ser responsables del gran cambio.

Pensar en el largo plazo implica salir de los esquemas tradicionales. Hay un enorme potencial económico y socialmente responsable al llevar servicios a segmentos desatendidos de la población, Algunas empresas ya se dieron cuenta de eso y los primeros resultados han sido bastante alentadores.

Si la mano de obra no calificada es un problema, pues las empresas podrían crear programas de capacitación que tengan como premio incorporar al que obtuvo los mejores resultados. De esta manera ganan las dos partes, empresa y los participantes.

Si hoy los empresarios se hacen ricos a costa de los recursos de una localidad minoritaria, algo evidentemente insostenible, se deberían crear programas orientados a erradicar la contaminación así como a ofrecer educación y trabajo a sus pobladores.

La distribución de la riqueza, gran causa de la desigualdad, podría ser atenuada mediante esquemas impositivos proporcionales, que no perjudiquen a los que menos tienen.

Las empresas, que maximizan beneficios económicos, y el Estado, que vela por la igualdad y bienestar de la población, deben establecer políticas orientadas al desarrollo sostenible que converjan y prevalezcan a través del tiempo.

- CONCLUSIONES

El capitalismo tal como lo entendemos hoy, y como ha sido en doscientos años de vigencia, no es sostenible. El impulso que ha llevado a las personas, empresas y países a desarrollarse e imponerse como potencias, es el mismo impulso que podría llevarlos a la destrucción.

Es necesario un cambio, una reorientación estratégica de objetivos. La esencia y fin del capitalismo no va a cambiar, continuará siendo la obtención y maximización de utilidades, lo que debe cambiar es el medio, el camino para la consecución de estos objetivos. Y el principal gestor de este cambio son las empresas

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