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La nueva Vida religiosa de moquegua

Enviado por   •  20 de Diciembre de 2018  •  12.940 Palabras (52 Páginas)  •  404 Visitas

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La Iglesia San Sebastián, sin uso ni mantenimiento desde 1624, aun siendo Escapagua Villa, no duraría mucho tiempo. De este templo que ya existía en 1564, como consta en el instrumento público de 16 de julio de 1604 como lo anota Montenegro Ubaldi a la fecha no existe ningún resto de ella, ni indicio alguno del sitio en que se edificara, pues, no ha sido posible ubicar la "Hacienda del Carmen" que pertenecía a la familia Fernández Cornejo en cuyo terreno, colindante con otro que era propiedad del Capitán Maestre de Campo don José Montenegro y su esposa doña Constanza de Peñaloza, parece haber sido el sitio donde estuviera construida dicha Iglesia, según datos consignados por el citado Montenegro Ubaldi en su obra "Noticia de la ciudad Santa Catalina de Moquegua".

- LA IGLESIA MATRIZ

Don Pedro León de Guevara y Sisa, hijo del conquistador del mismo nombre y de doña Catalina Sisa, vecinos del Cuzco, fue el Primer Teniente de Corregidor que tuvo Moquegua, quien con tres mil pesos erigió en 1595, la Capilla San Pedro. Arruinada la construcción por el terremoto de 1604, el Capitán Alonso de Estrada, citado por Miguel Cervantes de Saavedra, como poeta, en el "Canto de Calíope", vendió a Juan Porcel Altamirano, el sitio que ocupaba "La Iglesia Vieja" y compró para construirla nueva, el terreno que ocupan las ruinas de la Iglesia Matriz, al norte de la Plaza de Armas. Estrada, Primer Mayordomo y Ecónomo de la Iglesia, levantó a partir de 1604, las Capillas San Juan y San Antonio de Padua. La nueva construcción fue colocada bajo la advocación de Santa Catalina, que también era Patrona tutelar de Moquegua desde 1601 o antes, como lo anotara en otra oportunidad. El nombre de Santa Catalina, lo tomó también la Iglesia y figura con él en la época en que Moquegua pleiteaba con San Sebastián de Escapagua la categoría de Villa. No sería descartable la posibilidad de que elevada Moquegua a Villa, con el nombre de Santa Catalina de Guadalcázar; y siendo la Santa del mismo nombre Patrona de Moquegua, para no incurrir en una triple repetición que se prestaría a confusiones, poco a poco iría dejándose la antigua denominación, para ir familiarizándose con el de "La Matriz", o en razón también, presumible igualmente, de las capillas que dentro del templo se iban construyendo.

Alonso de Estrada que había perdido a su esposa Jerónima Miranda, se ordenó de subdiácono y al morir el 11 de mayo de 1610, dejando a la Iglesia una capellanía de diez mil pesos, fue sepultado siguiendo su voluntad en la Capilla San Antonio de Padua, cosa que no pudo hacerse con su esposa Jerónima que tuvo el mismo deseo, pues cuando murió en 1.606, dicha Capilla aún no había sido concluida.

Unos años más tarde don Cristóbal Pérez .Cugate, natural de Valencia, levantó la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, mandando en su testamento se le oficie todos los años una misa cantada en dicha Capilla.

Destruida la Iglesia por el terremoto del 27 de noviembre do 1630, cuando ya ostentaba Moquegua el título de Villa, se reconstruyó con el aporte principal de doña Mencía (o Merencia) de Castro que gastó 35 mil pesos. Contribuyó también en dos oportunidades a la reedificación de este templo, don Ambrosio Javier Rodríguez de Corte Real, quien fuera Cura de Moquegua durante 33 años y cuya.sobrina doña Helena Rodríguez de Corte Real, donó más de 130 mil pesos para el establecimiento del Monasterio de Santa Rosa de Lirria, en cuya gestión tuvo muy activa participación. En su testamento, doña Helena, recordando que en La Matriz había sido. Bautizada, le dejó cuatro mil pesos.

Por .1636, doña Lorenza Fernández de la Cuadra aparece comparando en 2,500 pesos asiento y sepultura en toda la Capilla de la Purísima Concepción y lo mismo, hace por mil pesos el Presbítero don Baltazar del Alcázar y Padilla, en todo lo que el arco toral (cada uno de los cuatro arcos de la media naranja de un edificio) desde abajo el pulpito. Interviene como vendedor don Pedro del Alcázar y Padilla-, como Mayordomo de la Iglesia Matriz. Posiblemente un nuevo terremoto el del 13 de noviembre de 1655 destruye por tercera vez la Iglesia, corriendo la tercera reedificación a cargo del mismo Mayordomo Pedro del Alcázar quien compró de doña María Montenegro y Contreras un solar, con el objeto de hacer en él 30 ó 40 mil adobes, cuando la reconstrucción ya estaba en marcha. También compró maderas, tablones y otras especies por tres mil pesos. La fábrica de la Iglesia, en esta oportunidad, corrió a cargo de Antonio de Izaguirre. Los gastos ascendentes a 97,505 pesos y dos reales" que condonó e hizo gracia a la dicha iglesia "merecieron el auto aprobatorio de 10 de setiembre de 1680, del Obispo don Antonio León y Becerro.

No dejaría de causar estragos en La Matriz y en los otros templos, el terremoto del 22 de agosto de 1713, pues, a raíz de éste, el Cabildo de Moquegua, juró en forma solemne hacer cada año el 15 de agosto, una fiesta a Nuestra Señora de Loreto, tomándola como Patrona, promesa que no llegó a cumplirse, según Montenegro y Ubaldi

De adobe y carrizo, la Matriz que servía de Iglesia Parroquial y también, de última morada para algunos benefactores y pudientes que compraban sitio en ella, contaba con cinco Capillas: San Pedro, San Juan, San Antonio de Padua, Nuestra Señora del Rosario y la Purísima Concepción. Aunque Antonio Álvarez y Jiménez, Gobernador Intendente de Arequipa, en su visita oficial que hizo a Moquegua en 1791 habla sólo de cinco capillas, parece que hubo también una sexta: la dé Santa Rosa, pues, en 1660 don Agustín Fernández Maldonado y Raya, por escritura se obligaba a darle al Mayordomo de la Iglesia don Pedro del Alcázar, tres mil pesos para que le haga una bóveda de piedra y ladrillo para su sepulcro, sus hijos y sucesores, con la tapa de una piedra en la que ha de grabarse sus armas en la CAPILLA SANTA ROSA. Montenegro y Ubaldi, da fe que se hizo la bóveda y conoció la tapa de madera y que la familia Fernández Maldonado estuvo en su posesión hasta el año 1814, en que se hizo el Cementerio General, "la ‘bóveda se llenó de tierra sólidamente". '

Otro violento sismo, el 13 de mayo de 1784, a las 7.30 de la mañana motivó una cuarta reconstrucción. Por el empeño de Lorenzo Vizcarra Hurtado de Mendoza, moqueguano y Cura Vicario desde 1792, donante de 29 mil pesos, Juan Cabello Hurtado 3 mil pesos y la decidida colaboración del vecindario con limosnas y erogaciones piadosas, se construyó la nueva Iglesia Matriz, esta vez de piedra y cal, con tres naves abovedadas y con extensión de 67 y media varas de largo (56.43. metros y 30 y media

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