Analisis Politico y Economico Internacional
Enviado por monto2435 • 24 de Diciembre de 2018 • 2.353 Palabras (10 Páginas) • 343 Visitas
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Lo descrito en el párrafo precedente, obligó a que ambos buscaran influenciar en aquellos lugares donde no estaba definida la polarización, obligando que las guerras se desarrollen en el Tercer Mundo, bajo un apoyo económico y militar de uno y del otro, pero nunca buscar una confrontación directa que desate una IIIa Guerra Mundial.
La Guerra Fría se extendió desde el término de la IIa Guerra Mundial hasta fines de los años ochenta y principios de los noventa, donde el conflicto no fue solamente militar sino que económico, político, cultural y principalmente ideológico, que terminó con la caída de la Unión Soviética, al no poder sostener una carrera armamentista y desarrollo tecnológico que consumió sus recursos económicos, en donde contaban con la capacidad de construir un submarino nuclear, pero aún veían televisión en blanco y negro. La Unión Soviética no fue capaz de hacer una reforma económica estructural antes de que fuera tarde y finalmente su sistema fracasó. Nadie le ganó, solamente se autodestruyó.
A principios de los años 90, con la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, este mundo bipolar se terminó, pasando a uno unipolar, liderado por los Estados Unidos con un poderío económico y militar que no dejaba duda de su supremacía, “nunca antes se había presenciado el dominio del sistema por parte de una gran potencia hasta los límites alcanzados por Estados Unidos en la actualidad”.[3] Lo cual fue confirmado con el claro ejemplo que durante su invasión a Irak, el año 2003, siendo que no tenía el apoyo de ninguna otra potencia ni el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aun así lo realizó.
A medida que avanzamos en el siglo XXI, Estados Unidos ha ido perdiendo esta hegemonía, dando paso a nuevas potencias emergentes que nuevamente nos llevan a un mundo multipolar, basados en una economía de la globalización, donde el poder de una nación no solo se mide en términos militares o económicos, también en más factores como el prestigio, influencia cultural, tradición… Se habla en este sentido de hardpower y softpower.[4]
Es así como la nueva Estrategia política y económica de las potencias actuales, y las emergentes, está basada no solamente en su poder militar y económico, sino que, tratando de lograr su posicionamiento dentro del orden mundial con tecnología, conocimiento, influencia. Si lo asemejamos a los años previos a 1914, es una nueva forma de imperialismo y colonialismo. Ya no mediante la invasión y ocupación de territorios, sino que a través de la dependencia que tenemos de ellos en lo tecnológico, comercial y, por ende, político. En cuanto a la jerarquía internacional de los Estados, siguen coexistiendo varios términos que no han sido claramente definidos: Superpotencia (Estado Unidos), potencias globales o gran potencia (China, India, Rusia), potencias emergentes (Brasil, Rusia, India, China), potencias medias (Brasil, Canadá, Sudáfrica). Estar incluido en las primeras dos categorías requieren tanto de un buen tamaño de población territorial, recursos naturales, buena implementación militar y una economía estable.[5]
Como se dijo en el párrafo precedente, el surgimiento de nuevas potencias ya consolidadas y otras emergentes, como lo son las llamadas BRIC (Brasil, Rusia, India y China) por nombrar algunas, inmersos en un mundo post político, donde cada uno decide el “mundo” en el cual quiere globalizarse, de acuerdo a sus preferencias dentro de su aproximación a la cultura, es una oportunidad para los países, y quienes los gobiernan, en replantear su estrategia y ser parte de este nuevo entorno globalizado, que en el caso de Brasil no lo supo aprovechar, principalmente dando como ejemplo la creación del Mercosur, el cual nació con la expectativa de crear un sistema de integración de los países hacia un desarrollo económico con miras a un mercado internacional, conformado por el mismo Brasil más Argentina, Paraguay, Uruguay y años posteriores Venezuela (además de sus países asociados Bolivia, Chile, Colombia, Perú y Ecuador), donde con el tiempo sus intereses se giraron de lo económico a una mirada más política (principalmente Argentina y Brasil), luego de la asunción de presidentes de izquierda y además, al buscar su protagonismo dentro del entorno geopolítico como potencia emergente ante países como México y Estados Unidos, desviando sus intereses y finalmente perdiendo sus objetivos iniciales, encontrándose en una encrucijada después de la estrepitosa caída de su modelo socialista, basado en una economía de mercado interno que el gobierno no fue capaz de sostener. Además, posterior a la desaceleración económica de China y sumado a un gasto público desmedido, que con medidas populistas y ficticias sacaron de la pobreza, en un solo año, a 40.000.000 de habitantes, siendo un modelo que lisa y llanamente explotó, junto a una corrupción política interna sin límites, dejándonos en la retina la sombra de un país que conformaba el grupo de los BRIC. En cambio China, que aparte tiene una clara diferencia con el resto del bloque, “sin China el BRIC es BRI, un queso blando y sin demasiado gusto”[6], donde las condiciones objetivas económicas, financieras, políticas y militares sustentan en gran medida esta hipótesis: la economía china es mayor que las otras tres combinadas y sus tasas de crecimiento son muy superiores. Sus exportaciones, como su nivel de reservas, duplican la suma del resto del bloque, siendo la historia del ascenso del BRIC. China es una potencia global emergente y pronto a ser la superpotencia del futuro. Es el principal rival económico y militar de EE.UU. En 2007 sustituyo a Japón como segunda potencia económica mundial. China es la segunda potencia militar del planeta en gasto militar y números de tropas. Desde 1978 ha iniciado un proceso gradual de mercado, el resultado de dicha apertura fue espectacular entre 1978 y 2007 china quintuplico su PIB y alcanzo un crecimiento económico de un 10% la tasa más alta del mundo. Su principal estrategia se basó en los cambios institucionales introducidos por el partido gobernante en la organización económica y social interna (reconocimiento de derechos de propiedad privados y funcionamiento de los mercados). Además, el modelo de crecimiento implementado es abierto al comercio internacional y sostenido por un flujo importante de inversiones extranjeras que contribuyen a incorporar tecnología y a mejorar la gestión, promoviendo la inversión extranjera directa y la modernización de las compañías estatales.[7]
La globalización ha tenido como resultado una interdependencia entre los países en que toda decisión, toda acción, ya no influye en un solo estado, sino que, en varios estados, teniendo un “efecto
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