COMO SON LAS MILLENIALS A CONTRACORRIENTE DEL SISTEMA ALIMENTICIO ACTUAL
Enviado por tolero • 28 de Diciembre de 2018 • 2.733 Palabras (11 Páginas) • 368 Visitas
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Muchos de los habitantes usaron el reciclaje para construir domos geodésicos para vivir; usando varias drogas como la marihuana y el LSD, y creando piezas de Drop Art. Después del éxito inicial de Drop City, los visitantes empezaron a crear sus propias comunas.
Surgieron nuevos colectivos que adoptaron estos ideales como Hog Farm, Quarry Hill y The Ranch. Ellos fueron después de mucho tiempo los intentos más claros y directos de regresar a la tierra y vivir libres de las interferencias e influencias externas.
Este movimiento luego se tradujo a una versión local asentada en El Bolsón, provincia de Río Negro al margen del caudaloso río Quemquemtreu, casi al finalizar la década de los sesentas y con el general Agustín Lanusse en la presidencia. Eran chicos pertenecientes al conjunto de la obra musical “Hair” cuya versión se puso en escena y con éxito, en Buenos Aires y parte de Sudamérica. Era un musical que reflejaba el espíritu del movimiento Hippie en el que entre otras cosas se condenaba a la sociedad de consumo, mientras que paradójicamente sus productores facturaban millones de dólares en cada ciudad donde se representaba.
El Bolsón y todo su encanto natural, les significó a estos viajeros la energía que buscaban y que los motivaba, por lo que decidieron quedarse.
Según el escritor local Juan Matamala, la idea original que los movía era la convivencia en grupo y llevar adelante el amor a la naturaleza, la comunidad de intereses y volver a la tierra, el autoabastecimiento y la paz interior.
Llegaron de a pocos y se fueron abriendo camino en cuanto a terreno, trabas políticas y sociales. Eran grupos consientes de la necesidad de cambio en el planeta y de que el sistema económico no era viable ni beneficioso para todos.
La forma de vida cambio totalmente entre ellos, separando espacios de vida comunitaria y de intimidad, se incorporó la mística y la oración en determinadas horas del día. La educación tenía como fundamentos la música, los juegos y el amor a la naturaleza. La alimentación se mejoró al tener huertas propias, animales de corral, caballos y vacas. La siembra se volcó en un acto cultural que reunía a los integrantes y donde se dividían las tareas sin necesidad de líderes o jerarquías.
Existe un término que define las consecuencias de la separación entre el ser humano y su hábitat natural: El desorden de déficit de naturaleza, término acuñado por el escritor norteamericano Richard Louv en el libro “Last child in the Woods” publicado en el 2005.
Louv argumenta que ciertos problemas de conducta y salud podrían estar causados por la gran y rápida disminución del tiempo que pasamos al aire libre, principalmente en los niños. Sus estudios demuestran que la exposición aleatoria a la naturaleza en realidad estimula el sistema inmunológico, prolonga y mejora nuestra calidad de vida. (Eagan, 2012)
Este mencionado desorden, se acrecienta entre los millenials, y ve una ruta de salida a través de su preocupación creciente por la calidad de comida que llevan a sus hogares.
Sembrar plantas en nuestras casas nos da esa posibilidad, entrar en contacto con la naturaleza y a la vez modificar la energía del ambiente, y en nosotros mismos.
Los productos suministrados por las grandes cadenas de alimentos se restringen a numerosos factores como, por ejemplo, el tiempo que pueden sobrevivir trasladándose hacia su punto de destino, la refrigeración, costos de envío, manipulación, embalaje, estacionalidad, etc.
Es por esto que a pesar de los espacios y momentos libres tan acotados en la vida cotidiana de la mayoría de personas. Hoy en día son cada vez más quienes eligen destinar un lugar de su hogar para convertirlo en un espacio verde y de producción.
Los sistemas de cultivo en interiores permiten a los consumidores explorar múltiples variedades de plantas como tomates, lechugas, albahaca entre muchos otros más que no se encuentran disponibles en el mercado con la misma frecuencia o precio durante todo el año, es así que, usurpando un eslabón de la cadena de suministro habitual se abre una nueva ventana a la exploración para aficionados y entusiastas.
Según un estudio realizado por el sitio web español PlanetaHuerto.es, el cuidado de un huerto en el hogar también gana progresivamente peso entre las actividades de ocio y tiempo libre. Para un 60% de los entrevistados que se consideran ‘hortelanos urbanos’, este es uno de sus principales hobbies para disfrutar de forma individual o con el resto de los miembros de familia. Otro 25% destaca motivos terapéuticos (ejercicio físico, tratamiento psicológico, etc.) como principal factor para dedicarse al cultivo en casa, mientras que un 15% subraya su interés por llevar una alimentación más sana y ecológica. (Comunicae, 2016)
La industria es consciente de este nicho y ha lanzado sus propuestas a manera de novedosos emprendimientos a la altura de sus quisquillosos potenciales usuarios.
Basada en una investigación en el Media Lab del MIT en el 2011, Jennifer Broutin Farah y su socio Kamal Farah ambos arquitectos de la universidad de Miami y con maestrías en las universidades de Columbia y el MIT, desarrollaron un producto que resuelve y facilita la siembra dentro de casa. El nombre es Sprouts IO, revoluciona el concepto de producción bajo techo con un alto desempeño en su sistema y coloca al usuario al mando de su ciclo alimenticio. (Kickstarter, 2016)
Es un sistema altamente eficiente, de cultivo hidropónico híbrido, simplifica el proceso de crecimiento, permitiendo que cualquiera pueda sembrar sus propios productos en cualquier localidad, en cualquier momento, y con una fracción de los recursos utilizados por las prácticas estándar. Utiliza sólo el 2% de agua y 40% de los nutrientes en comparación con los métodos tradicionales de siembra, con mayor crecimiento y densidad por área en la mitad del tiempo de crecimiento. La refrigeración de la producción no es necesaria ya que SproutsIO ofrece productos frescos en la madurez precisa para ser consumidos.
Es un sistema modular, por lo que permite tener uno o varios dispositivos controlados a la vez mediante la aplicación SproutsIOGrow.
Está equipado con sensores calibrados precisamente que leen la temperatura del ambiente, la temperatura de la raíz, el espectro de iluminación y la intensidad, la conductividad eléctrica para el control de nutrientes, nivel de agua, la humedad y tiene también un medidor de pH. Los registros de estos sensores son enviados a la base de datos de la compañía, donde un software los procesa
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