CRÍTICAS A LA DESCENTRALIZACIÓN EN COLOMBIA

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Pero la descentralización no tuvo un efecto completo en la garantía de la representación regional, pues sucedió que las regiones más influyentes tradicionalmente, acapararon en mayor medida los mecanismos de participación y representación, dejando de lado a regiones sin representación alguna, perpetuando este problema que viene desde el estado centralizado administrativamente.

Frente a esto surgen propuestas como una división equitativa del número de los representantes, para así lograr un mayor equilibrio en el número de representantes de las regiones en el gobierno central, sin embargo esta posición resultaría difícil desde la perspectiva de reforma estructural del estado por factores como a la resistencia de los grupos hegemonizados en las regiones que tienen una preferente representación y atención de las entidades nacionales y territoriales.

Además, el planteamiento de un fortalecimiento de las burocracias locales se vería truncado por diversas patologías que atacan a nuestro sistema administrativo del gobierno como lo son la presencia de unas instituciones administrativas débiles, que sin el debido control por parte de las entidades que tienen como tarea la vigilancia y el control de las mismas y la precaria distribución de recursos económicos entre las diversas entidades del territorio, por lo cual no existe el marco propicio para la labor de fortalecer a las entidades.

Otra problemática que afecta a las entidades no solo territoriales sino también del nivel nacional es la corrupción causada por intereses económicos personales, tendientes al favorecimiento de los grupos económicos predominantes y la incipiente relación de las entidades del estado con los grupos beligerantes dentro del contexto del conflicto armado colombiano, razones por las cuales, el fortalecimiento de la burocracia fracasaría.

Otros fenómenos que harían repensar los beneficios de la descentralización en Colombia podríamos abordarlos desde la misma descentralización territorial de la administración, la cual pudo ser el detonante del debilitamiento del estado regulador que si bien a través de los procesos de globalización planteados por el neoliberalismo, causó la fragmentación del estado generando una privatización de labores que antes fueran ejercidas por el estado, pero que ante la descentralización por servicios y territorial revistió un decaimiento de la regulación estatal, permitiendo esto la proliferación de la corrupción y la toma del control de los grupos económicos dominantes de una manera más directa en los asuntos de gobierno, dando prioridad a intereses particulares y dejando de lado la política social y la administración eficiente a nivel territorial.

A manera de conclusión, vemos que el proyecto de descentralización en Colombia requiere de un rediseño, retomando los lineamientos que este mecanismo de gobierno pretende en cuanto a la representación idónea y la búsqueda de una administración eficaz, con decisiones apropiadas para el desarrollo del país y la implementación de políticas sociales que conlleven al mejoramiento en la calidad de vida de las poblaciones más olvidadas por el gobierno.

Pero para poder llevar a cabo estas propuestas de reestructuración, resulta indispensable la purga de la administración y de las entidades en todos sus niveles, buscando de esta manera la disminución de la corrupción en la administración, además, se deben repensar los procesos de distribución de recursos y mecanismos de tributación para poder implementar las propuestas de fortalecimiento institucional que por pasividad u olvido del gobierno, hoy en día carecen de funcionamiento efectivo, haciendo inoperante al estado en regiones apartadas o en funciones indispensables para la implementación de políticas y en general para la operación del andamiaje estatal.