Inundaciones de Guanajuato, realizado por María Elena Resendiz Segoviano (2012)

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El 10 de Agosto de 1794 fue la ciudad nuevamente inundada, las fechas 13 de Julio de 1804 y 4 de Julio de 1828 también marcaron la ciudad, aunque no especifican los datos históricos de su magnitud. Después de un breve tiempo la naturaleza volvió a imponerse pues el 2 de Julio de 1867 se registro otra inundación causada solo del rio de San Nicolás, el barrio de pastita fue arrasado, padeciendo la mina de Sirena, y los barrios del Hinojo, el Ropero, el Jardín de la Unión y la Cruz Verde, todo el comercio del centro quedo arruinado.

Pocos años después, el 2 de Septiembre de 1868, se juntaron varias presas rumbo a la presa de la Olla, ocasionando el 20 de Agosto de 1873, a las 8 de la noche, sobrevino la mayor inundación que se tiene registrada en la actualidad, es cierto que sus estragos no fueron despreciables, pues aún podemos ver el nivel de las aguas conservando por las placas de piedra fijadas en las esquinas de las calles; pues la corriente arraso con el pesado carruaje, destruyó casas, puentes. En esa inundación se efecto a los barrios nuevamente Pastita, el Hinojo, Matavacas, Cantarranas, el Baratillo, el Truco, la Cruz Verde, la Unión, Alonso, la Calzada de Guanajuato y casi todos los barrios que formaban la artería principal de la ciudad. Pues el nivel del agua alcanzo los 2 metros y medio, las perdidas según el Jefe Político Sr. Luis G. Reynoso, ascendieron a 156, 000 pesos.

El 25 de Junio de 1882 y las de Junio de 1883, en que el agua desbordada destruyó los terraplenes del ferrocarril y averió los paseos de la Presa y con la del 28 de Junio de 1885, que estando la gente en una obra, el entonces Sr. Gobernador del Estado, Gral. D. Manuel González, fue el que animo a la gente a salir en orden por la puerta trasera.

El 30 de Septiembre de 1902, que sepultó entre las aguas furiosas al pueblo de Marfil, sepultando entre la ola negra veintitantos seres humanos. La del 30 de Junio y la del 1° de Julio de ese año tuvo terribles consecuencias, esta gran catástrofe, conmovió a la Nación entera, es indignante la larga serie de destrozos a esta ciudad y a la que los favores de la Naturaleza y la apatía de los Gobiernos hicieron merecedora del nombre de MÁRTIR.

Por estas razones los pobladores se vieron obligados a húrtale a las faldas de los cerros, para la fabricación de sus casas, pues ya que el problema venia en la época de lluvias, durante los meses que éstas duraban. A partir de ahí vemos a la ciudad de Guanajuato entre sierras y montañas.

Pocas ciudades como ésta tienen una historia y una leyenda tan interesantes; tal vez por no conocerse su verdadero origen, la imaginación del hombre ha tejido ese velo de fantasía alrededor de Guanajuato.

Otra razón hay para que surgiera esta leyenda: la fabulosa riqueza de la plata que hubo y que hay en sus minas.

Fantasías y riqueza, dos ingredientes muy apropiados para forjar una leyenda como la que vamos a referir.

Dícese que en ese pintoresco y bello picacho del cerro de la Bufa alienta una princesa encantada de rara hermosura, que en la mañana de cada uno de los jueves festivos del año, sale al encuentro del caminante varón, pidiéndole que la conduzca e brazos hasta el altar mayor de la que hoy es la Basílica de Guanajuato, y que al llegar a ese sitio volverá a esplender la ciudad encantada, toda de plata, que fue esta capital hace muchos años, y que ella, la joven del hechizo, recobrará su condición humana.

Pero para romper este encantamiento hay condiciones precisas, tales como que el viajero fascinado por la belleza de la joven que le llama, tenga la fuerza de voluntad suficiente para soportar varias pruebas: que al llevarla en brazos camine hacia delante sin turbación y sin volver el rostro, no obstante escuche voces que le llamen y otros ruidos extraños que se produzcan a su espalda.

Si el elegido pierde la serenidad y voltea hacia atrás, entonces la bella muchacha se convierte en horrible serpiente y todo termina ahí.

La oferta es tentadora: una lindísima muchacha y una fortuna inacabable, pero ¿quién es el galán con temple de acero que pueda realizar esta hazaña?

Por lo visto las condiciones son precarias, pues Guanajuato, el Estado que hoy conocemos, tiene más de cuatro siglos de vida y no ha habido quien cumpla los requisitos para deshacer el hechizo.

Escritores y poetas nacen y mueren con mayor o menor galanura en el lenguaje todos repiten la leyenda como un canto a Guanajuato, a la Bufa y a la hermosa princesa encantada.

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Leyendas de Guanajuato. Ediciones Stampart. Ilustraciones de M.Leal