LAS TEORIAS DEL CONFLICTO SOCIAL

...

Por último, resulta clave comprender que, respecto del economicismo, Marx critica la incapacidad de este para explicar el movimiento histórico que engendra las relaciones sociales. Desde el economicismo, las relaciones de producción burguesas son vistas como categorías fijas, inmutables, y externas, suponiendo que el mundo se construye por el movimiento del pensar. Marx refuta esta idea dado que las relaciones sociales están ligadas en forma inevitable a sus fuerzas productivas: si cambia el modo de producción, cambian todas las relaciones sociales. Lo que define a un cuerpo son las relaciones sociales en las que se inserta; no hay en la naturaleza trabajadores si no que estos son producto de relaciones sociales expresadas en un cuerpo. Ni el hombre tiene una esencia, ni el capital es una cosa: ambas son relaciones sociales con contradicciones que se observan al contemplar el movimiento de la historia, el cual se corresponde al movimiento de las fuerzas productivas en forma dialéctica. Las ideas expresan las relaciones entre hombres, siendo entonces productos históricos y transitorios. De esto se sigue que las relaciones económicas no son leyes inmutables cubiertas de un velo místico que oscurece su mecanismo, ni tampoco preceden a la vida activa.

3. Las clases se conforman en la toma de consciencia y se miden según los grados de unidad, organización, y nivel de enfrentamiento; los enfrentamientos anidan la existencia de estrategias que deben pasar del plano objetivo al subjetivo, siendo este último la fusión de la experiencia con la teoría a través de un instrumento específico que debe llevarla a las masas: el Partido Revolucionario. Dicho Partido debe tener un papel activo de orientación, dirección, y posicionamiento ante las luchas. La transición del capitalismo al comunismo requiere de una teoría que oriente las acciones del nuevo orden, y los portadores de ella no son los obreros sino una burguesía o pequeña burguesía intelectual revolucionaria. Si bien el Partido puede tener obreros, el mismo no es un partido de obreros, si no que éstos son la fuerza material y moral de la revolución de la que carecen otras fracciones: el carácter sociopolítico del Partido no depende de su composición si no de la estrategia que se aplica según la teoría revolucionaria en un programa que se expresa en las acciones. La organización del Partido debe ser funcional al combate en la guerra civil, y por eso es un partido político-militar: no es un ejército asociado a un partido si no que es un Partido con capacidad de ejercicio de la violencia sistemática y con arreglo a un plan. Sus características son las de ser esencialmente ilegal pero realizando acciones orgánicas públicas, es ajeno a la clase pero está ligado a ella, usa el terror pero no postula el terrorismo, valora la actividad de las masas pero deshecha el espontaneísmo, propone una organización sindical y huelgas sin economicismo, y se inserta en el pueblo sin populismo ni centralismo democrático. El Partido es una coalición cualitativamente superior a una alianza, y unifica elementos que provienen de todas las clases, dado que se comparte una percepción relativamente homogénea sobre la historia. Como núcleo dirigente, el Partido orienta a las fuerzas sociales políticas que luchan y se enfrentan, poniéndose al frente de la lucha y expresando la consciencia política de la situación. El Partido entonces, es el agente de cambio social: sin Partido Revolucionario no hay revolución, y las fuerzas se arman objetivamente en un enfrentamiento coyuntural. Por ello, el diagnostico de coyuntura permite observar la transformación de las fuerzas sociales en subjetivas por parte del Partido cuando se toma conciencia sobre las acciones. Siendo el Partido un poder que conduce determinada fracción con capacidad de construir voluntariamente la composición de fuerzas a través de un plan o estrategia y una política de alianzas que depende de la capacidad de influencia o peso sociopolítico que tenga la organización, el mismo debe desplegar aquello para lo cual se ha estado preparando según la situación histórica, para desarrollar la violencia civil a través de una vanguardia que impulse la organización colectiva para pasar de la mera denuncia de las arbitrariedades del capital a la verdadera lucha política. Tanto Lenin como Gramsci aclaran que la necesidad de miltantes de base es inminente, siempre y cuando exista un cuadro centralizador y elementos medios que, cristalizados en el Partido, extiendan el programa revolucionario y representen los intereses de la revolución.