La Violencia de genero
Enviado por Ledesma • 26 de Diciembre de 2018 • 2.190 Palabras (9 Páginas) • 317 Visitas
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Estas conductas de violencia deben ser frenadas, ni bien aparezca un indicio de ello, no debemos, ni se debe esperar a que estas conductas tengan consecuencias fatales, no existe, ni existirá, ningún argumento válido, para justificar la violencia, y en especial, la violencia de genero.
Además, está totalmente comprobado, que en familias donde ha existido violencia, por parte del padre, son los hijos varones, que cuando forman una nueva familia, vuelven a repetir estos patrones, es decir repiten estas conductas violentas con sus parejas. Por lo tanto, es este otro motivo para estar en contra de la violencia de genero. Nosotras las mujeres, no solo debemos no defender estas conductas violentas no solo por salvaguardar nuestra integridad personal, sino también por cuidar la salud mental y el bienestar de nuestros hijos, para que en un futuro estas conductas no se vuelvan a repetir. Somos nosotras las responsables de no permitir estas futuras conductas en nuestros hijos frenar y ponerle fin a este fenómeno que tanto daño ha causado en todo el mundo.
Existen también los que argumentan estar a favor de la violencia por creer que es un mandato divino, estas personas se basan y toman como referencia al punto de vista religioso, para explicar que es el hombre quien debe mandar a la mujer, y ser la mujer sumisa de estos mandatos, “porque así lo dice la biblia”, están equivocados. Puesto que, al igual que usamos las diferentes formas de interpretación, para interpretar una norma, del mismo modo debemos interpretar la norma máxima, que viene de Dios, la Biblia; y es que usando la interpretación teleológica, y sistemática y no solo la literal, nos podemos dar cuenta que el fin, el objetivo que tuvo Dios, para decir que las mujeres deben obedecer a sus esposos, es basándose en la premisa, que son ellos quienes tienen que cuidar de nosotras, darnos amor y buscar lo mejor para sus hijas, no significando esto, que obedecer significaría ser esclavas del esposo, o de la pareja. Jamás el fin que nos intentó dar Dios podría se así. Dios, es un Dios de amor, que jamás va desear, que su creación más preciada, las mujeres, sean víctimas de todas estas aberraciones, que vienen sucediendo en la historia durante muchos años. Lo que Dios quiso que hiciéramos nosotros sus hijos, es que nos cuidemos y protejamos, no significando esto que nos violentemos con la excusa de querer protegernos. Es así, que debemos desechar este argumento totalmente ilógico que utilizan algunos defensores de la violencia, para poder maquillar su delito.
Recordemos que la violencia, no solo se da de manera física, o sexual, sino también psicológica, y es esta forma, la que usualmente utilizan muchos de los hombres para poder evadir sus responsabilidades frente a este delito, puesto que señalan no haber empujado, o golpeado a sus parejas, sino solamente insultarlas, porque según ellos “lo merecían”, nadie merece ser tratado de forma denigrante, ninguna mujer merece ser menospreciada, un insulto ya es considerado violencia, por lo tanto, no debemos dejarnos engañar de quienes nos tratan de esconder la realidad de este fenómeno, con argumentos totalmente erróneos, por ningún motivo debemos permitir ningún tipo de violencia. Ni el enamorado, ni el prometido, ni el esposo, ni el ex esposo, nos puede obligar a hacer algo en contra de nuestra voluntad, y mucho menos puede causarnos daño físico, ni psicológico, ni sexual, con la excusa, de que por ser nuestra pareja, debe estar permitido.
Quiero terminar mi defensa, en contra de la violencia de género, recordándoles a todas las mujeres, y a todos los hombres, que las mujeres no somos responsables de ningún acto de violencia que se cometa contra nosotras y que por ningún motivo, debemos permitir, que otra persona, nos diga que nosotras las mujeres, podemos incitar al hombre a que nos violente, es decir que nosotras tenemos la culpa de que se nos trate así, esto es totalmente incorrecto, fuera de lugar; ninguna palabra o acto que podamos realizar, merece como respuesta una conducta de violencia. Ninguna palabra por más fuerte que sea, o alguna conducta errónea que tengamos merece como castigo una conducta violenta, puesto que para todo acto incorrecto existe una sanción o medida de seguridad, y debemos respetar estas medidas y quienes las pronuncien, en este caso, el sistema penal o el Estado, pero no por parte de nuestras parejas. La violencia no se cura con violencia. Y respaldo mis argumentos en La Norma Máxima, nuestra constitución, y en los distintos tratados que han sido motivados por ella, así mismo en las garantías que el estado nos ofrece, que bajo ningún punto aceptarían a una conducta violenta contra la mujer como una conducta normal, sin motivo de sanción, es por ello que termino este ensayo, con estos argumentos que espero hayan sido claros y contundentes, para que toda la sociedad lectora, ratifique su punto de vista en contra de la violencia d género.
- CONCLUSIONES:
Por lo anteriormente mencionado, quiero concluir este ensayo con lo siguiente:
- Bajo por ningún punto se puede justificar un acto de violencia de género aduciendo que este está permitido para castigar una infidelidad en la relación. Ya que en ninguna parte de nuestro ordenamiento jurídico, se nos dice, que la infidelidad debe ser pagada con una pena de violencia. Esto es totalmente ilógico e ilegal.
- La violencia de género en el hogar, no solo es un problema que afecta a la mujer, en específico, sino que también traería consecuencias muy fuertes en los hijos de la pareja, ya que está comprobado que los hijos que nacen o se crían en el seno de este tipos de familias, también pueden adoptar conductas violentas en sus relaciones de pareja. Por lo tanto, las mujeres no podemos seguir protegiendo este tipo de conductas.
- No podemos excusar una acción que signifique violencia, por más pequeña que esta parezca, no podemos minimizarla, ni excusarla, ni mucho menos podemos decir, que aceptamos esta violencia por parte de nuestras parejas, “por obediencia a las reglas que nos pone Dios”, o específicamente, citando al texto bíblico que nos die que “el hombre es jefe de hogar, y debemos ser obedientes”, puesto que ésta interpretación sería de manera errónea, ya que el fin del texto bíblico no es otro más que ponernos de manifiesto, que “el hombre debe cuidar y amar a su esposa”, no significando esto, que la mujer sea esclava de este, ni algo similar. Es necesario resaltar que para Dios, las mujeres somos su creación más preciada, por lo tanto sería ilógico que él quisiera que nos trate mal.
- Los actos de violencia de género, no solo se centran en actos meramente físicos, sino también
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