La política fiscal. Tasas de referencia

...

A partir de aquí, notamos dos impuestos de gran importancia, que son el impuesto sobre la renta y el impuesto al valor añadido (ISR e IVA respectivamente). El ISR es un impuesto directo, y este refleja la capacidad de pago, y es bastante intuitivo, ya que a partir del nivel de renta se determina una renta imputable, la cual se obtiene al restarle deducciones, gastos y exenciones que tenga el contribuyente y se recauda una proporción de esta renta imputable.

Por otro lado, un impuesto indirecto como los impuestos sobre las ventas y consumo de productos específicos, notamos que son regresivos ya que el consumo y compra de esos productos toma una proporción de renta mayor respecto a una familia con nivel de ingreso más bajo que de una con uno mayor.

Es por esto, que el IVA, en esencia igual al impuesto sobre las ventas, ya que grava la suma de trabajo intereses, y demás valores añadidos, es decir grava en realidad las ventas finales. Es un instrumento que se utiliza de forma eficiente para la recaudación y evitar la doble imposición del ahorro, sin embargo la sustitución de un impuesto progresivo sobre la renta por un IVA aumentaría la desigualdad de las rentas después de que se les aplicasen los impuestos.

Un nuevo tipo de impuestos son aquellos que afectan al medio ambiente, y son impuestos buscando la reducción de estas actividades, y teniendo así un doble beneficio al disminuir de forma implícita los efectos contraproducentes y obteniendo un beneficio a partir de estos.

Vemos entonces que la recaudación de impuestos no es algo fácil, ya que debe considerase la manera en que afecta la economía, ya que estos deben de calcularse para ser utilizados de una manera eficiente, y que una política fiscal deficiente tiene un efecto negativo inmediato, por lo cual siempre se debe tener en consideración cada uno de los efectos que puede tener, siempre en función del tipo de sociedad que tenga cada país.