Monografia- El rol femenino en los inicios de la República peruana
Enviado por Eric • 3 de Marzo de 2018 • 4.269 Palabras (18 Páginas) • 284 Visitas
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Si bien las mujeres en esta época comenzaron a publicar obras en muchos países del continente, fue en Lima donde alcanzaron mayor prestigio y renombre, pues durante esta época, específicamente de 1845 a 1851 y de 1858 a 1862 (el primer y segundo gobierno del General Ramón Castilla, respectivamente), se dio una época de bonanza en el Perú. Esta fue causada por el boom del guano, pero trascendió el aspecto económico. Durante este auge peruano, Castilla pagó deudas, modificó los códigos penal, militar y civil, abolió la esclavitud, preparó los primeros presupuestos nacionales, pero, sobre todo, devolvió a los peruanos el sentimiento de grandeza perdido ya años atrás. Con Castilla, el país se puso de pie. Durante esta época de bonanza, prosperidad y modernización del país surgió y se consolidó el movimiento romántico. Ya sin preocupaciones económicas, el Estado podía darse el lujo de disponer de sus recursos distribuyéndolos a prometedores escritores jóvenes y recompensando a los mejores de ellos con premios como becas de estudio en Europa, por ejemplo. (Denegri 1996)
Fue dentro de este movimiento romántico que las mujeres, separadas del sexo opuesto, vencieron el anonimato bajo el que habían vivido por más de tres siglos. Esta generación de mujeres, nacidas desde 1818 hasta 1854 (comenzando con Juana Manuela Gorriti y cerrando el grupo con Clorinda Matto de Turner). El inicio del cuestionamiento al lugar pre asignado de la mujer en la sociedad y la manifestación de este a través de la literatura se debe en parte al acceso de muchas mujeres a la aún básica educación.
2.2 Relevancia del trabajo literario de acuerdo a la época
En los años de 1870, se publicaron incontables romances, poemas, novelas cortas y artículos en la prensa peruana escritos por mujeres peruanas. Hubo dos publicaciones de importancia en Lima alrededor de 1870 que acogieron estos primeros escritos de mujeres: la Revista de Lima y El Correo del Perú. Además salió en circulación La Bella Limeña en 1872, medio de prensa administrado y redactado por mujeres con financiación de consignatarios guaneros. En 1874, el quincenario El Álbum fue fundado por Carolina Freire de Jaimes y Juana Rosa de Amézaga. La Revista de Lima publicó los romances de Juana Manuela Gorriti (El ángel caído, Si haces mal no esperes bien, El ramillete de la velada, etc.) y de Carolina Freire de Jaimes (La hija del cacique, El hogar, etc.) y los artículos de Rosa Riglos de Orbegozo (El aislamiento, Los recuerdos, entre otros).
En 1876, en El Correo del Perú, Teresa González de Fanning escribió un artículo resaltando que a muchos hombres les extrañaba y producía aversión las mujeres escritoras. La realidad era que estas escritoras tenían adversarios, quienes se basaban en tres ideas centrales para atacarlas. La primera era que escribir no era una tarea para mujeres; la segunda, que si las mujeres se dedicaban al trabajo literario, descuidarían sus labores domésticas y la tercera, que al haber sido mujeres de poca formación, no aportarían mucho a la sociedad. Por su parte, Fanning en su artículo se dedicó a defender a las literatas y expresa que para ellas, la escritura no era una ocupación sino tan sólo una distracción.
Además de sus producciones literarias individuales, las literatas solían reunirse en las llamadas “veladas literarias”, fundadas por Juana Manuela Gorriti, quien ya había sido aceptada en tertulias de hombres en la Universidad de San Marcos. Ella advirtió la inexistencia de tertulias donde tanto hombres como mujeres pudieran asistir y comenzó a organizarlas en salones de su hogar. Estas tertulias fueron una oportunidad para las mujeres de la aristocracia de rodearse de literatos del sexo opuesto y presenciar y participar de recitales de poesía, lectura de artículos y discusiones acerca de temas trascendentes y relevantes de la época. Además, durante el intermedio, los niños podían leer sus tareas. La mezcla de estilos y modalidades en estas veladas originó que en estos espectáculos educativos se mezclaran también el lenguaje privado utilizado dentro del núcleo familiar y el utilizado en ámbitos académicos, representando las categorías doméstica e intelectual, respectivamente.
Las veladas literarias de Gorriti fueron el rito de iniciación en este ámbito de otras literatas de la primera Generación Ilustrada, como Clorinda Matto de Turner, Mercedes Cabello y Teresa González de Fanning. Además, mediante dichas veladas pudieron obtener una valoración y reconocimiento de literatos masculinos peruanos y mientras más mujeres había, sus opiniones se tomaban con mayor seriedad, aunque las damas nunca fueron propiamente educadas en ningún tema relacionado con la política y la sociedad, pero los discursos que daban partían de su propia experiencia. A pesar de los avances en materia de igualdad de géneros y la ocupación femenina de cargos académicos, el orgullo que aún presentaba el sexo masculino no era capaz de tolerar las incursiones femeninas en “territorio masculino”.
En el año 1871, con la fundación del Partido Civil y con el ascenso al poder de Manuel Pardo (civilista) en 1872, quien fue uno de los fundadores de la Revista de Lima, esta aseguró su posición cultural en la sociedad. Así, el camino quedó libre para reformas en el área educativa para el sexo femenino, para que las mujeres pudieran alcanzar la modernidad ilustrada. Las mujeres, por su parte, conscientes de su potencial, exigían ahora preparación para la administración propia de un hogar y preparación para poder obtener un puesto y trabajar por un sueldo. El gobierno civilista, en 1873, sugirió que a las mujeres se las eduque para ser profesoras de infantes y en 1876, el Ministerio de Educación dictaminó que la educación primaria fuera obligatoria para niños de ambos sexos. Con el tiempo, más mujeres de clase media y alta tuvieron acceso a esta educación y empezó a crecer el interés por la educación superior.
En años siguientes, la producción literaria femenina empezó a expresar la preocupación de muchas literatas de no poder llegar a casarse con un hombre rico que pudiera darles un estilo de vida acorde con sus expectativas, pues sus familias habían sido empobrecidas por la guerra. Por ello, comenzaron a buscar formas de contribuir a la situación económica familiar buscando una ocupación que les remunere un sueldo. Mas no eran solo mujeres jóvenes y solteras quienes buscaban trabajar, sino también mujeres ya casadas, pero sus casos son distintos. Por ejemplo, en hogares de clase media o baja no era extraño encontrarse con un marido alcohólico que no proveyera para su familia. Era así como las mujeres tomaban la decisión de buscar una actividad
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