Monografía “El Amor”
Enviado por Albert • 9 de Septiembre de 2017 • 20.409 Palabras (82 Páginas) • 1.097 Visitas
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Los griegos tienen tres nombres para el amor: Éros, Philia y agapè.
Eros es la pasión amorosa, la necesidad de lo que nos falta, el objeto del deseo y del amor; lo que se quiere poseer, lo que nos hace sufrir; es el secreto de la pasión.
Pero el amor también es philia, o sea lo que no nos falta, lo que gozamos con alegría, el secreto de la felicidad. Philia es el amor de la amistad, o sea amar al otro por el bien del otro, el secreto de las parejas felices. Aristóteles nos dice que amar es alegrarse y querer el bien de aquel a quien se ama.
El deseo es gozo en potencia, el amor es gozo.
Agapê es la caridad, es el amor al prójimo, a todos aquellos que no nos hacen falta ni que nos hacen bien, que no son nuestros amigos ni de quienes no estamos enamorados; pero que están allí y tenemos que amarlos sin pedirles nada a cambio, aunque sean nuestros enemigos. Este es el amor que enseñaba Jesucristo, tan difícil de comprender; es el secreto de la santidad. Agapê es el amor universal, libre del ego, del egoísmo, de todo. Si Dios existe ese sería su amor hacia nosotros y si Dios no existe es lo que más acerca al hombre a ser como Él.
Estos tres tipos de amor son necesarios y están relacionados, para poder comprender que un amor lleva al otro, en el proceso de vivir.
Eros está en primer lugar, eso es lo que nos dijo Freud, el deseo del objeto amoroso; que antes sostuvieron también Platón o Shopenhauer.
Agapè es el fin; y philia es el camino, lo que transforma, lo que nos hace aprender a dar.
Eros es el amor que toma, que sólo quiere poseer, que goza y sufre; philia es amor que se alegra y sabe compartir, que quiere el bien de quien le hace el bien; y agapè, es el amor de la aceptación y de la protección, que da y que no necesita que le den.
El Eros griego y el Eros platónico
La mitología nace con la preocupación del hombre por hallar una respuesta a las primeras preguntas que se hace sobre su origen y el origen de la realidad. El hombre intenta explicar por medio de historias fantásticas como es que funcionan las fuerzas existentes en la naturaleza. Así surgen los primeros intentos por hallar un conocimiento del origen del hombre y el mundo.
Poco a poco, el hombre que por su naturaleza pensante es llamado a la reflexión se va planteando que la mitología no es suficiente para dar respuesta a su inquietud por saber, dando paso al nacimiento de la madre de todas las ciencias: la filosofía.
Es así que la antigua Grecia que cuenta con un gran panteón de dioses mitológicos se convierte en la cuna de la filosofía occidental que llega hasta nuestros días.
Una de las preocupaciones de la filosofía ha sido el tema del amor, desarrollado en el Banquete de Platón donde se comienza por dar una alabanza hacia el amor y luego se da busca dar una definición del amor desde su naturaleza elevándolo a cuestiones metafísicas. El amor desde la concepción griega se remonta, en principio, a la mitología, de donde recibe el nombre de Eros. En griego antiguo eros, significa amor y especialmente pasión. Eros es el dios griego del amor y el deseo sexual. También fue adorado como dios de la fertilidad, se cree que un contemporáneo de los primigenios del Caos, por lo que Eros uno de los dioses más antiguos. En los Misterios dionisiacos Eros que se denomina “protagonus”, el primer nacido. Pero hay muchas variaciones. Según Aristófanes en Las Aves, se dice que nació de Erebus y la noche. Sin embargo, en el Theogonia, el poema épico escrito por Hesiodo, se menciona un Eros tipificado como un acompañante de Afrodita, pero no su hijo. Otra leyenda dice que él era el hijo de Iris y Zeus.
Generalmente, el Cupido romano es representado como un joven con alas, con su arco y flechas listas para disparar a los corazones de los dioses o mortales, y hacer que despierte el deseo en ellos. Sus flechas se dividen en dos tipos: de oro con plumas de paloma que despiertan el amor, y flechas de plomo con plumas de búho que causaba la indiferencia. Era considerado un ser sin escrúpulos, y un peligro para quienes lo rodean, Eros haría tanto daño como él podría, posiblemente por herir los corazones de todos. Sin embargo según el mito de Eros y la Psique narrado por Apuyuelo, él mismo cayó en el amor. El Eros mitológico es puramente pasional y está orientado al amor carnal. Después de todo, siempre está acompañado de Afrodita, diosa de la belleza que está estrechamente vinculada a la lujuria en el pensamiento griego.
El eros mitológico orientado al amor carnal y al deseo sexual difícilmente puede ser compatible con el pensamiento platónico, ya que según éste, el cuerpo es la cárcel del alma.
Para Platón el amor no es un dios como en los mitos, sino más bien un daimon, un espíritu intermediario entre los dioses y lo hombres. Los dioses poseen la belleza y la inmortalidad. El amor, en cambio desea siempre lo bello, y lo desea justamente porque carece de ello, puesto que se desea sólo lo que no tiene. Sin embargo, el amor aunque carece de la belleza que tanto anhela, tampoco es feo ni malo, sino que es un punto intermedio entre lo bello y lo feo. Lo cual se explica atribuyendo el origen de Eros, a Poros (la abundancia) y a Penia (la pobreza) como sus padres.
(Eros, el amor)… estando en medio de los unos y los otros (dioses y hombres) los suma, ayuda a llenar (el vacío que los separa), de manera que el todo consigo mismo queda ligado. El Eros platónico, por tanto viene a ser una fuerza unificadora de la realidad existente siendo un punto medio entre lo material e inmaterial, y, entre lo terreno y lo celeste.
El amor no sólo está orientado a las cosas bellas sino también a su generación como forma de preservar la virtud, por el afán de perpetuidad que tiene el hombre, de donde se deduce que el amor también está orientado a la inmortalidad.
De esta manera, en el amor entre hombre y mujer que va dirigido al cuerpo, éstos se procuran la inmortalidad a través de la procreación de los hijos. En cambio, el amor de los hombres fecundos en el alma es más imperecedero, pues va orientado a generar belleza en la poesía y en las otras artes y ciencias, al cultivo de la virtud y la sabiduría.
Esto determina que se considera más elevado el amor entre iguales que entre desiguales, porque hombre y mujer consuman su amor a través del cuerpo en la generación de los hijos. En cambio el amor entre iguales (el amor entre hombres, que es el que tiene
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