ECONOMIA AMBIENTAL.

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Entre sus muchas funciones económicas, el medio ambiente es la fuente de los recursos renovables, sostienen los procesos de regeneración del suelo, reciclan nutrientes, filtran contaminantes, asimilan basuras, polinizan los cultivos, operan el ciclo hidrológico y mantienen la composición de la atmósfera. En consecuencia, se observa la cantidad de servicios que presta el medio ambiente al sistema económico a través de las interacciones entre organismos, entre poblaciones de organismos y entre comunidades de organismos en el propio ambiente físico y químico en el que estos residen.

En esta lógica, los problemas ambientales se deben al deterioro y al riesgo de agotamiento de un complejo sistema de recursos renovables, debido al uso excesivo de los mismos. Por la misma razón, para la gestión económica del ambiente es fundamental derivar criterios de gestión que valoricen los servicios que presta el mismo y que permitan examinar los resultados que obtienen al respecto los distintos tipos de instituciones sociales.

Entonces, se puede resaltar dos rasgos característicos y fundamentales para caracterizar lo que se entiende por economía ambiental. El primero de esos elementos es un juicio de valor según el cual los problemas ambientales han de juzgarse con un criterio amplio de bienestar y no se refiere exclusivamente a los valores mercantiles de los recursos naturales, tal juicio de valor autoriza a considerar la base de recursos ambientales sobre la que descansan todas las actividades humanas, como un gigantesco reservorio de capital. Otro rasgo característico, es que, en la búsqueda de la definición de los criterios que deben guiar la gestión de los recursos naturales, es posible proceder a partir del análisis parcial de problemas individuales identificando pautas óptimas que permitan resolver individualmente los problemas, juzgar individualmente la gravedad de los mismos, definir objetivos individuales mas o menos precisos para la política ambiental, establecer precios sombra más o menos ajustados a cada bien o servicio ambiental, entre otros.

Para finalizar a la economía ambiental se le suele criticar concentradamente en la escasez relativa, que está relacionada con el cuestionamiento del juicio de calificación de la misma. Esta crítica descansa en sostener que el concepto válido de análisis de la economía de los recursos es el de escasez absoluta, según el cual todas las demandas de servicios ambientales aumentan simultáneamente como resultado del crecimiento económico. Es decir, con la expansión económica crecen al mismo tiempo las demandas de materiales, de energía, de servicios de asimilación de vertidos, de servicios recreativos, de calidad ambiental, entre otros. Esta crítica tiene también varias versiones: una versión débil se centra en la primera ley de la termodinámica, o el principio de balance material y utiliza dicho principio para cuestionar la existencia de una función de producción agregada, como las que propone el análisis económico, en la que es posible un nivel elevado de sustitución entre factores productivos; De acuerdo con esto, existen límites absolutos a las posibilidades de la sociedad para utilizar materiales y trabajo en la mejora de la calidad del medio ambiente y para reducir las emisiones de contaminantes.

Cabe señalar que si las fuentes de materias primas y los depósitos de vertidos fueran infinitas, entonces no importaría si el flujo entre ellos fuera irreversible; si la materia y la energía fueran finitas pero no existiera la ley de la entropía, podríamos entonces convertir depósitos de basuras en fuentes de materias y quemar el mismo balón de gas una y otra vez.

La cuestión de la escasez absoluta, o de la escala óptima sostenible de las actividades humanas, no se puede entender sin la ayuda de la termodinámica. De la ley de la entropía, se deduce que todos los recursos son no renovables y que el conjunto de actividades humanas, al acelerar el flujo de materiales y energía hacia el sistema económico, refuerza el proceso inevitable de degradación de la base de recursos. La consecuencia lógica es una hipótesis de escasez generalizada y que cuestiona, cuando no contradice claramente, la posibilidad del crecimiento económico, esto es economía ambiental.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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