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EL CIELO SOBRE EL NILO: UNA INTRODUCCIÓN A LA ASTRONOMIA DEL ANTIGUO EGIPTO

Enviado por   •  14 de Enero de 2019  •  2.555 Palabras (11 Páginas)  •  417 Visitas

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Egipto cesará el uso del calendario lunar y empezará a servirse del ciclo del Nilo que venía marcado por la regulación del Sol. La inundación del Nilo se produce el 17 de Julio, con lo que el año empezará ahí. La fecha se pudo determinar gracias a la observación de Sirio, una estrella que salía justo antes que el Sol cada 365 días. Se utilizó el método de contar una piedra cada día que dicha estrella no precedía la salida del Sol. Este calendario solar se dividía en 3 estaciones de 4 meses y a su vez cada mes en 3 semanas de 10 días. El resultado es una totalidad de 360 días. Los 5 días restantes los añadieron a raíz de una explicación (que entonces era) mitológica. El dios Ra se enfadó con su hija y prohibió que esta diera a luz en cualquier día del año. Resignada a ello buscó la ayuda de otra divinidad (Tot) para que le cediera luz y se crearan 5 días (los epagómenos, creados a raíz de que Tot se los usurpó a la luminosidad de Jonsu) más en el calendario donde pudiera llevar a cabo el “parto”.

El primer día del año se celebraba con la inundación del Nilo. Los nombres de los meses son griegos. Los egipcios concebían los 365 días del año como un ciclo eterno. Esto no es porque no observaran que la salida de Sirio variaba, sino porque tenían una concepción sagrada. Los faraones tenían que jurar no cambiarlo antes de ser coronados porque significaba tocar las voluntades de los dioses. Ptolomeo III quiso hacerlo pero no se le dejó. El periodo de tiempo en que la estrella Sirio vuelve a salir el mismo día cierra el conocido como ciclo sotíaco. Cuando ocurría esto, se montaban grandes festejos. Se estima que pasó 3 veces en el antiguo Egipto y una ya en época romana. La cuestión que queda aún por resolver aún es cuándo empezó este calendario. El ciclo sotíaco y el año solar se combinan, y coinciden cada 1460 años.

Otra gran aportación de la astronomía egipcia es la división del día en 24 horas. Para marcar esto, se aprovechaban de los Deganos, una serie de constelaciones que no se sabe ciertamente cuáles eran, pero el primero aparecía a una determinada hora de la noche y se sucedían resultando cada uno el paso de una hora (12 en total). Otra forma de medir las horas de la noche eran los calendarios diagonales mencionados al principio, llamados Ramesis.

Siguiendo con la conferencia, otro punto a destacar sería trabajar con la esfera celeste que nos envuelve. Como habíamos dicho antes, la diosa Nut estaba condenada a no tener hijos pero los tuvo de todas formas. Bien, pues sus brazos o piernas son los puntos cardinales y su forma es parecida a como representaban la Vía Láctea en aquél entonces. De esta diosa también se mostró una fotografía de un techo en el que se representa la esfera celeste con sus elementos y explicaciones mitológicas.

Es importante dejar claro que las constelaciones varían. Las que veían los egipcios no eran las mismas que se pueden ver ahora, ya que si las superponemos en un mapa no coinciden.

Por último, me parece pertinente mencionar una de las últimas cosas que expuso la conferenciante. Supone el mayor misterio de la astronomía egipcia. Se trata de la penetración de rocas extraterrestres en la tierra. Estas rocas se inflaman y estallan al entrar en la atmosfera. Reciben el nombre de bólidos y no se tiene registro arqueológico de ello, así como tampoco de eclipses lunares en el antiguo Egipto.

Diferentes son los puntos que se pueden extraer a lo largo del desarrollo de la conferencia para analizarlos crítica o subjetivamente bajo mi humilde opinión.

Primeramente, me gustaría remarcar la capacidad de la conferenciante para amoldarse a los conocimientos básicos (o no tan básicos según cada uno) que pudieran tener los oyentes acerca del tema tratado. Véase en la primera parte de la conferencia, María José expone una serie de nociones a modo de introducción para aquello/as que no estuvieran familiarizado/as con la temática. Y, también como forma de apelar al público y generar interés desde un principio. Otra acertada manera de acertar en esto, es el tono amable y cercano (y preguntas retóricas como: ‘creéis que los egipcios no eran conscientes de esto o aquello…?, entre otras) con el que se dirige al populacho, lo cual denota trabajo y experiencia detrás de lo que nosotros vimos y escuchamos.

Otro de los puntos cuyo interés genera crítica en mi, es una de las primeras cosas mencionadas. Aquello de que los humanos actuales hemos perdido el contacto con el cielo y todos sus elementos. Sin duda, bajo mi punto de vista es una gran verdad. Todas las civilizaciones antiguas tenían interés en observar lo que pasaba ahí arriba para darle un sentido u otro dependiendo sus intereses o creencias (y sin tecnología moderna). No obstante, nosotros, humanos de siglo XX y XXI no nos preguntamos tantas cosas (está claro que unos más y otros menos) aún disponiendo de infraestructuras para hacerlo. Sí es verdad, que el tema de la astronomía no se incluye a penas en el sistema educativo, cosa que tal vez habría que fomentar más. Sin embargo, dejando de lado las carencias del este sistema educativo, no podemos negar que el hecho de disponer desde una corta edad de aparatos informáticos como smartphones, ordenadores, etc. nos aísla del resto del mundo. Suena irónico; algo que nos permite por ejemplo visualizar mapas de toda la esfera terrestre y buscar información acerca de todas las cosas, nos aleja en cierta manera de lo que nos rodea. E incluso, a algunos los aleja de aquellas reflexiones que han sido intrínsecas en el ser humano como el por qué hay vida en este planeta, qué pasará más allá de la atmosfera y su comportamiento, cuál es nuestra finalidad y qué nos ha dado vida en este universo o qué ha dado vida al propio. Los babilónicos ya se preguntaban, en cambio el hombre actual no. Queda ahí la presencia del doble filo acerca de esta atadura material (tecnológica) superflua en muchos casos.

La cosa va más allá de ello. No solo nos olvidamos o perdemos el contacto por falta de interés hacia aquello que envuelve el globo terráqueo, sino que además estamos tapando progresivamente la visión con las contingentes cantidades de emisión en las ciudades.

En tercer lugar, me pareció muy curioso el hecho de que los gobernantes utilizaran los movimientos en la esfera celeste para hacer propaganda política hacia los plebeyos. Sí bien, se entiende si miramos también la actualidad, en la que los políticos utilizan cualquier recurso para hacer publicidad de ello (en ocasiones recursos muy sucios). He aquí un gran ejemplo del hecho de que a pesar de que nos resulte muy lejana la época antigua, todo tiene su extrapolación. Véase la escritura, la ascendencia

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