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Civilizaciones del cercano oriente. antiguo egipto

Enviado por   •  28 de Febrero de 2018  •  7.556 Palabras (31 Páginas)  •  740 Visitas

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teocracia.

Cabe agregar, que el faraón y su familia, además de ser el eje de todas las actividades y estar revestido de poder absoluto, se destacaban claramente respecto de los demás hombres. Esta rígida división de clases egipcia obedecía, asimismo a la necesidad de organizar y controlar, hasta en sus más mínimos detalles, la vida de los súbditos de un imperio tan vasto.

Por debajo del faraón y la familia real, se situara la influyente clase sacerdotal, que desempeñara un importante papel en los acontecimientos que constituyen la historia de Egipto. Esto se debe a que si bien su principal función consistía en ofrendar a los dioses, recibiendo a cambio tierras e ingresos, con el tiempo los sacerdotes ejercerán una gran influencia sobre el faraón y las clases dirigentes, sosteniendo Kemp que esto recién comenzara a suceder hacia finales del Imperio Nuevo, momento en el cual la dedicación exclusiva se generaliza. Una muestra de este crecimiento puede visualizarse en el hecho de que normalmente era el faraón quien designaba quién estaba al frente del templo, pero hacia finales del Imperio Nuevo, los cargos se volverán hereditarios en la mayoría de los casos, destacándose en este sentido el llamado Clero de Amón

El siguiente peldaño social estaba ocupado por el Ejército, el cual según Kemp, no sería una realidad hasta el Imperio Nuevo, pues hasta entonces, si el rey necesitaba tropas debía recurrir a la ayuda de los nomarcas, que gobernaban en los nomos, la demarcación territorial egipcia. Es por ello que este autor plantea que por lo general las tropas regulares estaban en Nubia, aunque diversos documentos de los tiempos en los cuales estuvo en el poder el faraón Horemheb, hablan de la existencia de guarniciones situadas tanto en el Delta como en el Alto Egipto. Es más, agrega este autor, Ramsés II llegó incluso a tener cuatro ejércitos bajo la protección de los cuatro grandes dioses de Egipto, estando alguno de estos ejércitos provistos de carros (que habían sido introducidos durante la invasión de los hicsos), que tiraban dos caballos y estaban montados por un conductor y un guerrero. La infantería se organizaba en compañías de entre 200 y 500 hombres, creándose cada veinte compañías una división. Cabe destacar que socialmente, los militares eran considerados privilegiados, pues estaban bien situados económicamente, dada su participación en los botines y en las donaciones de terrenos.

Siguiendo la escala social, después del ejército se encontraba el cuerpo administrativo o de funcionarios, integrada por nobles que contaban con amplios privilegios e influían, al igual que los sacerdotes, poderosamente en el faraón. Estos funcionarios podían ir desde los visires, que eran los más altos funcionarios (viviendo uno en el norte, en Heliópolis, y otro en el Sur), hasta la red de gobernadores de nomos y condes, encargados de vigilar y recaudar la hacienda pública, constituyendo por ende una clase privilegiada. Sin embargo, dentro de este sector, se destacaran los escribas como figuras claves del imperio, pues en sus manos —hallándose estas provistas de cálamos para escribir, tintas y papiros— recaía la tarea de consignar por escrito leyes y edictos imperiales, informes administrativos, actividades comerciales y textos sagrados, habiendo para ello cursado estudios en escuelas de escribas, las cuales que permitían el acceso a todo aquel que lo solicitaba, a pesar de la jerarquización, destacándose en este sentido la escuela situada en Deir El Medina

Ocupando el quinto lugar, se hallaban los comerciantes y artesanos. Si los comerciantes se destacaban como elementos de inapreciable valor dentro de un imperio rico y próspero, dado que mediante sus actividades de importación y exportación de mercancías, contribuían a mantener así la supremacía egipcia en el mundo antiguo, también lo harán los artesanos. Estos trabajaban para el faraón o para los grandes templos, en amplios talleres bajo la supervisión de un superintendente, un cargo que por lo general era hereditario, dada la importancia que tenía la artesanía, tanto por la producción de objetos suntuarios como de primera necesidad. Es por esta razón que en esta clase había desde carpinteros hasta albañiles, pasando por los escultores, vidrieros, tejedores, pintores, etc., trabajando todos ellos unas ocho o diez horas al día, y ocho días de cada diez, según la semana egipcia.

Los campesinos formaban la sexta clase social, teniendo una gran importancia en la sociedad egipcia, dado que Egipto era un país fundamentalmente agrícola. Por lo general su labor comenzaba entre julio y octubre, cuando se producía la inundación del Nilo, que permitía el desarrollo de la agricultura. Una vez finalizada la crecida del río, a los campesinos les tocaba la tarea tanto de preparar las tierras (arándolas por medio de vacas u hombres) como de marcar las lindes para evitar pleitos. Después de esto, se producía la siembra de los principales productos agrícolas, como espelta, lino y cebada, los cuales al momento de ser cosechados, solían serlo bajo la atenta vigilancia de los inspectores de impuestos y los escribas, que tomaban nota de cuanto se producía y el grano que quedaba almacenado en los silos.

Finalmente, en el último estrato social se encontraban los esclavos. Éstos carecían de derechos y tenían a su cargo las labores más pesadas. Por lo general solían ser prisioneros extranjeros capturados durante las guerras, pudiendo ser comprados y vendidos como ganado, aunque existía la posibilidad, y se dieron casos, en los que finalmente acabaron arrendando tierras y comprando su libertad. En este sentido, los esclavos adscritos al servicio doméstico podían considerarse afortunados, ya que además de alojamiento y comida, su dueño estaba obligado a suministrarles una cantidad de telas, aceites y vestidos, mientras que los menos afortunados acababan en las minas de cobre y oro de Nubia y el Sinaí, lugares donde el clima y el trabajo producían una gran mortandad. Asimismo dentro de este escalafón social también se encontraban por un lado, los siervos "forzosos", es decir, personas libres, que al estar arruinadas se vendían a sí mismas a familias de buena posición. Por esta razón tenían derechos legales, percibían salario y hasta podían ser ascendidos. Los malos tratos no eran frecuentes, y cuando ocurrían, el esclavo tenía derecho a reclamar ante los tribunales, aunque únicamente si el castigo había sido injusto. Y por el otro, los voluntarios, es decir personas libres que se dedicaban a servir en las mejores familias., aunque conservando su libertad, así como también diversos derechos asociados a su condición social

Un último punto de la escala social que analiza Kemp, tiene que ver con el papel de la mujer en la antigua

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