EL PODER MILITAR: INSTRUMENTO DEL ESTADO COMO MÁQUINA DE REPRESIÓN

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Estos altos mandos militares son jueces y verdugos, tienen su propia forma de justica en la llamada “corte penal militar” y por lo general son absueltos de todas las atrocidades cometidas contra la población civil en todos estos años de guerra y violencia sistemática, son los agentes de coerción del orden social que de forma más descarada hacen uso de la violencia simbólica contra los subalternos: simples jóvenes que han sido reclutados de manera forzosa o aquellos que les ha tocado prestar el servicio militar, soldados rasos que han sido víctimas y parte directa e indirecta en esta guerra y que son sometidos a tratos inhumanos por coroneles y generales de las fuerzas armadas, aunque no es de forma general si sucede con gran parte de los enlistados en las filas del ejército.

Si así actúan en el interior de la organización, lo que le resta al resto de la población, ya que ellos se creen superiores al igual que la policía y demás instituciones represivas, no es muy prometedor, han atentado contra poblaciones indígenas y campesinas indiscriminadamente tildándoles de guerrilleros y demás con el fin de despojarlos de sus tierras que han sido repartidas entre diferentes poderosas familias a lo largo y ancho del país, contra estudiantes, docentes, sindicalistas, movimientos sociales enteros, gentes del común que cada día luchan por los derechos que nos han sido vulnerados por el afán de defender los intereses del modelo capitalista y volvernos borregos callados y sumisos ante todas las atrocidades de todo tipo que cada día pasan en nuestro país.

Como el poder militar tiene la obligación de reforzar las posiciones tomadas por el gobierno conservador de turno y apoyan todas las determinaciones del poder han generado en conjunto más de 50 años de guerra con la excusa de combatir la subversión interna, es decir las guerrillas, a través de muchos mecanismos hasta llegar al paramilitarismo cruel y despiadado que cobró demasiadas víctimas inocentes en nuestro país al igual que las sigue cobrando nuestro glorioso ejército nacional.

Podemos concluir argumentando que definitivamente el ejército Colombiano es tal como demuestra la teoría una institución coercitiva, centralizada, de monopolio del poder, represiva y de defensa de los intereses del nuevo orden mundial y en total correspondencia con las élites del país.