Entre muros de Laurent Cantet

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En este sentido, los trabajos de Deutsch, Fishman, Kogan, North y Whiteman entre otros, han demostrado que los profesores suelen etiquetar a sus estudiantes a partir de prejuicios que tienen sobre ellos que pueden ser originados a partir de fuentes de información diversas, ya sea de primera mano como la relación cara a cara o las evaluaciones que se les realizan a los alumnos, o bien de segunda mano, que es la obtenida a partir de comentarios de otros profesores, o bien informes anteriores, reuniones con los padres e incluso las características del status social, etnia y otros rasgos culturales.

De esta manera, es común que los profesores tomando estos prejuicios etiqueten como desviados o bien como potenciales buenos alumnos a sus estudiantes, circunstancia que por lo general se da al poco tiempo de iniciadas las clases. “La práctica del maestro se realiza con y sobre otras personas: alumnos, padres, colegas, etc. Para ejercer su oficio, necesita conocer a aquellos (y aquello) con quienes se relaciona. Con esta finalidad está obligado a usar un conocimiento que, a su vez, le produce conocimiento. El conocimiento del maestro es una especie de sentido práctico, es decir, es un conocimiento útil, ya que existe en la práctica para resolver problemas prácticos.”[2] Esta situación es muy evidente en la película en las escenas iniciales, en las cuales uno de los profesores observando la lista de alumnos va indicando al nuevo profesor qué estudiantes eran buenos, cuáles no, cuáles eran problemáticos y con cuales debía tener cuidado, Así, incluso antes de haber iniciando las clases, el nuevo profesor ya tenía información brindada por un colega a partir de la cual se generarían prejuicios y el consecuente etiquetado de los estudiantes lo cual definitivamente influiría en la interacción maestro-alumno y en cualquier evaluación de desempeño.

Otra situación concreta que refleja la teoría del etiquetado es el caso de Souleymane, y que todos los profesores tenían una imagen de este joven, la imagen del desviado. “El enfoque del etiquetado contempla la desviación como un proceso e interacción donde participan al menos dos tipos de personas: las que cometen un acto desviado, y el resto de la sociedad. Lo que finalmente se determina como desvío y la persona clasificada como desviada, son resultado de diversas contingencias sociales que se ven influidas por quienes tienen el poder para reforzar dichas clasificaciones. La desviación es, por tanto, problemática y subjetiva.”[3] De esta manera la reacción de desaprobación por parte de la institución conllevaron a lo que Lemert define como “la transición del desviado primario al desviado secundario”, el desviado secundario es aquel en el que los comportamientos que dieron origen a la desviación se convierten en el centro de su existencia y entonces el individuo empieza a reconocerse a sí mismo como desviado en respuesta a haber sido etiquetado así por el entorno. Por lo tanto, todos los profesores esperaban que Souleymane tuviese un comportamiento que le valiese la expulsión, así fue como la profecía se cumplió a sí misma. La respuesta de desaprobación por parte de los profesores e incluso de los compañeros ante los actos del joven lo fueron conduciendo a un estado de desvío secundario, nadie esperaba nada de él mas que mal comportamiento, es así que este comenzó a asumir su postura como desviado lo cual condujo a un comportamiento peor como el episodio en el que forcejea con el profesor y golpea accidentalmente a una compañera, sin embargo, los prejuicio ya existentes en contra de él no permitieron que los profesores vean dicho hecho como accidental ni tampoco tener en cuenta que el joven había actuado en defensa de la agresión verbal que dos de sus compañeras habían sufrido anteriormente por parte del profesor.

La tercer y última línea de análisis que desarrollaremos es la escuela y la sociedad: escuela y reproducción social, escuela y ciudadanía, escuela y mercado de trabajo.

La escuela y la sociedad, están vinculadas. Ya que la escuela es una institución que reproduce ciertos valores sociales, morales y legitima lo correcto en términos sociales.

En otras palabras, según Tenti Fanfani, "La institución escolar colabora con la reproducción de las posiciones en el espacio social y, por consiguiente, con la reproducción de la estructura de ese espacio social, reduciendo la pérdida de valor y legitimando la transmisión familiar".[4] Es decir, la escuela es la herramienta fundamental para que los sujetos se introduzcan a la sociedad. Para ello, posee tres mecanismos como la reproducción social, la formación de ciudadanos y la inserción del mercado de trabajo.

En cuanto a la reproducción social, tanto biológica como simbólica, equivale al mantenimiento de la posición que ocupa en el espacio social. Para mantener su posición, los actores sociales deben desarrollar estrategias que les permitan, al menos, conservar y, en lo posible, acrecentar el valor de los capitales que poseen.

Un ejemplo que podemos observar en la película "Entre los muros" es cuando Souleymane cuando le reprocha al profesor que lo "hizo polvo" en la reunión, argumentando que esto había sido una venganza por su mal comportamiento. Al cual, el profesor respondió que no era una venganza sino que la escuela operaba bajo el paradigma de justicia como el poder judicial. Aquí se puede ver cómo el docente le quiere demostrar, al adolescente que la escuela es una representación de la realidad social.

Respecto a ciudadanía, Tenti Fanfani nos explica que "la formación escolar cumple un papel central en la constitución de cada uno de los aspectos de la ciudadanía democrática […] (entonces) la formación de ciudadanos supone para el sistema educativo la responsabilidad de formar sujetos que dispongan de las habilidades suficientes y las decisiones de gobierno".[5]La escuela es la encargada de la preparación de los ciudadanos, un ejemplo puede ser la materia del secundario Instrucción Cívica. En la película, un claro reflejo de lo dicho, es cuando la madre de Souleymane en la reunión con los profesores, no puede entablar un diálogo ya que era analfabeta y no tenía dominio de la lengua. Es decir, que por más que era ciudadana, para la sociedad no es tomada como tal con el sólo hecho de vivir en un territorio compartido debido a que no comparte la misma cultura de dicha región por eso le es imposible tomar decisiones de gobierno.

Para finalizar, cuando hablamos de mercado de trabajo, el autor nos explica que para entrar a este hacen falta 'credenciales escolares'. Al terminar cada etapa (primario, secundario, etc.) las instituciones educativas o los organismos