Golpe de Estado 1976. El litoral, Corrientes
Enviado por John0099 • 30 de Marzo de 2018 • 2.236 Palabras (9 Páginas) • 341 Visitas
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Durante este proceso la Argentina vivía la etapa más sangrienta de su historia, los secuestros, asesinatos y torturas por parte del gobierno militar era algo que se daba cotidianamente. Sin una justificación coherente se buscaba eliminar a todas las personas que no estén de acuerdo ideológicamente con el gobierno de facto. El Litoral en este sentido justificaba las muertes caracterizando como: “La guerra contra los terroristas, subversivos o guerrilleros”. Esta forma de ver a las personas que piensan distinto se puede evidenciar en diferentes títulos del periódico: “Nuevas bajas en las filas del extremismo”, “Violencia y terrorismo” y “Fueron abatidos tres guerrilleros”.
Entre los desaparecidos se encontraba Hugo Vaca Narvaja, un ex ministro del interior que vivía en la ciudad de Córdoba. El 10 de julio de 1976 fue secuestrado y luego decapitado en un centro de detención clandestino. En ese entonces el diario “El Litoral” publicó una nota ocultando una vez más la realidad: “No habría sido rapto, estaría en México el Dr. Vaca Narvaja”. Luego ante la evidente realidad el diario publicó: “Dos nuevas muertes en un enfrentamiento guerrillero”, y en la noticia aparecía Hugo Vaca Narvaja entre los muertos en el tiroteo.
En los diarios era muy frecuente el uso del término “subversivo”, el cual incluía organizaciones guerrilleras, pero también a los activistas o simpatizantes de cualquier movimiento de protesta o crítica social. “No hubo errores ni excesos, sino un plan deliberado” (El Proceso Militar, Clarín).
El gobierno tenía las “excusas” para apresar, exiliar, torturar o matar a los que consideraba detractores del sistema. Y junto a la complicidad de la mayoría de los medios nacionales y provinciales se encargaba de disfrazar estas muertes. Salvo excepciones como el diario “Buenos Aires Herald”, el semanario “Nueva Presencia” y la revista “Humor”.
Durante este Gobierno, a nivel provincial en el Litoral solo se podían encontrar noticias locales en las secciones deportivas, culturales y de eventos. Y las publicaciones del Interior solo aparecían cuando se realizaba algún evento importante (visita de algún gobernante), inauguraciones o temas fuera de la índole política.
En los años de este régimen, los diarios hablaban de Corrientes como una Ciudad “tranquila”, y que la población aceptaba los cambios sin oponerse. En contraposición de esto, Marisa Sanauria de la Comisión Provincial de los Derechos Humanos, denunció que en el centro de Santa Catalina, que fue utilizado como centro de detención, se enterraron más de 60 correntinos.
En la primera página de la edición del Sábado 1 de Septiembre de 1976, El Litoral publicaba la clausura del diario Época, su principal competencia del momento. Curiosamente el comunicado nº8, en el cual informaban a la opinión pública de este hecho. Destacaba que “la información del medio es tendenciosa y tiene una finalidad del régimen anterior. Tal conducta periodística es interesada y reiterativa”. Además señalaba que “enfrenta a los objetivos establecidos en el acta para el proceso de Reorganización Nacional”. Con esto quedaba claro que no existía la posibilidad de poder expresarse con total libertad.
Otra manera de demostrar las “cualidades” del Gobierno Militar se podían ver en las caricaturas de la sección humor político en el diario El Litoral. La más significativa fue la del 29 de marzo, donde mostraba a un político sentado en una máquina que detectaba si este era corrupto, y al lado, a un militar esperando los resultados. En este dibujo hecho por Chaque, se podía ver la idea que Las Fuerzas Armadas intentaban implantar en la sociedad.
En ese entonces en el ámbito nacional, los tres diarios de mayor tirada, La Razón, Clarín y La Nación, no fueron la excepción y apoyaron la dictadura.
Durante el inicio y durante este proceso los medios nacionales y locales, como “El Litoral”, fueron usados como instrumento por parte del Gobierno Militar. Quizás sin otra alternativa, debido a los aprietes, mostraron a la sociedad una realidad inexistente, y lo más grave, es que mediante sus publicaciones terminaron siendo parte de esta época sangrienta del país.
“El director y el dueño fueron detenidos”
En referencia al inicio del golpe militar de 1976, el periodista del diario “El Litoral”, Roberto Capará dijo que “se siguió trabajando con normalidad, pero no con todos los recursos de la información porque estamos en Corrientes, provincia en la que pasó poco y nada con respecto a la represión y a la guerrilla”.
Una vez que el comandante Cirys Dalmis Marcelo Feu ocupó el cargo de Julio Romero. Cuenta que “el gobierno mandó un auditor que era abogado y militar, Rafael Morante Serneguet. Él vino los primeros días a la noche, se reunía con el director, chequeaba cada página y veía lo que iba a salir publicado. Eso fue unos cuantos días nada más al comienzo. Después se fue perdiendo. Fue un control muy superficial.”
A pocos días del golpe recuerda que “el director y el dueño fueron detenidos, no por negarse a aceptar una orden, sino porque era el dueño del diario”. A lo cual agregó que “en gendarmería los tuvieron detenidos 2 o 3 días y después lo soltaron. Ahí termino todo. Tal vez habrán seguido las comunicaciones entre el director y el auditor, no sabemos, pero nunca volvió a la redacción más que para saludar”.
En contraposición a las informaciones que circulaban que nadie podía pensar diferente al Gobierno dijo: “Yo tenía una compañera de trabajo que era del partido comunista, y otra que era muy afín a los montoneros. A pesar de eso, Nunca tuvieron inconvenientes, ni internos, ni por orden de los militares. Ningún personal del diario tuvo inconvenientes. A ningún periodista lo amenazaron”.
La libertad de expresión como una utopía
Un terrorista no es sólo alguien con un revólver o una bomba, sino también aquel que propaga ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana” (Gral. Rafael Videla. Presidente de facto de la Nación Argentina)
"No hay nada más peligroso para el represor que la libertad de expresión, que sus actos se delaten y analicen. El silencio y la oscuridad es esencial para su obra, y para esto es necesario silenciar a los periodistas y escritores que osen actuar con dignidad"
(Fragmento de un texto del Proyecto de Desaparecidos, página dedicada a los periodistas asesinados en el régimen militar).
"Nos vamos
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