Historia ensenada “Sin 16 de junio, no hubiese habido 16 de septiembre “

...

En diciembre de 2009 se sancionó la Ley 26564, ampliatoria de las leyes 24411 y 24443, en términos cronológicos ya que tomo como punto de inicio el 16 de junio de 1955, en cuyo artículo 3ª se repara particularmente a aquellos militares que como consecuencia del golpe de septiembre de 1955 o el levantamiento de junio de 1956 resultaron detenidos por razones políticas.

Fueron necesarios 54 años para que el Congreso Nacional sancionara una ley reparatoria.

En el año 2005, el presidente Néstor Carlos Kirchner, rodeado de familiares de las víctimas, conmemoró en el salón blanco de la casa rosada, el 50 aniversario del bombardeo de junio del 55. Fue la primera vez que un gobierno recordaba lo que el entonces Secretario de Derechos Humanos Eduardo Luis Duhalde, caracterizó como el Embrión del Estado terrorista; posteriormente inició una investigación del episodio, desarrollado por el área de investigación histórica del Archivo Nacional de la Memoria. El trabajo arrojo como resultado la identificación de 309 víctimas y fue llevado a libro sobre soporte papel, creemos que sobre esta base luego se sancionó la ley de referencia.

Lo importante de esta investigación fue, que por primera vez el Estado reconoció el episodio; uno de los más silenciados y ocultos de nuestra historia reciente. Consolidando de esta manera que el concepto de Reparación Histórica se agrega a las banderas patrióticas de Memoria, Verdad y Justicia.

Y así afirmamos que sin Reparación no hay Justicia. El termino reparación es justo, podemos decir que lo que se repara no queda como antes, que se nota la fisura y eso es exactamente el aporte de las leyes reparatorias a las violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado. Sabiendo que la compensación por una vida segada y/o una familia destruida, se simboliza en términos monetarios, sea una cantidad de dinero o en pensiones vitalicias.

LEALTADES Y TRAICIONES

“Tanto se preveía el alzamiento, que el día 14 de septiembre el señor Ministro del Ejército, General Lucero, junto con otros altos jefes, concurrió a un ejercicio de tiro realizado sobre la base de la escuela de Artillería en la Pampa de Olsen -Córdoba- y ese mismo día envió un telegrama al señor Presidente expresándole el saludo y la lealtad de la guarnición de Córdoba, regreso el día 15. El día 16 ser amotinaba la Escuela de Artillería. Ahí empezó el movimiento“ Carlos ALOE. Pág. 280, de su libro GOBIERNO, PROCESO CONDUCTA.

“El 17 de junio, el general Franklin Lucero, protagonista del día anterior, en la defensa del gobierno constitucional, le entregaba al presidente Perón, el decálogo del soldado, donde exaltaba los valores patrióticos y constitucionales del ejército, en primera fila lo escuchaban, los generales: ARAMBURU, LAGOS, VIDELA BALAGUER, URANGA Y BENGOA “. Sáenz Quesada, la libertadora, pág. 158

Nos propusimos una investigación que desmitificará, lo que la historia oficial ha dado en llamar: “LA CAÍDA DE PERON “

Los episodios ocurridos entre los días 16 y 24 de septiembre de 1955, solamente haciendo referencia a la cantidad de víctimas, el desplazamiento de tropa y parque, la cantidad de toneladas de proyectiles arrojados, nos permiten demostrar que lejos de ser un golpe incruento, han sido (sobre todo el del día 16) el más violento y sanguinario del siglo 20, solo excedido en horror por las acciones ejercidas durante el golpe que comenzó el 24 de marzo de 1976.

Los centros geográficos donde se desarrollaron los enfrentamientos entre los sectores constitucionalistas y golpistas, en orden de importancia fueron:

- Córdoba

- Ensenada

- Río de la Plata

- Bahía Blanca (corredor de la base de Puerto Belgrano)

- Mar del Plata (base naval)

- Rosario

- Curuzú Cuatía

- Cuyo

El plan consideraba que las operaciones con centro de gravedad en la ciudad de Córdoba, las bases navales de río Santiago y puerto Belgrano, más las fuerzas del litoral convergirían sobre la ciudad de Rosario; y cruzando el Paraná con la escuadra de Entre Ríos, que marcharían con el apoyo de la escuadra de Río y la flota de Mar.

Luis Ernesto Lonardi lo dice así: "previa intimación de rendición y aviso a la población civil, procederá sin contemplación alguna al BOMBARDEO intermitente de la zona ribereña, concentrando el fuego sobre el ministerio de ejército, el correo y la casa de gobierno”

Su padre, el general Lonardi cabeza del levantamiento había decidido la hora 00 del 16 de septiembre como fecha inexorable de la insurrección. El día 13 de septiembre, viajó con la más absoluta reserva en compañía de su esposa hacia la ciudad de Córdoba, desde donde dirigiría y coordinaría el accionar golpista en articulación con las distintas unidades comprometidas, estaba todo preparado, hasta la contraseña que sería utilizada para ratificar pertenencia: “DIOS, ES JUSTO“.

Los generales: Lonardi, Uranga, Videla Balanguer, Bengoa (preso en la dirección de Tracción Mecánica ) y Lagos (al frente del comando II del ejército) fueron los que encabezaron la rebelión, con otros focos de altos mandos del ejército como el general ARAMBURU, que estando al tanto de los movimientos golpistas, considero la fecha un tanto apresurada y si bien posteriormente se auto adjudicó la dirección del golpe, los hechos demuestran que fue bastante después que se plegó a los acontecimientos.

En la Fuerza Aérea, la situación no difería demasiado, el primer teniente Jorge Van Thienen recuerda: "el ambiente había dejado de ser de camaradería de pilotos de caza, eso se había roto por los que se fueron y quienes quedamos nos mirábamos sin saber quienes estaban de un lado o de otro”. El Ministro de aeronáutica, el brigadier Juan Ignacio San Martín, era un hombre fiel al gobierno constitucional; la posición del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea brigadier Juan Fabri no parecía tan taxativa. Particularmente en la fuerza aérea, es importante destacar la contradicción que se produce, pues una fuerza que es creada por el peronismo, deja en sus vértices de formación a cuadros de la derecha católica nacionalista, Genta, Meilvielle, Septimio Walsh. Sin olvidar claro está que muchos de los que participaron del golpe de junio del 43, lo hicieron influidos de un grado de religiosidad que trascendía